Los retos globales y el papel de Montes del Plata en el desarrollo sostenible de Uruguay
En el contexto de una economía en transformación y con miras a un futuro global marcado por desafíos complejos, Diego Wollheim, gerente general de la planta de celulosa Montes del Plata, ofrece una perspectiva sobre el rol que las empresas, en particular el sector forestal, juegan en el desarrollo sostenible de nuestro país.
Wollheim, contador, de 51 años de edad, oriundo de Paysandú y con una sólida trayectoria académica y profesional, asumió ese cargo en 2016 luego de haber ocupado la gerencia de Administración y Finanzas de la firma.
Durante una entrevista con EL TELEGRAFO, abordó temas clave como el cambio climático, la desinformación, la polarización política y el futuro económico del país.
Cambio climático: el reto principal
Wollheim no duda en señalar que el cambio climático representa el mayor desafío que enfrentará la humanidad en los próximos años. Citando al Foro Económico Mundial, subraya que la sustitución de los combustibles fósiles es clave, y aquí es donde el sector forestal juega un papel crucial.
“Los árboles son sumideros de carbono naturales, capaces de absorber el CO2 que alimenta el calentamiento global. Los productos derivados de los árboles, como la madera, también son la alternativa sostenible frente a materiales contaminantes como el acero y el plástico”, asegura.
Montes del Plata, uno de los principales actores en la industria forestal uruguaya, se encuentra en una posición privilegiada para liderar estos esfuerzos. La empresa no sólo produce celulosa, sino que también ha desarrollado proyectos innovadores para utilizar subproductos forestales en la creación de materiales sostenibles que podrían reemplazar componentes actualmente derivados de combustibles fósiles.
Desinformación y polarización
El gerente general de Montes del Plata también destaca la creciente preocupación mundial por la desinformación en la era digital, exacerbada por el uso de inteligencia artificial. “La capacidad de crear y difundir noticias falsas a gran velocidad es un riesgo que la humanidad deberá enfrentar con seriedad”, advierte. Según él, informar bien es ahora más importante que nunca para combatir este fenómeno.
“Es tan buena la velocidad con que pueden llegar a redactarse artículos falsos por cualquiera –porque antes por lo menos tenías que saber redactar–, que el Foro Económico lo ve como el segundo riesgo más importante que tendrá que enfrentar la humanidad”, insiste Wollheim.
Junto con la desinformación, señala la polarización política como un riesgo creciente, tanto en el plano internacional como en Uruguay. Aunque el país se ha mantenido más moderado en comparación con otras naciones, el ejecutivo insta a no subestimar el impacto de la creciente división en la sociedad. “Debemos cuidar lo que tenemos. Uruguay está viviendo el período más largo de democracia ininterrumpida en su historia, pero eso no significa que estemos inmunes a los riesgos que enfrentan otras democracias”, advierte.
“Acá siempre se dice que no va a pasar. Se dice que somos un país sólido, con una democracia muy estable. Que el uruguayo es diferente. ¿Qué tanto es el riesgo de terminar en un, no digo un estado fallido, pero ir hacia la situación de Perú, por ejemplo, que no logra estabilizarse? Yo soy sumamente crítico con lo que decimos muchas veces los uruguayos. Llegamos a decir que la COVID-19 no iba a venir porque tomamos mate, porque habíamos sido vacunados no sé contra qué cosa, pero que no iba a llegar hasta que realmente llegó”, ahonda el gerente general.
“También el nivel de la polarización hay que administrarlo. A veces en las redes, cuando se discuten temas tan polarizados, de parte de la clase política empiezan con la agresividad. Son cosas claves para la sociedad, hay que evitarlo”, dice el sanducero. “No somos ninguna cosa tan diferente a otra. O sea, nos puede pasar lo mismo sin lugar a dudas. No estamos vacunados. Hay que cuidarlo constantemente”.
La política de Estado en el desarrollo forestal
Uruguay ha logrado posicionarse como un país de referencia en el sector forestal, gracias a una política de Estado que se ha mantenido desde 1987, cuando se promovió la forestación como una vía de desarrollo económico. Esta política, que inicialmente incluyó subsidios y exoneraciones fiscales, ha madurado hasta convertirse en un pilar clave de la economía uruguaya.
Montes del Plata representa hoy el 7,6% de las exportaciones del país y más del 10% de la producción de energía eléctrica. Wollheim sostiene que esta industria ha sido fundamental para el crecimiento del país, generando empleo y desarrollo, no sólo a nivel industrial, sino también en la infraestructura; en este aspecto, la empresa ha tenido que construir muelles y otras instalaciones para mover su producción.
“Uruguay tiene forestado el 7% de su territorio, pero este sector representa más del 22% de las exportaciones del país. Un dólar de cada cuatro que exportamos está vinculado a la forestación”, detalla Wollheim. Este crecimiento, asegura, es esencial para la sostenibilidad económica, social y ambiental del país, porque los productos derivados de la madera no únicamente son ecológicos, sino que también generan empleo de calidad.
“La condición necesaria para que exista esto, es una política de Estado y un país que respeta las reglas de juego. Y eso es el motivo por el cual se desarrolló el sector. Una política de Estado clara que se respetó. Todos los gobiernos, sin excepción, salieron a defender en los momentos que había que defender y a promoverlo. Pero esto no es suficiente. Lo que lo hace suficiente, es el nivel de calidad de compañías. Acá están las mejores compañías a nivel mundial”, afirma.
El directivo también habla sobre los desafíos económicos que enfrenta Uruguay, particularmente en términos de competitividad. Si bien la industria forestal ha sido un modelo de éxito, con plantas de celulosa que funcionan gracias a la economía de escala, Wollheim advierte que el país debe seguir innovando y diversificando su oferta productiva. En particular, menciona el potencial del hidrógeno verde –en Paysandú, la chilena HIF planea instalarse en la zona de Constancia– y los combustibles sintéticos como una oportunidad para continuar en la senda del desarrollo sostenible.
“El futuro está en los combustibles verdes, y Uruguay tiene el potencial de ser líder en la producción de e-fuels, que se generan a partir del hidrógeno verde y CO2 biogénico. Este CO2 se obtiene, en parte, de los residuos de la forestación, lo que crea una sinergia perfecta con el desarrollo del sector forestal”, explica.
Por esto, resulta “importante” conocer la “visión de los futuros gobernantes” ahora en tiempos de campaña electoral. “Más cuando en el Parlamento se discutió y se aprobó, en 2021, una ley que ponía límites importantes a la forestación. Lo tomamos como algo negativo que ha pasado en Uruguay. Porque la forestación ha sido lo más positivo que ha pasado en este país, junto con el cambio de la matriz energética”, argumenta Wollheim.
Impuesto global
Al mismo tiempo, Wollheim hizo referencia al concepto de impuesto global, que viene de la OCDE y busca que las empresas que tengan una facturación a nivel mundial mayor a 800 millones de euros, deben pagar como mínimo de 15% de rentas en los lugares donde están instaladas.
“¿Dónde tenés que pagar? Normalmente en el país de origen del capital. Si es un capital coreano, se pagará en Corea. Eso no fue pensado para nuestro tipo de industrias, sino para aquellas empresas que se instalaban en determinados lugares para tener beneficios fiscales. Pero la realidad es que terminamos cayendo todos”, asevera.
“Entonces, habrá determinados tipos de examinaciones fiscales que se dan en Uruguay, que se van a ver limitadas a este 15%, y por lo tanto vas a competir mucho más fuerte que en otros países, porque también tienen la misma tasa”, explica.
La mirada hacia Paysandú y el desarrollo regional
Wollheim también reflexiona sobre las oportunidades para su ciudad natal y el desarrollo regional. A su juicio, Paysandú tiene que diversificar su economía, potenciando tanto su capital humano como sus recursos naturales. Además, menciona la importancia de impulsar proyectos educativos y de investigación que podrían colocar a la ciudad en el mapa internacional.
“Sólo en Paysandú, Montes del Plata emplea a más de 630 personas de forma directa. Debemos potenciar estas inversiones de calidad, pero también buscar nuevas oportunidades, como el desarrollo universitario y el turismo asociado. Paysandú tiene un gran potencial, pero necesitamos encontrar el motivo por el cual la gente quiera venir aquí”, subraya.
“Me quemo la cabeza pensando en Paysandú. Por dónde tiene que ir y debe hacerlo por muchos caminos. Tiene que potenciar las cosas que ya tiene y están bien. Que son inversores de calidad. A mí me gusta el tema universitario, para Paysandú lo veo como algo muy bueno. Y ligado a eso lograr un turismo universitario. Pero hay que tener un motivo por el cual venir a Paysandú. Eso es lo que hay que encontrar”, subraya quien en el pasado estuvo como asesor de Paylana cuando trabajaba para Pricewaterhouse.