PLAN EUROPEO
Los diputados españoles aprobaron el plan de ahorro energético: ¿de qué se trata?
Para poder reducir las importaciones de gas ruso, entre las que se incluye la limitación del aire acondicionado o la calefacción.Los diputados españoles aprobaron ayer jueves el plan de ahorro energético adoptado a principios de mes por el gobierno como parte de un plan europeo para reducir las importaciones de gas ruso, entre las que se incluye la limitación del aire acondicionado o la calefacción.
El texto del PSOE y de su socio Podemos (izquierda radical), que no tienen mayoría absoluta en el Parlamento, halló respaldos de otros partidos y fue aprobado por 187 votos a favor y 161 en contra.
El rechazo del decreto ley por los diputados hubiera constituido un serio revés para Sánchez, sobre todo ante la Comisión Europea. Pero sobre todo, hubiera obligado a revertir unas medias que llevaban aplicándose desde la entrada en vigor del decreto ley el 10 de agosto.
La situación que vive Europa exige “responsabilidad y solidaridad”, declaró tras la votación la ministra de Transportes, Raquel Sánchez.
Estas medidas se tomaron en el marco de un plan de ahorro europeo destinado a reducir la dependencia del gas ruso, que se puso crudamente de manifiesto tras la invasión de Ucrania. Entre las medidas principales está la obligación de tener el aire acondicionado a 27°C o más en comercios, teatros, cines, estaciones de tren o aeropuertos. En invierno, el termostato de la calefacción no podrá superar los 19°C.
El plan también prevé que las luces de escaparates comerciales y de edificios públicos estén apagadas después de las 22.00 horas.
Los locales con aire acondicionado o calefacción también deberán instalar un mecanismo de cierre automático de puertas antes del 30 de septiembre para evitar el derroche de energía.
De momento estas medidas no se aplican a domicilios y particulares.
En las negociaciones del plan de ahorro, y esgrimiendo su menor nivel de conexión energética con el resto del continente, España y Portugal lograron que la UE les permitiera una reducción del consumo de sólo el 7%, en nombre de la “excepción ibérica”.