TEMA DE ANÁLISIS
El mal momento de la región impacta en las exportaciones
Las ventas de carne a China y la mejor cosecha de soja son el sostén del aumento del 2% en lo que va del 2019.
En un contexto recesivo y con grandes dificultades para lograr competitividad internacional por las empresas uruguayas, igualmente se observa que las exportaciones de bienes registran un aumento medidas en dólares en lo que va del año
La particularidad de este aumento del 2% en ocho meses es que se concentra en pocos rubros y destinos, siendo la venta de carne a China el principal diferencial. En el vasto universo de sectores primarios e industriales que exportan, hay caídas en el monto exportado en consonancia con las declaraciones de los empresarios exportadores.
De acuerdo a los datos de Uruguay XXI, el total exportado en enero-agosto fue de US$ 5.183 millones, el 2,3% más que en el mismo período del año pasado. Esta cifra no representa el total que exportó el país, porque no incluye las ventas que se hacen desde las zonas francas. Lo que sí se está computando es la venta desde el territorio nacional a la zona franca. Por lo tanto, incluye las ventas de madera a las plantas de celulosa pero no la venta de celulosa a otros países. Cuando se corrige este efecto para ver todo el país, el total exportado en los ocho meses fue de US$ 6.212 millones, con un aumento del 2,0% en el último año.
En el gráfico superior del cuadro se procura poner en un contexto más extendido en el tiempo para el total exportado, aunque los datos del BCU utilizados no incluyen las ventas desde las zonas francas. Visualmente se aprecia la leve mejora de este año, que ocurre luego de un período de caída de un año entre marzo 2018 y marzo de 2019. En esta caída tuvo mucho que ver la mala cosecha de soja del año pasado, luego que por el mal clima la producción cayera significativamente.
El punto más alto en este gráfico igual se encuentra lejos de lo logrado cuando el gran momento previo a mediados del 2014, donde se combinaron excelentes precios internacionales de las materias primas, con un nivel de ingresos en la región alto y en ascenso. Fueron tiempos de precios internacionales muy favorables y demanda en ascenso en forma generalizada, pero en particular en la región y en China, que son zonas de impacto directo en nuestras exportaciones. El máximo histórico fue en julio de 2014, con US$ 9.522 millones.
Por lo tanto, la realidad de los doce meses culminados en julio de 2019 se encuentra en el orden de los US$ 2.000 millones por debajo de aquel momento excepcional. Cuando se miran los doce últimos meses todavía hay una caída (-1,8%) en el total exportado, pero se espera que en lo que queda del año converja al crecimiento del 2%, en la medida que los meses que ingresen sean mejores que los que salgan de la estadística.
Tomando esta variación negativa como referencia, se puede analizar industria por industria para tener una visión del porqué de esta evolución. Las exportaciones primarias sin procesar, son aproximadamente la cuarta parte del total de las ventas al exterior y en el período de doce meses a julio cayeron 3,6%. La principal razón fue el menor volumen de ventas de ganado en pie (-33,3%). También hay una caída en la exportación de madera (-10%). La compensación de estas dos caídas está en la exportación de la soja, que lleva las exportaciones de cultivos a crecer 14,3%.
Las anteriormente detalladas son las ventas de productos primarios; el resto de los bienes vendidos al exterior, al tener algo de procesamiento, ingresan en la categoría de productos industrializados. Hay varios sectores de actividad que, a su vez, se componen por diferentes industrias. El sector de mayor ponderación es el de Alimentos y Bebidas, que representa poco menos del 50% del total exportado. En el año terminado en julio registró un crecimiento del 4,4% y en el gráfico de la izquierda de la zona media del cuadro se puede observar la evolución en el último año.
El gran responsable del aumento en las ventas al exterior de carnes es la industria frigorífica, que registró en este último año un crecimiento del 8,8%. También hay aumentos en las exportaciones de lácteos (11,1%) y de cebada (9,6%). En el caso de los lácteos los US$ 677 millones que se exportaron en los doce últimos meses todavía están muy lejos de los US$ 1.000 millones de mediados del 2014.
Dentro de las industrias alimenticias no todas las noticias son buenas; hay algunos sectores y empresas que registran menos ventas al exterior. El caso notorio es el del arroz con una caída del 21,9% en dólares, debido al menor volumen físico colocado en el exterior (-25%). También registra una contracción el sector de las restantes industrias alimenticias y de bebidas (-7,6%) compuesta por una variedad de industrias y productos de menor peso en el total exportado.
En el resto de los sectores de actividad e industrias predominan las variaciones negativas y la tendencia queda clara en el gráfico de la derecha en la zona media del cuadro. Solo se pueden destacar los aumentos en productos de madera, industria papelera, abonos y productos de caucho y plástico. Entre los negativos más significativos, se encuentra el de industrias químicas básicas (-18,5%) y jabones y detergentes (-18,9%) y los productos de cuero (-22,7%). Son sectores en los que la caída de la demanda agregada en la región y el encarecimiento de nuestro país en relación a los vecinos impactan significativamente.
El deterioro de la región también se puede ver en las exportaciones de vehículos que cae 6,8%, minerales (-34,2%) y fundamentalmente en ese resto de actividades que representa US$ 207 millones en el total, pero encierra varias empresas y que cae 27,7% en el último año.
Vale la pena destacar que los problemas en la región se agravaron a partir de julio y la devaluación de agosto en Argentina todavía no está impactando. La perspectiva para el resto del año solo es hacia la baja.
El repaso sector por sector permite entonces concluir que se está encaminando una mejora en el total exportado en el total del año 2019, pero que es engañoso, porque a nivel macro se crece pero hay situaciones negativas a nivel micro que van a impactar a la baja en el futuro. El crecimiento del último año se basa en las ventas al exterior de carne, la recuperación de la cosecha de soja luego del desastroso 2018 y algo más de exportaciones de productos de madera. En el resto, hay una caída en el ingreso de dólares a la economía y en algunos casos significativa, como para sostener el nivel de actividad a nivel de establecimiento.
Cuando se miran los productos que sostienen el crecimiento de las exportaciones, hay un común denominador que es el país de destino. Las compras de China son otro elemento clave del momento exportador. En el gráfico inferior se puede ver cómo en el último año China superó al Mercosur original como destino de nuestras exportaciones. Por lo tanto, se está perdiendo el beneficio de la diversidad, con una concentración que nos hace cada vez más dependientes de lo que suceda con la demanda china. Mientras esta demanda esté presente, hay que aprovecharla. Pero, si se considera que es una economía con grandes problemas internos y en guerra comercial con Estados Unidos, hay que mantener la vista puesta en la mejora de la competitividad y cómo conseguir alternativas que sostengan nuestras ventas y el nivel de actividad asociado.