Avances de la segunda transición energética: se estima que los combustibles fósiles caen a mínimo histórico en 2024
El peso de estos en el abastecimiento de energía del país sería el más bajo del registro según los datos del Balance Energético Preliminar publicado por la DNE.La Dirección Nacional de Energía (DNE) del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) resume los datos de la oferta y demanda de energía en Uruguay cada año en el Balance Energético Nacional (BEN), desagregando por fuente y sector económico.
Hace unas semanas, se conocieron los datos preliminares para 2024, esperándose los datos definitivos en unos meses. A continuación, se realizan algunas reflexiones respecto al comportamiento de la oferta y demanda energética de Uruguay en 2024.
Abastecimiento de energía
Según los datos preliminares, en 2024 el abastecimiento energético (matriz de energía primaria) habría alcanzado 6.824 mil toneladas de petróleo equivalente (ktep, por sus siglas en inglés). Esto representaría un incremento de 11% respecto a 2023, el mayor incremento anual en los últimos 12 años. Se explica principalmente por un aumento en el abastecimiento de residuos de biomasa (16%), y recuperación de la hidroelectricidad (108%).
Como muestrala figura a continuación, la biomasa habría alcanzado prácticamente la mitad de la energía abastecida en el país en 2024, alcanzando 48%. Por su parte el petróleo y sus derivados explicaría 35%, electricidad 16% (hidroeléctrica 9%, eólica 6%, y solar 1%), y gas natural 1%, mientras que coque, carbón y electricidad importada fueron marginales.
De 1965 a la fecha, el menor peso de los combustibles fósiles en el abastecimiento energético se registró en 2017, cuando alcanzaron en 37,7%. De concretarse las estimaciones preliminares, en 2024 estos combustibles habrían abastecido 36% de la energía. Si bien se espera que el peso relativo caiga, vale la pena destacar que el consumo efectivo crecería. En 2023 se consumieron 2.430 ktep de petróleo y derivados, gas natural, y carbón y coque, mientras que en 2024 se estiman 2.473 ktep (1,7% superior). Por su parte, electricidad importada habría sido completamente desplazada (-99,5% respecto a 2023).
Como hemos comentado en anteriores columnas, el período 2020 a 2023 fue uno de los de peor sequía en la historia del país, por lo que el peso de los combustibles fósiles había repuntado respecto a años anteriores. Revertida la sequía, y con la entrada en servicio de la planta de celulosa UPM 2, la biomasa retomó su posición como la principal fuente de abastecimiento del país.
Consumo final energético por sector
El consumo final energético es desagregado en el BEN para los siguientes sectores: Residencial, Comercial/Servicios/Sector público, Transporte, Industrial, y Actividades primarias (agro, minería y pesca). No incluye consumo propio del sector energético, ni fines no energéticos (lubricación, limpieza, entre otros).
Según la estimación para 2024, la Industria explicaría 51% de los 6001 ktep de consumo final energético estimados en 2024, seguido por Transporte 25%, y Residencial 15%. De los 2544 ktep demandados por la Industria, la mayor parte corresponde a residuos de biomasa. Si bien esta categoría incluye varios energéticos como residuos forestales y de aserradero, licor negro, bagazo de caña, cáscara de arroz y girasol, casullo de cebada, entre otros, el principal peso corresponde al licor negro consumido por las industrias de papel y madera.
Sector eléctrico
Si bien en la primera columna de este año ya hemos hechoun balance del sector eléctrico en 2024, comentando que más de 99% de la generación local inyectada al Sistema Interconectado Nacional (SIN) provino de fuentes renovables, vale la pena destacar algunos indicadores publicados en el Balance Energético Preliminar.
En 2024, el consumo final de electricidad alcanzó 13207 GWh (1136 ktep), creciendo 7% respecto a 2023. El consumo per cápita habría alcanzado 3691 kWh/habitante (+6.5% respecto a 2023), mientras que por unidad de PIB habría alcanzado 6959 kWh/millón de pesos de 2016 (+3.6% respecto a 2023).
En cuanto a las emisiones del SIN, se estima que las centrales de generación eléctrica habrían emitido 98 mil toneladas de dióxido de carbono (CO2), alcanzando un factor de 7 toneladas de CO2 / GWh, el menor factor de los últimos 20 años. El promedio en el mundo es 473 toneladas/GWh (68 veces más alto).
Seguir avanzando en la segunda transición energética
Uruguay se encuentra muy adelantado en los esfuerzos globales de transicionar hacia matrices energéticas bajas en emisiones. El peso de los combustibles fósiles en el abastecimiento en nuestro país es menos de la mitad que a nivel mundial,donde en promedio representan 77% (30% petróleo, 25% carbón, y 22% gas natural). La primera transición energética de nuestro país permitió un sistema eléctrico diversificado, de fuentes autóctonas, resiliente, de menores costos y menor impacto ambiental que el sistema previo. A su vez, reforzó la marca país natural, que tiene efectos de derrame en otros sectores de la economía. La segunda transición energética puede ofrecer estos mismos beneficios para el consumo energético en su sentido más amplio. Para ello, resulta imperante seguir fomentando la electrificación, por ejemplo, electromovilidad y acondicionamiento, y la industria química a partir de hidrógeno verde, entre otras opciones, para el transporte pesado, aviación y marítimo.
- El autor, Felipe Bastarrica, es Director Ejecutivo, Observatorio de Energía y Desarrollo Sustentable (UCU)