Una auditoría en el Ministerio de Ambiente detectó un nivel general "bajo" de controles internos
El documento realizado por la Auditoría Interna de la Nación (AIN) destacó cinco resultados respecto a los componentes de control interno.La auditoría hecha al ministerio, a diciembre del 2023, fue realizada en la Dirección General de Secretaría (DGS) e implicó también procedimientos en la Dirección Nacional de Aguas (Dinagua) y Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental (Dinacea).
Según el documento publicado por la AIN, “el nivel de madurez general obtenido del sistema de control interno del Ministerio de Ambiente es bajo”.
“Se verificaron esfuerzos aislados a efectos de que el control interno constituya una herramienta efectiva para el cumplimiento de los objetivos del organismo”, agrega.
La AIN indicó que “si bien el ambiente de control, base de todo el sistema, se encuentra en el nivel bajo de madurez, la dirección ha impartido lineamientos, tales como difusión de valores y la conformación de un equipo de trabajo para implementar la estructura organizativa. El fortalecimiento de directivas impactará de forma sustancial en el sistema de Control Interno. El organismo debe realizar acciones respecto a la identificación, evaluación y gestión de los riesgos a efectos de contribuir al logro eficiente de sus objetivos”.
No obstante, debido a que el ministerio fue creado en el año 2020 y su estructura organizativa definitiva fue aprobada en el año 2023, considera “oportuno” analizar el resultado de la evaluación y replicarlo a las restantes unidades ejecutoras para obtener un diagnóstico, “identificar oportunidades de mejora y avanzar hacia un sistema de control interno más consolidado”.
El documento muestra cinco resultados respecto a los componentes de control interno. El primero de ellos, con resultado “bajo”, trata sobre el “ambiente de control”, lo que refiere al conjunto de normas, procesos y estructuras que sirven de base para el control interno en el ministerio.
Sobre este componente, señala dentro de sus resultados que si bien la estructura formal fue aprobada, existen mapas de procesos y algunos manuales de procedimientos e instructivos no aprobados formalmente. Asimismo, dice que “no se ha conformado una unidad asesora de control interno” y que esta “no se encuentra definida ni funcional ni estructuralmente”.
A su vez, entre los resultados de este componente señala que “cada área de trabajo cuenta con responsables de control, pero no hay evidencia documentada de que se lleven a cabo actividades de evaluación del sistema de control interno”.
El segundo componente auditado fue la “evaluación de riesgos”, el cual identifica los posibles riesgos asociados con el logro de los objetivos de la organización, que tuvo por resultado “incipiente”.
“Si bien la institución cuenta con objetivos claros que permitirían identificar los riesgos, se encuentra pendiente la realización de un análisis de riesgos que sirva como base para la gestión y redunde en la consecución de los objetivos en todos los niveles. No existe una identificación de riesgos a nivel de toda la organización, no obstante los mapas de procesos incluyen la identificación de ‘problemas’ y/o ‘cuellos de botella’ y los informes públicos permiten visualizar información sobre algunos de éstos”, señala.
Además, agrega que el organismo “no cuenta con lineamientos o indicadores que les permitan identificar riesgos de fraude”, aunque se implementaron algunas actividades de control como autorizaciones de pagos, la distribución de equipos inspectivos, entre otros.
Destaca que “las acciones ante cambios que podrían afectar significativamente el sistema de control interno son aisladas”.
El tercer componente auditado fue el de “actividades de control”, que refieren a las acciones establecidas mediante políticas y procedimientos, que contribuyen a disminuir los riesgos que puedan afectar el logro de los objetivos del ministerio, donde también fue “bajo” el resultado.
En este caso, entre otros hallazgos, la AIN_señaló que “no se ha verificado la rotación de personal involucrado en actividades claves, con excepción de los equipos inspectivos, donde su conformación mitiga los riesgos a los cuales se encuentra expuesta la tarea”.
El cuarto componente auditado fue el de “supervisión y monitoreo”, que refiere al conjunto de actividades de autocontrol incorporadas a los procesos y operaciones de supervisión, con fines de mejora y evaluación. Su resultado fue “incipiente”.
Sobre este punto, afirma que “no existen evaluaciones formalizadas y difundidas para todos los componentes del sistema de control interno, para verificar si está vigente y en funcionamiento. No obstante, se han realizado algunas evaluaciones y correcciones sobre el componente actividades de control interno a nivel de área”.
Por último, la AIN evaluó “información y comunicación”, que responde a la forma en que las áreas operativas, administrativas y financieras de la organización identifican, capturan e intercambian información. Su resultado también fue “bajo”.
Según el documento, hay lineamientos para la toma de decisiones que permitirían apoyar el componente de control interno institucional ya difundidos en todos los niveles de la organización, “no obstante, no se proporcionó evidencia de que los mismos se encontraran por escrito”.
Además mencionó otros procesos, evaluaciones y sistemas que comenzaron a desarrollarse, por lo que recomienda formalizar los lineamientos requeridos de información para la toma de decisiones y que se continúe con las evaluaciones iniciadas.