Bono sostenible de Uruguay: así viene el cumplimiento de las metas ambientales
El bono vincula directamente la estrategia de financiamiento del gobierno y la tasa de interés a pagar con el logro de los objetivos climáticos y de la naturaleza de Uruguay, establecidos bajo el Acuerdo de París.El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), publicó un nuevo reporte sobre el cumplimiento de las metas ambientales establecidas en el bono global en dólares indexado a Indicadores de Cambio Climático (BIICC), con vencimiento final en octubre de 2034.
Ese título –emitido por Uruguay en 2022– está atado a indicadores de cambio climático y establece recompensas y penalidades, en la medida que el costo de financiamiento del gobierno puede reducirse o aumentar por sobrecumplimiento o incumplimiento de las metas ambientales prefijadas.
El primer indicador es lograr una reducción de al menos 50% en la intensidad de emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) por unidad real de PIB para 2025 con respecto a 1990, que es el año de referencia.
El segundo indicador a cumplir es el mantenimiento de al menos el 100% del área de bosque nativo respecto a 2012. Esta meta también es a 2025.
Los indicadores claves
En el informe se actualiza la evolución del indicador clave de desempeño anual ligado a la intensidad de emisiones de gases de efecto invernadero denominado KPI-1, con registros al año 2023.
Los datos indican que en ese año el KPI-1 logró una reducción del 46% en la intensidad de las emisiones brutas agregadas de GEI por unidad de PIB real en comparación a 1990 (la referencia).
El dato se mantuvo en el mismo nivel que la medición de 2022, y que se había situado cinco puntos porcentuales por encima de 2021.
Esto reflejó el efecto combinado de un aumento de las emisiones brutas absolutas de GEI del 1,3% en 2023 en comparación con 2022, y un aumento moderado del PIB real del 0,7% durante el mismo período, explica el reporte.
Una parte sustancial del aumento de las emisiones brutas de GEI en 2023 se debió a mayores emisiones estimadas de óxido nitroso vinculadas al uso de fertilizantes nitrogenados sintéticos en la producción agrícola (+9,4% interanual), que no se compensaron completamente con la disminución de las emisiones de CO (-1,8% interanual) asociadas al menor consumo de combustibles fósiles en el transporte terrestre y la generación de electricidad, dice el informe.
De esta manera, el indicador de desempeño de reducción de emisiones está actualmente cuatro puntos porcentuales por debajo de la meta mínima establecida para 2025, de 50%.
Bosques nativos
El indicador de desempeño ligado al mantenimiento de bosques nativos (KPI-2 que se reporta cada cuatro años) se ubica en 100% con respecto a la línea de base de 2012. La última actualización fue en 2021 y en esa oportunidad el gobierno manejó que Uruguay está preparado para alcanzar un objetivo más ambicioso. La cobertura forestal nativa había aumentado en 11.832 hectáreas en comparación a 2016 (aproximadamente 1,4%).
Esto se debió principalmente a la regeneración natural, el aumento de la cobertura vegetal y las iniciativas de restauración. “Durante los años posteriores, la Dirección General Forestal (DGF) ha llevado a cabo una serie de acciones destinadas a preservar y proteger el bosque nativo, incluyendo el fortalecimiento de su estrategia de comunicación a través de diversas campañas de sensibilización e información”, dice el texto.
Metas y tasas de interés del bono sostenible de Uruguay
El BIICC es el primer bono global indexado a indicadores de sostenibilidad que incorpora una estructura bidireccional (step-up/step-down) de la tasa dependiendo de la consecución de los objetivos establecidos.
A través de este mecanismo, la tasa de interés a pagar podría potencialmente aumentar (“step-up coupon”), si el país no cumple con sus objetivos al 2025, mantenerse constante, si el país cumple con sus objetivos de desempeño, o reducirse (“step-down coupon”), si el país sobre-cumple sus objetivos ambientales para el año 2025.
En 2027 se evaluará el grado de cumplimiento de las metas preestablecidas. Cada sobrecumplimiento o no cumplimiento implica un movimiento de 15 puntos básicos en el costo de financiamiento o la tasa a pagar a los inversionistas.
Por ejemplo, si Uruguay sobrecumple las metas (reduce 52% los gases de efecto invernadero e incrementa 3% el área de bosque nativo con respecto a los años de referencia, la tasa de interés que se tiene que pagar a los inversionistas cae en 30 puntos básicos (15 por cada objetivo) desde octubre de 2027 hasta el vencimiento.
Y si queda por debajo del objetivo en las dos metas fijadas con anterioridad, la tasa de interés a pagar por el bono sube en 30 puntos básicos desde octubre de 2027 y hasta su vencimiento (2034).
Con la emisión de este tipo de bonos, se vincula el costo de la deuda al cumplimiento de objetivos ambientales, estableciendo además que el desarrollo sustentable del país es un objetivo conjunto de los sectores público y privado.
El BIICC 2034 tiene actualmente un circulante de US$ 2.200 millones, tras su apertura en octubre de 2022 (US$ 1.500 millones) y la reapertura realizada en noviembre de 2023 (US$ 700 millones).