Combustibles: Ancap plantea al gobierno fondo para estabilizar precios de nafta y gasoil
La creación de un fondo de estabilización se había propuesto sin éxito en la Hoja de Ruta para la reforma del mercado de combustibles en 2021; actualmente, la herramienta se usa en varios países de la región.
El gobierno anunciará en los próximos días una nueva metodología para la fijación de las tarifas de los combustibles, que tomará en consideración otros elementos técnicos, además del precio de paridad de importación (PPI), según ha mencionado la ministra de Industria y Energía, Fernanda Cardona. También es “prioridad” revisar los márgenes de la cadena de distribución integrada por sellos, transportistas y estacioneros.
En ese escenario de revisión que está planteado, la presidenta de Ancap, Cecilia San Román, afirmó que propuso la creación de un fondo de estabilización de precios de combustibles, algo utilizado en varias partes del mundo para mitigar el efecto de la volatilidad del petróleo en los precios locales.
“Chile tiene un camino hecho en esto, de guardar un fondo de estabilización para cuando vengan períodos de alta y amortiguarlos. Es como se hizo en el tema eléctrico acá en Uruguay, puede ser uno de los caminos, se está en esa revisión”, afirmo la jerarca en entrevista con el semanario Búsqueda.
(…) Cuando los precios se van muy altos, se empieza a tomar de ese fondo y se estabiliza la tarifa, y esto hace que tenga menor impacto en la inflación, que tenga una previsibilidad para los negocios que se desarrollan en el país”, añadió San Román.
Varias ideas que nunca se ejecutaron
La idea de contar con un fondo de estabilización para combustibles no es nueva en Uruguay. Cuando a comienzo de 2021 el gobierno de Luis Lacalle Pou envió al Parlamento una propuesta de revisión del mercado, se manejó que con la fijación mensual de tarifas existía “el riesgo de que una alta volatilidad de los precios internacionales” se pudiera trasladar a los consumidores del mercado interno “de manera inconveniente”, más allá del efecto amortiguador que podía implementar Ancap y su política de inventarios y compras.
Ese documento establecía que el Poder Ejecutivo podría estudiar la implementación de un fondo, como los que existen en mercados de la región como Chile , Perú o Colombia, por ejemplo.
Por ese entonces al ser consultado por El Observador, el ministro de Industria y Energía Omar Paganini había señalado que “el problema para los fondos de estabilización es que primero requieren llenarse”, y en ese momento implicaba tener que subir los combustibles para generar ese fondo. Esa razón hizo que el tema quedara descartado y que no volviera a evaluarse durante el resto de la administración.
Paganini era un firme defensor del esquema de fijación de tarifas basado en PPI porque otorgaba “más transparencia”. “Habrá que acostumbrarse a una nueva dinámica, donde el combustible de repente sube y baja durante el año varias veces”, había dicho en esa oportunidad.
También en 2022 y cuando comenzaba la guerra entre Ucrania y Rusia, el senador nacionalista Sergio Botana manejó la idea de un fondo de amortiguación para las naftas. El planteo era que el incremento del petróleo que implicara suba de la nafta se compensara con baja de Imesi hasta determinado piso. Y cuando ocurriera lo contrario, se compensara con la suba del impuesto hasta un máximo determinado. Además, en el Frente Amplio el MPP había manejado redireccionar recursos del Fondo de Estabilización Energética o usar dinero de Rentas Generales para estabilizar tarifas. Nada de esto se puso en práctica.
Banda de precios de combustibles en Perú
En Perú se creó en 2004 una banda de precios que limita la variación con un precio máximo y un precio mínimo. Cuando el precio internacional sube por encima del precio máximo, los consumidores pagan el precio máximo y el Estado usa los recursos del fondo de estabilización para pagar la otra parte y mantener los precios dentro de la banda.
En tanto, cuando el precio internacional está por debajo del precio mínimo, los consumidores pagan el precio mínimo y la otra parte se acumula en el fondo, según explica el Instituto Peruano de Economía.
Fondos de estabilización en Chile: luces y sombras
En Chile, durante 2014 se incorporó el Mecanismo de Estabilización de Precios de los Combustibles, que opera a través de incrementos y rebajas en un componente variable del impuesto específico en productos como gasolina automotriz, petróleo diesel y gas de uso automotriz.
Si sube el precio internacional o el tipo de cambio, el alza no se transfiere totalmente al consumidor, porque se rebaja el impuesto específico. Y cuando el precio doméstico debe caer, no lo hace en su totalidad porque se eleva el impuesto especifico para compensar la menor recaudación que hubo cuando los precios eran altos.
En 2022 se dio una situación particular. La guerra entre Rusia y Ucrania elevó los precios internacionales y la incertidumbre política disparó el dólar a niveles récord. Esa situación activó subsidios crecientes que desfondaron la herramienta y fue necesario capitalizarla en 2022 por unos US$ 3.000 millones, en la medida en que los precios demoraron en normalizarse.
Luego el sistema tuvo cambios en 2023 y según medios chilenos, lo que nació como un mecanismo de subsidio transitorio se convirtió en subsidio permanente durante 2022, porque esa transferencia fiscal nunca se devolvió por parte de los beneficiarios, mayoritariamente automovilistas de ingreso medio alto.
Antes y producto de la crisis del Golfo se había creado en 1991 un Fondo de Estabilización de Precios de Petróleo que tenía por objetivo dar estabilidad a los precios internos de nafta, gasoil y gas licuado. En 2011 la herramienta fue modificada y hoy se aplica solo para el kerosene doméstico que tiene alta demanda en invierno por su uso para calefacción.
El mecanismo de funcionamiento considera una banda de referencia, construida a partir de la determinación de un precio de referencia intermedia sobre el que se aplica un crédito o impuesto, dependiendo de si el precio de paridad observado en mercados internacionales está por sobre o por debajo de la banda.
En Colombia, el gasto del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles –creado en 2007– era una de las principales causas del deterioro fiscal, según informó en mayo pasado el diario El Tiempo de ese país.
La experiencia de Uruguay
La experiencia en Uruguay está dada por el Fondo de Estabilización Energética que nació en 2011 con el objetivo de mitigar subas en las tarifas de UTE cuando se registran sequías.
Ese fondo fue perdiendo relevancia con el pasar de los años, de la mano de la incorporación masiva de renovables no convencionales como la eólica en la matriz energética. Eso redujo sensiblemente la vulnerabilidad a la que históricamente se exponía la empresa eléctrica por la variabilidad del recurso hídrico y la inestabilidad de los costos de abastecimiento.
Incluso en 2017 se redireccionaron excedentes de ese fondo por US$ 170 millones para obras de infraestructura vinculadas a la instalación de la segunda planta de celulosa de UPM en Paso de los Toros.
El fondo se nutre de aportes variables trimestrales que hace UTE cuando la generación hidráulica supera niveles predeterminados. En 2020, la ley de Urgente Consideración dispuso que el Poder Ejecutivo podrá disponer anualmente del excedente para el financiamiento de obras de infraestructura aprobadas en instancias presupuestales.