Entre “esperanza y miedo”: cuatro de cada 10 uruguayos desconfía del Estado de cara a la prospección petrolera
La Usina de Percepción Ciudadana realizó la primera encuesta para conocer la opinión de la ciudadanía sobre la exploración en el mar territorial nacional. La sociedad está “profundamente divida” entre las valoraciones positivas y negativas.
El enorme descubrimiento petrolero en Namibia, país ubicado al oeste de África, generó un cambio de circunstancias y expectativas con respecto a Uruguay.
La probabilidad de encontrar hidrocarburos en el mar territorial nacional pasó del 9% al 25%. Aunque puede parecer un porcentaje bajo, para la lógica de la industria petrolera se trata, en realidad, de un guarismo muy alto.
Por esta razón, especialistas en la materia —entre ellos el expresidente de Ancap, Alejandro Stipanicic— reclaman desde el inicio que Uruguay se prepare en el plano político-institucional para afrontar el desafío que podría implicar la administración de uno de los recursos naturales más codiciado del mundo, aún en la actualidad.
Según una encuesta recientemente realizada por la Usina de Percepción Ciudadana por encargo de la agencia de comunicación Improfit, liderada por Daniel Laino, la sociedad uruguaya está “profundamente dividida” sobre las consecuencias negativas o positivas que puede tener la prospección petrolera.
Ante la exploración, que fue autorizada días atrás por el Ministerio de Ambiente, un 20% de los encuestados consideró que para el futuro del país el potencial hallazgo tendrá un impacto positivo. Un 30% prefirió no contestar, un 33% consideró que las consecuencias serán negativas y 17% ni positiva ni negativa.
Entre otras conclusiones más detalladas —sobre la sensación de los uruguayos— a la que llega el informe se destaca que la sociedad uruguaya se parte en tres tercios entre sentimientos de “esperanza e ilusión” que conviven con uno opuesto de “indignación y miedo”, por lo que no hay una sola reacción a considerar.
En el trabajo, al que accedió El País, se aclara que esta diversidad de sensaciones varía significativamente dependiendo el perfil demográfico e incluso la inclinación política.
“Mientras un sector identifica beneficios económicos y oportunidades laborales, otro tercio de la población anticipa impactos negativos, especialmente por riesgos ambientales y contaminación. Aparece además falta de confianza institucional. Una mayoría expresa poca confianza en la capacidad estatal para gestionar la industria (petrolera) de forma sostenible”, consigna el informe.
Sin embargo, ante la consulta sobre qué sentimientos le genera el inicio de la prospección sísmica, el 25% prefirió no responder. Entre quienes sí lo hicieron, el 22% manifestó “esperanza”, el 19% dijo sentir “indignación”, el 17% reconoció sentir “miedo” y el 9% afirmó que le provocaba “ilusión”.
“Casi un cuarto de las personas manifiesta que le genera ‘esperanza’ la exploración petrolera. A casi una de cada 10 ‘ilusión’. Perciben esto en mayor medida hombres, montevideanos y esto aumenta conforme lo hace el nivel socioeconómico. Dos de cada 10 dice que le provoca ‘indignación’; y casi dos de cada 10 también sostiene que le genera ‘miedo’; se vuelcan a estos sentimientos en mayor medida mujeres, personas de nivel socioeconómico bajo y votantes del Frente Amplio”, arrojó la encuesta que tomó un universo de 500 personas. Del 25% que se abstuvo de responder, la mayoría fueron mujeres y jóvenes.
Impactos
El trabajo también indagó en la percepción de la ciudadanía uruguaya sobre los posibles impactos que, a su entender, podría tener la búsqueda de petróleo en el país.
En esta línea, el 33% proyecta que tendrá efectos negativos. Los más pesimistas son, en líneas generales, los adultos mayores y las mujeres, mientras que la percepción negativa crece a medida que desciende el nivel socioeconómico.
Dos de cada 10 (20%), en tanto, valora positivamente la eventualidad de que Uruguay se convierta en un país productor de petróleo y que para ello se concrete la exploración. Este grupo más optimista en su mayoría son personas de entre 30 y 59 años y principalmente hombres. A un 20% le causa indiferencia.
Estado y Economía
En referencia al rol del Estado, cuatro de cada 10 afirmó no tener “nada de confianza” respecto a la capacidad de gestión responsable que puedan tener los gobernantes uruguayos a la hora de manejar de forma adecuada la prospección petrolera con el objetivo de un futuro acceder a enormes recursos económicos que pueden surgir a partir de la explotación del hidrocarburo.
Solo un 11% (predominantemente mayores de 45 años y simpatizantes del oficialismo) manifestó mucho optimismo en que el Estado cumpla un buen desempeño en este sentido.
Entre los principales beneficios que identifica la ciudadanía uruguaya respecto a este proyecto se destacan el impacto económico, el acceso a la materia prima —petróleo en caso de confirmarse que hay— y la generación de oportunidades laborales. Otros, en tanto, cuestionan la relación costo-beneficio de emprendimientos de esta envergadura desde el punto de vista ambiental. Para este grupo, las principales preocupaciones y riesgos identificados son la contaminación, la extinción de especies, los derrames tóxicos y la posibilidad de movimientos telúricos (vibración de la superficie de la Tierra).
Debate, preparación e información
En diálogo con El País, el director de Improfit, Daniel Laino, dijo que su interés de trabajar en este tema se basó en que actualmente Uruguay está frente a un gran desafío en materia de crecimiento económico que es imprescindible para mantener el nivel de bienestar.
“La perspectiva que hay es por el lado de la infraestructura, y este tipo de discusiones tienden a cristalizarse rápidamente en la opinión pública. Se termina discutiendo por sí o por no entre los que están ya convencidos. Queda de lado la discusión de para qué sirve, en qué beneficia, en qué no. Mientras tanto, otra parte de la opinión pública ve pasar el tema de costado. Entonces, en un escenario de polarización y de filtro burbuja como ocurre con estos temas nos pareció importante anticiparnos”, explicó el asesor en comunicación.
En ese sentido, destacó que, ante este desafío que enfrentará el país y que tiene el potencial de modificar el futuro económico nacional, “debería preocupar contar con los mayores niveles de información para encarar un debate profundo”.
“Es un tema que en Uruguay sabemos poco y que se cruza incluso con fuertes intereses geopolíticos — con una agenda muy intensa entre los pro energías renovables y pro petróleo—, energéticos, de inversión. Ninguna opinión es neutra. Hay muchos intereses en juego. Por eso es súper relevante que el sector político, los líderes de opinión, los tomadores de decisiones y también los ciudadanos de a pie que podamos tener un nivel de discusión modelo Noruega. Es un problema muy complejo y Uruguay se tiene que preparar para discutirlo más allá de las posiciones de barricada”, reflexionó Laino.
