ALEJANDRO RUBIALEntrevista a Alejandro Ruibal: los motores para mantener la actividad en la construcción después de un flojo 2025

"En el actual período parece haber menos espacio para la iniciativa privada; no me desestimula, seguiré presentando todos los proyectos que se me ocurran", sostuvo el director de Saceem y presidente de la Cámara de la Construcción.ParaAlejandro Ruibal, la baja en la actividad en la construcción registrada en el segundo trimestre “era previsible” y es probable “que se comprima algo más”, al cierre del año.

El presidente de la Cámara de la Construcción, se siente la ausencia de grandes proyectos que atenúen la estacionalidad del cambio de gobierno; “estamos cruzando el desierto con la cantimplora que traíamos hace ya un tiempo y nos vamos quedando sin agua”, ilustró. Además, la preocupación por el empleo: “si no renovamos proyectos, esto cae en 6 meses”, advirtió. De todos modos, avizora un “shock de vivienda” en la erradicación de asentamientos y los recursos programados para infraestructura carcelaria, de salud, vial y en movilidad. Espera menos obras por iniciativa privada en el período, y tiene muchas expectativas en la concreción de proyectos de data centers. También apuesta a las obras de potabilización de agua, luego de los cambios en torno al proyecto Neptuno. A la luz del resultado, considera que este tipo de proyectos “deberían ser antecedidos por un acuerdo político”, apuntó. A continuación, un resumen de la entrevista.

—¿Qué valoración merece la leve baja de la actividad en la construcción durante el segundo trimestre, que difundió el BCU?

— Sorpresivo no fue, porque tenemos la temperatura del sector y era esperable un dato así. Lo que sí es claro es que, los ciclos de inversión en infraestructura en Uruguay tienen un valle cuando coinciden con los cambios de gobierno. Normalmente estos años se cubren con la inercia que trae el sector con proyectos anteriores, pero en esta oportunidad, no teníamos grandes proyectos en desarrollo a nivel privado que nos permitieran atenuar esa característica estacional. Lo que sí hay son proyectos de arquitectura, de inversión privada, que son los que están sosteniendo la actividad. Pero no es suficiente.

—Para grandes emprendimientos que involucren al Estado, hay que esperar el presupuesto…

—Claro, hay un proyecto de ley elaborado y presentado por el Ejecutivo, y luego del debate parlamentario, tendremos claro, sobre fin de año, los ejes de inversión para el período. No solo no tenemos proyectos grandes en curso que atenúen la habitual baja, sino que además, hay otros proyectos grandes que se están reviendo, como todo lo relacionado con el agua. Entonces, en ese marco, la actividad se enlenteció. Nos preocupa que la industria que no pierda el ritmo, digamos razonable que traía.

—Hasta que no se pongan en marcha grandes obras como la planta potabilizadora o un plan de movilidad, no aparecen en el horizonte otros proyectos de infraestructura que generen mayor dinamismo…

—No es gratis para el país dejar de invertir en infraestructuras, es necesario mantener el ritmo, no en cualquier proyecto, sino en aquellos que apuntan a impulsar la economía del país. No avanzar en eso pega en la productividad de la economía y eso tiene un gran costo.

—La caída de 0,2% en el segundo trimestre, ¿puede terminar siendo la foto final de 2025?

—Es probable, aunque es probable que la actividad en el sector se comprima aún un poco más. Estamos cruzando el desierto de este año con la cantimplora que traíamos de los proyectos de atrás y en esa cantimplora no queda mucha agua…
Vale la pena recordar que en el cambio de administración anterior, en 2019 se lanzaron UPM2 y el Ferrocarril Central. O sea que el primer año del gobierno pasado tenía inversiones por 3 .000 millones de dólares. Eso ahora no está, podemos tener como decíamos algunos proyectos de arquitectura y también obra pública, como un PPP y algún Cremaf, pero se están terminando. Y deberíamos estar ya comenzando a mover nuevos proyectos, porque así como hay una inercia al final de estas obras, también existe, en el sentido contrario, al momento de ponerlos en marcha. Habilitaciones, permisos, autorización ambiental, estructurar el financiamiento, todo eso lleva mucho tiempo. Por eso nos preocupa el ritmo de las inversiones, este año ya se fue y esperemos que el próximo empiece a mostrar otra cosa…

—¿Por dónde pueden estar los motores?

—Por el lado de la arquitectura, especialmente la vivienda promovida. Por otro lado, esperamos un impulso también a través de obras en materia de Data Centers. Los proyectos de hidrógeno también, en especial el de HIF en Paysandú que parece que será el primero. Y también obras viales que se han anunciado, donde el gobierno definió que va a invertir en algunos corredores viales, ruta 2, 6, 7, 24 entre otros y en movilidad urbana. Además de las obras vinculadas con el agua potable, que necesitamos empezar a construir de una vez por todas porque estamos jugando con la suerte de que no venga otra seca cuando no tenemos capacidad suficiente.
Asimismo, tengo mucha expectativa de que el plan de saneamiento tome mucho ritmo con este gobierno. Y en vivienda, también soy muy optimista de que se le pueda dar un shock, en particular, con inversión pública para la erradicación de asentamientos.

—En el caso de los data centers, hoy está en marcha el proyecto de Google, ¿usted tiene expectativas de se concreten otras iniciativas?

—Pueden aparecer otros. El gobierno está haciendo las cosas bien en eso, tratando de armar una agenda pro inversión. Hay una agenda público –privada procurando generar un marco regulatorio a partir de un decreto específico. Es un frente interesante.

—En el caso del agua potable, ¿qué lecciones le deja, como integrante del consorcio, la forma en que se procesaron los cambios en torno al proyecto Neptuno?  

—Nosotros, como empresarios, y junto con otros, lo que hicimos fue tratar hace cuatro años, de poner una idea arriba de la mesa para ayudar, como lo hemos hecho en otros rubros. Buscar una solución a un problema, como el del agua potable. Pusimos una propuesta que fue analizada, valorada, discutida y aprobada. La conclusión que saco es que, capaz, faltó un consenso previo de definición de políticas de Estado. Para este tipo de proyectos tan importantes, como se hizo por ejemplo en el sector energético, sería bueno definir una política de Estado y blindarlos.
Dicho eso, no voy a opinar sobre el contrato. Somos empresas de ingeniería, lo que queremos es hacer las obras. Necesitamos actividad, construimos con calidad, pero las decisiones las toman los gobiernos.

—En el período anterior se hizo un uso intensivo de la iniciativa privada en el sector; ¿esa dinámica puede modificarse?

—Ese instrumento se usó desde su creación en 2022, pero es cierto que en el período pasado se empezó a usar más. Para este período, el gobierno entiende que el privado puede traer ideas, pero lo central en la planificación está del lado del Estado. Las señales han sido claras: los privados pueden venir con ideas, pero el rumbo lo vamos a marcar nosotros.
En lo personal, eso no me desestimula. Voy a seguir presentando todos los proyectos que se me ocurran. Hay que ver cómo se va dando el período…

—¿Cómo observa el presupuesto público?

—Lo seguimos analizando, porque va a aparecer información complementaria, sobre todo en el área nuestra. Inclusive un tema muy importante para el sector, que son las inversiones por fuera del presupuesto, unos 700 millones de dólares por año, según lo anunciado. Allí entra la ampliación de cárceles, construcción de hospitales, como el de Ciudad de la Costa, las obras de agua y la movilidad. Mucho dinero, eso es importante.
Después, el presupuesto en sí, donde hay un incremento del gasto previsto y un crecimiento de la economía de 2,4% en promedio, un objetivo que no me parece tan difícil. El otro objetivo importante es incrementar los niveles de inversión que están en el orden del 16% del PIB, porque sin inversión no hay crecimiento
Otro frente importante es lo relacionado a cambios en materia de impuestos, donde uno se plantea dudas, además de la aplicación en sí, sobre lo que podrían llegar a recaudar. Es un tema que está haciendo ruido.

—¿También hay ruidos a la hora de salir a captar inversiones para financiar obras?

— No, por ahora nada. No notamos ninguna dificultad ni nos expresan nada en ese sentido. Creo que tiene que ver con el entorno. En términos relativos, estamos mejor que muchos.

—¿Qué espera del sector de la construcción residencial?

—En cuanto al sector en Montevideo, está en medio de un fuerte desarrollo, de la mano del promotor privado local. En el caso de Punta del Este, allí está más asociado a los inversores extranjeros. Por ahora hay un fuerte impulso, pero en un país donde la población no crece, y si bien hay barrios que se transforman, creo que hay zonas que se van a saturar.
Creo que a ese desarrollo inmobiliario le ha faltado un desarrollo urbano que lo acompañe, por ejemplo, vial. Un ejemplo es la zona Este del departamento de Montevideo, en el límite con Canelones. Hay un fuerte impulso habitacional, pero seguimos teniendo la misma ruta, las mismas avenidas, los mismos semáforos. La única obra importante que se hizo ahí fue el Puente de las Américas. Y eso es una gran limitante.

—Esas zonas se beneficiarían de las obras de movilidad para el Área Metropolitana. Usted presentó uno de los tres proyectos que maneja el MTOP. ¿Qué espera que ocurra?

— Montevideo tiene todos los estudios que necesita para llevar adelante una transformación. Pero no avanzamos; tenemos un sistema de transporte que tiene nada que ver con una mirada en función de cómo se distribuye el espacio público entre todos los actores que lo usan.
Creo que es un error hablar de una única solución de movilidad urbana. Hay que estudiarla, por zonas, por distritos, y sobre todo, evaluar el “mientras tanto”, cómo se acompaña todo el largo proceso de los cambios de infraestructura necesarios. No es sólo BTR, ni solo tranvía; no hay porqué jugarse por un proyecto como el Tren Tram que presentamos, que es una línea sola y no arregla el problema. Hemos simplificado el debate público, si me gusta más el tranvía o el ómnibus articulado, y eso hace un daño terrible. Y el debate inconducente está también en los tomadores de decisión, es extemporáneo y puede llegar a inducir al error en la toma de decisiones.
Lo que hay que tener es un plan integral y construirlo por etapas, eligiendo un primer proyecto, concreto y realizable. El proyecto de movilidad es la gran oportunidad que tiene Montevideo para poder recuperar la ciudad.

—El empleo en la construcción está en el entorno de los 55 mil trabajadores registrados. ¿Se puede mantener esa cifra?

—Como dije antes, venimos con lo que nos queda de combustible del período anterior. Si no renovamos proyectos, esto cae en seis meses, sin ninguna duda.

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY - 22 Setiembre 2025