El gobierno entrante planea vender parte de la operadora ferroviaria estatal a un privado con know how y material rodante
Durante los últimos cinco años, Juan José Olaizola siguió de cerca la evolución del transporte y sus organismos desde la Cámara de Diputados. Ahora, a partir del próximo lunes, este exlegislador del Partido Nacional pasará a ser uno de los responsables de la gestión del sector cuando asuma como subsecretario del Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
Una de las conclusiones que sacó en limpio del proceso de transición con las autoridades salientes es que en el ferrocarril heredarán un panorama “preocupante”. En particular, contó a Búsqueda las dificultades que tiene por delante la operadora estatal de cargas Servicios Logísticos Ferroviarios (Self).
“Es una empresa que nació debilitada y perdió año a año cargas hasta llegar al mínimo histórico. O la potenciamos o pierde razón de ser. No es viable mantenerla como está hoy”, dijo.
Self es una sociedad anónima estatal, propiedad de la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND), que tiene el 49% de las acciones, y de la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE), que tiene el 51%. Se trata de una empresa relativamente nueva. Fue creada en 2011 en el marco de la reforma impulsada en el segundo período de gobierno frenteamplista, que dividió una actividad que estaba concentrada en AFE en tres áreas: infraestructura, operación y regulación. Self quedó a cargo de la operación de cargas, se creó la Dirección Nacional de Transporte Ferroviario como organismo regulador, y AFE como responsable de las vías y los servicios de pasajeros.
Olaizola afirmó que la operación de cargas por ferrocarril está “en su peor momento y prácticamente parada”. Para sacarla de esa situación, sostuvo que es necesario “tomar medidas” que la pongan en marcha de vuelta, pero “Uruguay no está en condiciones de invertir en una empresa como Self”. En ese contexto, el gobierno entrante apuesta a una asociación con privados como salida al estancamiento.
La idea es ofrecer las acciones de CND en Self a una empresa internacional de renombre. Las nuevas autoridades buscan un candidato europeo o norteamericano que pueda aportar “experiencia, know how y material rodante”. Entre los potenciales candidatos, según dijo Olaizola, está el operador que la finlandesa UPM designe para el transporte de cargas a su nueva planta.
Un error de US$ 100 millones
Al margen de Self, el futuro subsecretario repasó otros de los componentes del “balance preocupante” del sector. En primer lugar, Olaizola cuestionó la “atomización” de organismos que intervienen en la actividad, algo que, a su juicio, no justifica el bajo nivel de carga que se mueve por la red. En esa línea, el ministro designado, Luis Alberto Heber, ya anunció su intención de que la Dirección de Transporte Ferroviario se integre a la Dirección de Transporte (Búsqueda N° 2.056).
La obra en las vías del tramo Piedra Sola-Salto Grande es otro de los temas que más llamó la atención de las autoridades entrantes en el proceso de transición. Esa inversión tenía un costo previsto de US$ 130 millones, pero no fue suficiente para culminarla, según Olaizola. Para que la vía llegue a Salto Grande es necesaria una inversión adicional de US$ 100 millones que el Estado no puede afrontar. Como solución, las autoridades actuales planeaban terminar la obra en el puerto de Paysandú, según dijo Olaizola. “Es un error de estimación grueso”, opinó.
Otras dos líneas de trabajo que ya comenzaron a desarrollar están vinculadas a la obra Ferrocarril Central. Las autoridades entrantes ya comenzaron el intercambio con el adjudicatario de la obra, el Consorcio Vía Central, para buscar una mejor solución al ingreso de la vía al puerto de Montevideo. A esa misma contraparte le pidieron que termine cuanto antes los siete kilómetros de vía que van del puerto a la estación Sayago para que se pueda retomar la actividad de carga. Según Olaizola, la licitación les permitía tener cerrado ese tramo por tres años.