En el campo algunos se quejan por el frío intenso y otros lo celebran
Le sirve a los agricultores y es complicado para los ganaderos
Las temperaturas muy bajas y las heladas inciden de modo diferente en los distintos rubros de la producción agropecuaria. Por un lado, son muy favorables para los cultivos de invierno, pero a la vez perjudican a la ganadería de carne y leche y a las majadas. En el caso de la granja, tienen impactos relativos, con base en lo que se esté produciendo, pero no son un factor de gran riesgo.
Los intensos fríos del invierno, como los que hubo en buena parte de la semana pasada, tienen en jaque particularmente a los ovinocultores, a tal punto que en el comienzo de la época de parición y en campos con una baja calidad de pasto hubo mortandad de corderos y hasta de ovejas adultas.
Sin embargo, según supo El Observador, al mismo tiempo la horticultura y la agricultura ven con muy buenos ojos las bajas temperaturas.
Invierno benévolo para la huerta
“A veces necesitamos que vengan estos fríos para tener algún valor (mejores precios) en determinados rubros que son los que producimos bajo protección (en invernáculos, por ejemplo). Son fríos normales que, sin duda, afectan y tienden a la merma de algunos rubros, pero el productor aprovecha para tener valores que hagan el promedio”, indicó Aquiles Mainardi, presidente de la Intergremial Salto Hortícola.
Expresó que los fríos inciden en una merma en el volumen de producción de ciertos rubros, sobre todo considerando las pocas horas de luz que hacen que la floración no tenga un cuajado correcto, incidiendo así en el desarrollo de la producción.
Aseguró que el frío es “lo normal” en esta época del año y dijo que los granjeros se preparan para cuando llegan las bajas temperaturas. También señaló que el invierno viene siendo “bastante benévolo”, al menos para su sector.
Bueno para trigo y cebada, malo para la colza
En agricultura, para el trigo y la cebada el frío es bueno, porque son cultivos que, con bajas temperaturas, construyen mejores rendimientos –se favorece la generación de macollos y posteriores espigas–. Además, el frío baja el riesgo de enfermedades. Entonces, para esos dos cultivos, “el frío es bueno por todos lados”, explicó Facundo Capandeguy, ingeniero agrónomo y director de la empresa agrícola 3Agro.
En colza, dependiendo de la fecha de siembra, puede afectar de modo diferente, pero se trata de un cultivo en el que el frío afecta a la colza cuando es chiquita y cuando está en floración, cosa que sucede en estos momentos.
“Si sembramos la colza temprano, entre abril y mayo, zafamos del frío al inicio del cultivo, pero cuando florece es cuando comienzan las heladas y perjudica a las tandas de floración que no pasan a granos. Si lo hacemos tarde, complica el inicio de siembra y no la floración. Hoy la colza está siendo afectada por el frío porque está florecida”, comentó.
Pésimo estado de las majadas
Muy por el contrario, los ovejeros y ganaderos están sufriendo las consecuencias del invierno. Francisco Itzaina, productor ganadero y ovejero de Sarandí del Yí, Durazno, señaló que en su zona puntualmente las majadas “están horribles”.
“Las ovejas están feas, feas”, lamentó Itzaina.
Hizo referencia a que los campos se encuentran con "una baja calidad de pasto y falta de verde". Hay productores que pudieron tomar medidas, suplementar o dar pasturas, y las majadas respondieron rápido, pero, en general, “los comentarios son que las majadas están feas”.
En tanto, los vacunos de Itzaina están en buen estado y van a llegar bien a la salida del invierno. Sin embargo, el productor ha constatado casos de ganados de cría y categorías de reposición que han perdido entre uno y dos puntos de condición corporal.
“De mitad de julio hasta ahora han sido los peores meses, los temporales y los fríos se han comido mucho los campos y los ganados están sentidos”, indicó.
Por su parte, los lanares deberán afrontar –y algunos ya comenzaron a hacerlo– las pariciones en muy malas condiciones.
En esa zona hay pariciones avanzadas que se suman al mal estado de las ovejas y dan como resultado mortandades, no solo de los corderos, sino también de las ovejas adultas. “No soportaron la preñez”, lamentó.
Desde su opinión, en el caso puntual de las ovejas, esto sucede siempre después de un verano y un otoño de mucho pasto –como pasó este año–.
“Hay mucha acumulación de pasto viejo y pasto seco. En esta época, cuando las ovejas precisan más calidad de pasturas, no la encuentran. No es un tema de carga; por más que tengas una oveja cada cinco hectáreas, esa oveja va a estar comiendo mal”, explicó.
De igual forma, dijo, sucede con los vacunos. Los productores han incrementado la suplementación proteica y eso lo hacen tras un año de acumulación de pasto viejo que “no aporta nada”.
“Es como comer papel, pobre vaca; y para las ovejas peor”, concluyó.
Diario EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY - 19 agosto 2019