Tras sequía histórica la economía uruguaya creció apenas 0,4%; se prevé rebote para 2024
La actividad económica creció 0,4% el año pasado, según los datos oficiales divulgados este jueves. Analistas privados y gobierno esperan expansión de entre 3% y 3,5% en 2024, según últimas estimaciones.La economía uruguaya tuvo un flojo desempeño y creció apenas 0,4% promedio en 2023, según el informe de cuentas nacionales divulgado este jueves por el Banco Central del Uruguay (BCU).
El Producto Interno Bruto (PIB) creció 0,4% en el cuarto trimestre respecto al tercer cuarto del año –depurando los efectos estacionales–, mientras que alcanzó un nivel 2% superior en comparación al último trimestre de 2022, ya con importante incidencia de la mayor producción agrícola en la nueva zafra (2023/2024).
Los resultados están en sintonía con lo esperado, luego de un año que estuvo marcado por factores extraordinarios como la sequía con fuerte impacto en los números del agro. También pesó la finalización de las obras de la segunda planta de celulosa de UPM, y la parada técnica de la refinería de Ancap iniciada en setiembre.
Ese impacto de la sequía que jugó negativamente en las cuentas nacionales no estará en este 2024, y hace prever mejores resultados en la producción del agro y las exportaciones de bienes. A esto se sumará el funcionamiento a pleno de la nueva planta de celulosa en Pueblo Centenario. Entre soja y celulosa se sumarían unos US$ 1.500 millones más de exportaciones que en 2023.
También se prevé otro buen año para el consumo privado que se proyecta crezca impulsado por el aumento del empleo, el salario real y los salarios en dólares.
Otro factor a considerar es la corrección de la brecha cambiaria con Argentina que se está procesando antes de lo esperado, y que hace ver como probable una reversión de la fuga de consumo registrada el año pasado hacia ese país, como informó El Observador. Esto también favorecerá a la recuperación de la actividad en ciudades fronterizas del litoral.
Con ello, las perspectivas en 2024 apuntan a un mayor dinamismo de la economía, que crecería en el eje de entre 3% y 3,5%, de acuerdo con las últimas proyecciones de los analistas que participan de la encuesta del BCU, y las estimaciones del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
“Para 2024 estamos esperando un crecimiento en el entorno de 3,5%. Esto es muy similar a lo que habíamos presentado en la Rendición de Cuentas que era 3,7%. Ahí está bastante equilibrado el crecimiento a nivel de los distintos sectores y esperamos que haya un empuje importante de la construcción, de la industria y también los sectores que habían quedado más rezagados como comercio y servicios”, señaló semanas atrás la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, en diálogo con El Observador.
La mirada de los analistas
El economista Alfonso Capurro de CPA Ferrere, señaló que 2024 “será un año bueno para Uruguay”, y no solo en términos de crecimiento. “En general nos imaginamos un buen año para la macro donde los números van a lucir bien, y sobre todo va a ser un bueno año para el consumo”, dijo. Esto asociado al crecimiento del empleo, los salarios y la inflación en dólares.
Algo de esto ya se vio el año pasado cuando las ventas de bienes durables como, por ejemplo, vehículos 0 km superaron las 60 mil unidades, favorecido por el dólar “planchado”, la recuperación de ingresos y el dinamismo del mercado de trabajo.
Capurro añadió que la “contracara” es que la economía uruguaya está registrando un aumento de los costos de producción en dólares, agravado por un proceso de caída de precios de exportación. Los precios de exportación de Uruguay están en el mismo nivel que en 2019, pero con costos de producción 25% más altos.
“Hay un nuevo equilibrio con deterioro de la rentabilidad y de la competitividad para el sector exportador, un equilibrio que si no se corrige podría afectar el dinamismo de la inversión y empleo de cara al 2025”, afirmó el economista en una conferencia días atrás.
En tanto, la firma de asesoramiento económico Grant Thornton, señaló que durante el último trimestre del año, Uruguay mostró “un alentador crecimiento” de su PIB de 0,4% en comparación con el trimestre anterior, “lo que refleja una tendencia hacia la recuperación económica”.
Desde el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), afirmaron que en el segundo semestre de 2023, las exportaciones de bienes y servicios medidas en volumen “rebotaron” al dejar atrás el shock de la sequía para la agroindustria, y al influjo de la producción de UPM 2.
También subrayaron que el consumo privado “fue el motor del crecimiento” con un aumento punta a punta de 2,8%, aunque presentó una leve caída en el último trimestre. Ello estuvo asociado al dinamismo de la masa salarial, que por primera vez en 10 años creció por precio (salario real) y cantidades (empleo).
La economista de Exante, Florencia Carriquiry, afirmó que el PIB tuvo un pobre desempeño en el transcurso de 2023. "Con menos efecto arrastre para este año, estos datos suponen sesgo a la baja para las proyecciones de 2024", expresó.
La economía uruguaya en 2023
Por sectores de actividad
En 2023 las actividades vinculadas al agro, pesca y minería crecieron 5%. El crecimiento de la actividad agrícola se explica principalmente por los mejores rendimientos esperados para la soja en la nueva zafra 2023/2024 comparada con la zafra 2022/2023 afectada por la sequía, y en menor medida, por los mejores rendimientos de los cultivos de invierno. Asimismo se registró una mayor demanda de rolos para procesamiento industrial, tras la apertura de la nueva planta de celulosa.
Por otro lado, hubo una contracción de la actividad pecuaria vinculada con la reducción de la faena y a menores nacimientos de terneros. Eso fue parcialmente compensado por incremento de las exportaciones de ganado en pie y mayor remisión de leche a plantas industriales.
Las actividades de salud, educación, actividades inmobiliarias y otros servicios crecieron 1,1%. En particular sobresale el sector inmobiliario con dinamismo en el primer trimestre por la temporada de verano.
El sector de comercio, alojamiento y suministro de comidas y bebidas tuvo una variación positiva de 1,2% interanual. Dentro de los servicios comerciales se destaca por su incidencia positiva la mayor comercialización de combustibles importados debido al cierre temporal de la refinería, y en menor medida de vehículos, contrarrestado parcialmente por menor comercialización de soja. En alojamiento y comidas el mayor dinamismo se vincula con el aumento del turismo receptivo comparado con 2022.
Por su parte, la construcción cayó 5,6%. Esto se explica principalmente por el fin de las obras de construcción de tercera planta de celulosa y la menor inversión asociada a la etapa final de las obras del Ferrocarril Central. Esto fue parcialmente contrarrestado por el crecimiento en la construcción de líneas de energía y obras de vialidad.
También sobresale la caída de 9,2% en el sector de energía eléctrica, gas y agua. Esto se explica por el aumento de las importaciones de energía desde Brasil que se produjo en el primer semestre de año debido a la crisis hídrica. En contrapartida hubo menos generación hidroeléctrica de las represas que gestiona UTE y menores exportaciones al no contarse con excedentes.
Además, la industria manufacturera cayó 1,6% el año pasado. Se destaca la menor actividad de la refinería de petróleo de Ancap y un incremento en el rubro producción de pasta de celulosa.
Consumo y exportaciones
El consumo avanzó 2,8% durante el año pasado, con aumento en el gasto de los hogares de 3,6%. Aquí destaca el mayor gasto realizado durante viajes al exterior, principalmente Argentina, así como la compra de vehículos y el consumo de servicios en agencias de viajes, según el BCU.
Por su parte, la formación bruta de capital fijo (inversión) cayó 7% interanual debido a la terminación de obras de construcción como UPM 2 y el Ferrocarril Central.
En tanto, las exportaciones de bienes y servicios crecieron 0,7%% en términos interanuales, mientras que las importaciones lo hicieron 6%.