«Uno de los principales desafíos está asociado al frente fiscal»
Así lo señala la economista Silvia Rodríguez Collazo, del Centro de Investigaciones Económicas (CINVE).
La situación fiscal es uno de los puntos de mayor controversia entre el gobierno de Yamandú Orsi y la administración anterior. Incluso en los últimos días este tema ha dado lugar a un fuerte cruce entre el actual ministro de Economía y Finanzas Gabriel Oddone y su antecesora Azucena Arbeleche.
En la exposición de motivos del proyecto de ley de Rendición de Cuentas correspondiente al año 2024, la visión de la nueva administración encabezada por Yamandú Orsi acerca de este tema es categórica: la administración anterior postergó múltiples gastos para 2025 que debían realizarse e imputarse al año 2024 (equivalentes al 0,4% del PIB), a lo que deben sumarse los adelantos de impuestos que realizaron las empresas públicas (0,1% del PIB).
Solo considerando los pagos diferidos de varios componentes del gasto público y los adelantos de impuestos que fueron solicitados a las empresas públicas, el déficit fiscal fue del 3,8% del PIB. Sobre este y otros temas. Diario La R entrevistó a la economista Silvia Rodríguez Collazo, del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve).
– En estos primeros 100 días del Ministerio de Economía y Finanzas, ¿cuáles serían a su juicio las principales líneas de trabajo y acciones concretas que se han tomado?
– En estos primeros cien días la orientación del equipo encabezado por el ministro Oddone ha estado pautada por el establecimiento de los lineamientos generales de la política económica y social. Se han realizado manifestaciones claras acerca de la intención de avanzar en una agenda de reformas estructurales, que permitan retomar una senda de estabilidad y crecimiento económico sostenido, luego de una década de magro desempeño macroeconómico.
Por otro lado, la conducción económica ha tenido que hacer frente a la atención de un amplio y complejo conjunto de temas heredados del gobierno anterior, que abarcan la resolución de temas tan importantes como la deuda del proyecto del Ferrocarril Central, la reforma de la Caja Profesional, los delicados problemas del Casmu, los proyectos de agua y saneamiento, todo ello con el telón de fondo de una política fiscal que requiere mucha prudencia en la gestión de las finanzas públicas y que jerarquiza aún más el papel que tendrá el futuro crecimiento de la economía para cumplir con los múltiples objetivos que se ha propuesto el Gobierno del presidente Orsi.
– ¿Qué otras líneas de trabajo destacaría?
– Aparte de la atención de las urgencias heredadas, destacaría algunas líneas en las que viene trabajando el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Por un lado, la relevancia que tienen los trabajos que viene realizando para que pueda establecerse en nuestro país un marco institucional que ponga a resguardo la política fiscal de sesgos procíclicos y del oportunismo electoral con que han sido administradas las finanzas públicas en el pasado reciente. Subrayo especialmente la forma en que está elaborando estas propuestas de cambio, propiciando instancias de diálogo con la academia, con analistas económicos y con otros actores económicos.
También destaco que se hayan retomado los intercambios y consultas con los técnicos del BID que se habían iniciado durante la administración anterior, en el marco de un trabajo orientado a identificar los principales problemas que tuvo la regla fiscal basada en el Resultado Fiscal Estructural, que había implementado el gobierno anterior. De acuerdo a lo anunciado, en la Ley de Presupuesto Nacional se contará con el conjunto de propuestas que contribuyan al fortalecimiento del marco general de la política fiscal.
– En definitiva, ¿cuál fue la cifra del déficit fiscal en 2024?
– Hoy sabemos que el desequilibrio del resultado financiero del Gobierno Central-BPS en 2024 se ha ubicado casi medio punto porcentual del PIB por encima de lo que había declarado la ministra Arbeleche en el pasado mes de febrero. Solo considerando los pagos diferidos de varios componentes del gasto público y los adelantos de impuestos que fueron solicitados a las empresas públicas, el déficit fiscal fue del 3,8% del PIB. En 2024 se incumplieron las metas correspondientes a todos los pilares de la regla fiscal de Resultado Fiscal Estructural. La experiencia del pasado período de gobierno es un ejemplo elocuente de la incapacidad que tuvo esta regla fiscal para dotar de un marco sólido y creíble a la política fiscal.
– ¿Qué modificaciones se están proponiendo para esta herramienta?
– En este contexto, el MEF impulsa un diseño novedoso, introduciendo cambios institucionales e innovaciones metodológicas más acordes con las contribuciones más recientes de la literatura académica y las experiencias internacionales. Propone fortalecer las capacidades y autonomía del Consejo Fiscal, distanciando la función del Consejo Fiscal de su papel de asesor y acercándolo al papel típico de un Consejo Fiscal Autónomo. En mi opinión, estos cambios permitirán al Consejo Fiscal ejercer mejor el seguimiento del cumplimiento de las metas que el MEF se trace para poder lograr una trayectoria sostenible de la deuda pública y para hacer conocer sus opiniones, no solo cuando el MEF lo convoque, como ocurre en la actualidad.
La suma de los cambios metodológicos, asociados a la regla y el establecimiento de un ancla de mediano plazo basado en la definición de un nivel de “deuda prudente” a medio plazo, permitirán un seguimiento ya no del cumplimiento de un conjunto de metas numéricas, quizás no completamente convergentes entre ellas, sino de la propia trayectoria del endeudamiento público, evitando alcanzar límites no deseados.
– ¿Qué otros aspectos destacaría de estos cien primeros días?
– También subrayaría el objetivo explícito de estimular un crecimiento económico compatible con mejoras distributivas. Esto aparece reflejado en las expresiones del ministro Oddone en materia de política salarial, fijando como prioridad la mejora de las remuneraciones de los trabajadores que perciben ingresos más bajos (cercanos al salario mínimo nacional) y en el énfasis que ha puesto en el papel de las inversiones para generar empleos de calidad. La sensibilidad respecto a preocupaciones distributivas se puede encontrar, también, en la definición de un conjunto de medidas a aplicarse a los departamentos fronterizos con Brasil, con el propósito de suavizar el impacto de la diferencia de precios con Brasil en el poder de compra de la población.
– En materia de prioridades, de acuerdo a lo manifestado por Oddone, uno de los focos estará puesto en el crecimiento económico como eje central.
– En lo que refiere a la agenda de crecimiento, el ministro ha mencionado en varias ocasiones su preocupación por estimular la inversión. Las principales prioridades para la inversión pública que fueron mencionadas hace unas semanas están vinculadas a dos ejes. Por un lado, ha quedado de manifiesto la prioridad que el gobierno le ha asignado a la concreción de proyectos relacionados con servicios de agua y saneamiento, algunos de los cuales habían sido impulsados por el gobierno anterior, pero cuyas condiciones técnicas y financieras se encontraban muy lejos de poder ser implementadas. Por otro lado, el presidente Orsi, la ministra de Transporte y Obras Públicas y el ministro de Economía y Finanzas han sido enfáticos en lo que refiere a la importancia que le asigna el gobierno al transporte público en las principales áreas metropolitanas de nuestro país.
En lo que respecta a la inversión privada, se ha señalado la necesidad de mayores niveles de inversión para que la economía toda pueda crecer a tasas más altas que en el último decenio, ese crecimiento en la inversión debe provenir mayormente de la inversión privada. Se promoverán reformas microeconómicas que permitan mejoras en la competitividad y contribuyan a estimular la inversión privada.
Merecen una mención particular los avances en materia de transparencia en la formación de precios claves que está haciendo el MEF, en ocasión de comunicar la regla con la que operará el ajuste de precios de los combustibles, se explicitó qué parte de esos aumentos de precios corresponden al subsidio al supergás, lo que contribuye al aspecto que mencioné, y en ese momento se definió con claridad la frecuencia con que se realizarán las modificaciones de tarifas en el futuro, lo que da una mayor previsibilidad a los cambios en las tarifas.
– ¿Cuáles son los desafíos que en su opinión enfrenta la conducción económica?
– Uno de los principales desafíos está asociado al frente fiscal. Este desafío excede, por cierto, a este año, pero es importante enfatizar que 2025 será un año especialmente complejo para las finanzas públicas.
En estos 100 días, una parte importante de los esfuerzos del equipo del Ministerio de Economía y Finanzas han estado focalizados en dilucidar cuál es la verdadera situación fiscal. Muy tempranamente se tuvo conciencia de la delicada situación heredada. El diagnóstico ha quedado plasmado en la Exposición de Motivos del Proyecto de Ley de Rendición de Cuentas correspondiente al año 2024. Se postergaron para 2025 múltiples gastos que debían realizarse e imputarse al año 2024 (equivalentes al 0,4% del PIB), a lo que deben sumarse los adelantos de impuestos que realizaron las empresas públicas (0,1% del PIB).
El déficit del GC-BPS que publicó el MEF a finales de la gestión de la ministra Arbeleche fue del 3,3% del PIB. Sin embargo, si se hubieran realizado correctamente los registros y si no se hubieran solicitado los adelantos de impuestos, ese déficit habría llegado al 3,8% del PIB. La medición del resultado financiero del sector público consolidado (SPC) para 2024 implicó una subestimación del déficit fiscal del 0,4% del PIB. El resultado corregido para 2024 asciende a 4,3 puntos porcentuales del PIB. Como consecuencia, la deuda pública neta estimada aumentaría en 2025 en 4,6 puntos porcentuales del PIB. Este aumento requiere que el Parlamento apruebe un aumento del tope de endeudamiento, como fue solicitado por el MEF.
Este es el contexto en que se está elaborando el Presupuesto Nacional, que deberá reflejar el estado de situación de las finanzas públicas y, en simultáneo, deberá avanzar en el establecimiento de un rumbo que permita cumplir con los compromisos de campaña. El marco macroeconómico se verá afectado por las menores expectativas de crecimiento mundial, por un previsible encarecimiento del crédito externo y por los riesgos de que continúe la escalada proteccionista, así como la apertura de nuevos frentes de conflicto bélico.