ANP BLobraus Puerto Libre S.A.: la deuda como modelo de gestión

Las fuentes internas coinciden en un diagnóstico: la falta de transparencia. Durante los últimos meses, Lobraus ha enfrentado dificultades para cumplir compromisos básicos —pagos de servicios, cargas sociales y sueldos—, y aun así la gerencia continúa gestionando nuevas operaciones sin rendir cuentas claras sobre el estado financiero real. Los proveedores, que en su mayoría son pequeñas y medianas empresas, se ven atrapados en un circuito de promesas incumplidas y cheques diferidos que rara vez se concretan en tiempo y forma.

Silvia Etchebarne, gerenta de Lobraus Puerto Libre S.A., se ha convertido en una figura central —y a la vez esquiva— dentro del complejo escenario financiero que atraviesa la empresa. Bajo su conducción, Lobraus acumuló deudas significativas con proveedores, trabajadores y organismos públicos, mientras mantiene un discurso de “normalidad operativa” que ya pocos dentro del sector creen.

Etchebarne, que asumió la gerencia con el respaldo de los principales accionistas, ha optado por una estrategia de bajo perfil: evita declaraciones públicas, restringe la información contable y se escuda en tecnicismos administrativos cada vez que se le piden explicaciones. Esa actitud ha incrementado el malestar tanto dentro de la compañía como entre los actores del ámbito portuario, que observan con preocupación el deterioro progresivo de una empresa que supo ser considerada un referente del régimen de puerto libre.

Las fuentes internas coinciden en un diagnóstico: la falta de transparencia. Durante los últimos meses, Lobraus ha enfrentado dificultades para cumplir compromisos básicos —pagos de servicios, cargas sociales y sueldos—, y aun así la gerencia continúa gestionando nuevas operaciones sin rendir cuentas claras sobre el estado financiero real. Los proveedores, que en su mayoría son pequeñas y medianas empresas, se ven atrapados en un circuito de promesas incumplidas y cheques diferidos que rara vez se concretan en tiempo y forma.

Etchebarne ha insistido en que las dificultades son “circunstanciales” y atribuibles a la coyuntura económica internacional. Sin embargo, los informes internos y las alertas del propio personal administrativo apuntan a una deficiente gestión interna: contratos sobredimensionados, falta de control de gastos y ausencia de planificación financiera. En otras palabras, un modelo que apostó al crecimiento sin sostén.

La postura de la gerenta también pone en evidencia un vacío institucional. El régimen de puerto libre, diseñado para fomentar la inversión y la eficiencia, carece de mecanismos de fiscalización efectivos sobre la gestión de las empresas que se benefician de sus exenciones. Así, mientras los números rojos se acumulan, las autoridades miran hacia otro lado y permiten que la opacidad siga marcando el ritmo.

Lo más preocupante es el impacto sobre los trabajadores. Varios empleados denuncian atrasos salariales, reducción de turnos y falta de aportes al BPS, sin respuestas por parte de la gerencia. Etchebarne no se ha reunido formalmente con los delegados sindicales y, según afirman desde el sector, prefiere manejar la crisis a puertas cerradas, priorizando la imagen empresarial antes que la estabilidad del personal.

La situación de Lobraus ya trasciende lo financiero: es una cuestión de credibilidad. Cada silencio de la gerenta refuerza la sensación de que se intenta ganar tiempo, sin un plan real de saneamiento. Y cada día que pasa sin transparencia ni explicaciones públicas erosiona un poco más la confianza en un modelo que debería ser ejemplo de competitividad y legalidad.

Silvia Etchebarne representa hoy una forma de gestión cada vez más cuestionada en Uruguay: la del empresariado que opera al amparo del discurso del “libre comercio”, pero sin asumir la responsabilidad que ese privilegio implica. Mientras los números se maquillan y las deudas crecen, la empresa se sostiene sobre una estructura vacía.
Y si no hay un cambio de rumbo, Lobraus Puerto Libre S.A. podría convertirse en un nuevo símbolo de cómo la falta de transparencia termina hundiendo incluso a los proyectos más ambiciosos.

 Grupo R Multimedio - Montevideo - URUGUAY - 30 Octubre 2025