Probarán un arma nueva
A la caza de las cianobacterias
Harán pruebas con moderna tecnología canadiense en distintos cauces de agua del país.
La dosificación de ozono en el agua parece ser hoy lo más efectivo para terminar con poblaciones de cianobacterias como las que afectaron las costas uruguayas en este verano que está por despedirse. Los canadienses crearon y patentaron una tecnología basada en esa fórmula que ya fue presentada ante la Presidencia de la República y ahora está en manos de la dirección de Medio Ambiente del Ministerio de Vivienda, a quien le corresponde definir los cauces de agua para que los privados efectúen pruebas y den a conocer los resultados.
De esos estudios, para los cuales se gestionará la participación del Centro Universitario Regional del Este (CURE), depende la proyección de eficacia del método, los tiempos de labor y costos. De prosperar un acuerdo, no estará en juego la venta de máquinas sino justamente la oferta de resultados.
Eso cuenta Carlos Martínez Penino, representante en Uruguay de la firma americana Dellepere Enterprises, único distribuidor autorizado por Water Management Technologie, propietaria de la patente internacional de una tecnología que se desarrolló hace 15 años, con la colaboración del Estado de Florida. El objetivo era combatir la contaminación del río Miami y bahías aledañas como Bay Side, un consagrado centro turístico.
Allí se puso a navegar el Scavenger 2000, un barco o planta móvil de tratamiento de liquidos contaminados, y la experiencia derivó en un éxito, según los controles ambientales de la agencia oficial conocida por la sigla APA. La misma tecnología se ha empleado también desde Nigeria hasta el sur de España, o más acá en el tiempo en México, durante la recuperación del Lago de Valsequillo, en Puebla.
“En todos lados hubo resultados exitosos pero para mí el proyecto dirigido a un lugar con una problemática más semejante a la de Uruguay es el del río de Miami”, afirma Martínez Penino, quien trabaja junto al ingeniero sanitario Richard Arias, reconocido en Uruguay y el exterior como una autoridad en materia de aguas, habiendo participado, por ejemplo, en la instalación en la India de las plantas compactas y transportables para potabilización del agua, las conocidas UPA.
“Cuando conocí esta tecnología ya me había sorprendido que toda la costa atlántica del sur de la Florida, durante varios períodos, no se podía disfrutar; estaban contaminados los balnearios. Cuando hay lluvias sobre el Lago Okeechobee, sus aguas contaminadas por cianobacterias se descargan en el Atlántico, en donde están las mejores playas de la Florida”.
La experiencia en México
Cuando el Scavenger 2000 llegó a Puebla, en México, lo hizo con tres unidades de plantas de tratamiento móvil de agua, encargadas de sanear la Presa de Valsequillo. En la promoción local se anunciaba que la oxidación avanzada impactaría directamente en la salud pública, eliminando posibles enfermedades gastrointestinales, hepatitis, infecciones en la piel o bien otorrinonaringologas o virósicas. Se subrayaba también que ninguno de los barcos, en los seis meses de trabajo previstos, estaría introduciendo químicos en las aguas sino que solo actuarían como la propia naturaleza, inyectando oxígeno en grandes cantidades para cubrir la demanda generada por los diferentes contaminantes existentes en las aguas. El saneamiento del lago tuvo inmediata repercusión en las redes sociales, en donde la gente antes que nada celebraba la chance de bañarse.
El servicio o patente que se promueve involucra el empleo de ozono pero en forma conjunta con oxígeno y luz ultravioleta, con una dosificación que puede llegar hasta 10 metros en profundidad.
De consagrarse un contrato entre Uruguay y la empresa, la tecnología canadiense se integraría a los planes para proteger la calidad del agua no solo en puntos turísticos sino quizás en la contaminada cuenca del Río Negro, para la cual el presidente Tabaré Vázquez mandó crear en septiembre del año pasado un comité a fin de revertir el comprobado deterioro de la calidad de las aguas, debido entre más cosas a nuevos desarrollos productivos, con uso de lo que a la postre son nutrientes de las cianobacterias: nitrógeno y fósforo acumulados en los sedimentos y liberados, pasando al agua, cuando falta oxígeno.
“El ozono es un desinfectante 3.600 veces superior al hipoclorito de sodio y tiene la ventaja que no genera subproductos cancerígenos en el agua. Su poder oxidante elimina las cianobacterias y también las toxinas que liberan al morir. El oxigeno también colabora muchísimo en generar condiciones aeróbicas en el agua, donde haya demanda de él”, explica Carlos Martínez Penino.
La operativa del barco es controlada por un solo hombre, y en su proa se ubican dos compuertas que funcionan como dos brazos o paletas que se abren para permitir que ingrese el agua contaminada junto a los residuos sólidos que están en la superficie. Lo que se recoge va primero hacia un canasto que lleva el mismo barco y soporta hasta una tonelada de carga, y luego hacia un tanque con mayor capacidad en donde se almacena la hojarasca, el “pasto verde” y las materias para luego verterlas o disponerlas en lugares autorizados en tierra. En la popa de la nave hay por su parte una especie de laboratorio o cámara en donde se desarrolla un proceso de decontaminación secundario, dosificando oxigeno y ozono en forma de microburbujas a las aguas. El Scavenger tiene una gran navegabilidad, ya que puede girar 360° en el mismo lugar en donde está efectuando las maniobras para el trabajo de limpieza, por ejemplo en zonas de difícil acceso. La unidad, de unos 11 metros de longitud y 2 y medio de ancho, con las compuertas de la proa cerradas puede alcanzar velocidades de entre 11 y 15 kilómetros por hora, la marca de los veleros.
El ozono como clave de purificación de las aguas
Especialistas defienden la complementariedad con el oxígeno y la luz UV
Los especialistas explican que hoy las microalgas se vuelven resistentes al tratamiento ultrasónico. Pero hay métodos más eficaces. La luz UV penetra en la pared celular externa de los microorganismos, pasa a través del cuerpo de la célula, alcanza el ADN (ácido desoxirribonucleico) y altera su material genético. Es decir que ayuda a destruir los microorganismos junto al ozono y el oxígeno. Del ozono se dice que no solo es biocida sino también un purificador de amplio espectro, que también acaba con partículas polucionantes habituales en el agua potable, entre otras: restos de pesticidas, fertilizantes o aquellas relativas a los metales pesados como el plomo o el cobre. Es decir que no habrá contaminantes secundarios ni residuos, porque el ozono se convierte en oxígeno. En la actualidad, el ozono se recomienda incluso para agregar en las piscinas en lugar del cloro.
El ozono puede rápida y muy eficazmente matar a todas las bacterias, virus y otros microbios en el agua.
Justamente el sistema canadiense de descontaminación de Oxy-Plus, con la embarcación Scavenger 2000 es un sistema que utiliza oxidante superabundante. Al depurar las aguas que entran a través de la proa abierta, se reducen las bacterias y virus, se eliminan los olores como los de azufre y cuerpos orgánicos y se eliminan las algas y sus nutrientess.: nitrógeno, fósforo e hidrocarburos. Los análisis microscópicos de Nova Southeastern University Oceanographic Center indican que la depuración de aguas superficiales contaminadas a bordo es altamente efectivo.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, entre 2002 y 2016, el uso de nitrógeno en el agricultura aumentó un tercio en el mundo, mientras creció 40% el uso de fósforo -el mayor responsable de la proliferación de cianobacterias-. La ONU advierte que en el mundo un 80% de las aguas residuales se vierten en los ecosistemas sin ningún tratamiento previo.