¿Agencia Nacional de Infraestructura? Una propuesta para cerrar la brecha
En esta edición de En Suma, Malena Castaldi cuenta sobre este proyecto para tener una planificación estratégica de obras que van más allá de los ciclos electorales.Que la corremos de atrás no es noticia. Para la instalación de su segunda planta, UPM pidió como contrapartida la construcción del Ferrocarril Central, necesario para conectar la pastera con el puerto.
Hoy, que la planta está operativa y las obras del tren aún no finalizan, cientos de camiones por día transitan la enlentecida Ruta 5, una de las principales arterias del país. Otro capítulo son las demoras del proyecto por la expropiación de terrenos y los sobrecostos.
Desde el sector de la construcción advierten la falta de un diagnóstico del estado de situación de la infraestructura del país y de un plan de acción de largo plazo. A esto se suma la falta de ritmo para llevar adelante con continuidad los proyectos, afectados por los ciclos electorales y las prioridades que define cada gobierno de turno, generando ineficiencias.
En este escenario, la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU) y el Centro de Estudios Económicos de la Industria de la Construcción (CEEIC) proponen crear la Agencia Nacional de Infraestructura. ¿Con qué objetivo? “Estamos yendo a los tirones, sin hacer una planificación más eficiente de los recursos. Hay que empezar por definir las carencias, hacer un análisis del modelo económico del país pensando en las áreas que se quieren desarrollar”, me dijo el presidente de la CCU y director de Saceem, Alejandro Ruibal.
Por su parte, el CEEIC sostiene que faltan definiciones estratégicas de largo plazo que excedan el ciclo presupuestal, advierte que no se cuenta con un banco de proyectos elegibles y que ya existen brechas en infraestructura educativa, urbana, movilidad, agua y saneamiento, entre otras, de acuerdo con un documento en el que propone la conformación de la nueva agencia.
Es cierto, Uruguay ya cuenta con organismos, dependencias y oficinas avocadas a este asunto, pero con dificultades de coordinación y potestades distintas. “En cualquier caso, no existe desde el punto de vista institucional un proceso orgánico de planificación transversal, unificada y coordinada de las necesidades de infraestructura a largo plazo”, concluye el documento del CEEIC.
En contrapartida, la nueva Agencia de Infraestructura funcionaría de forma independiente, con representación público y privada, centralizando las funciones que hoy cumplen otras oficinas, pero con nuevas facultades y cometidos específicos, pero especialmente que tenga bajo su órbita el planificar, implementar y velar por una agenda de infraestructura país de largo plazo: 20 años, con revisiones cada cinco.
Uno de los cometidos principales, además del asesoramiento al Poder Ejecutivo y el sector público, tendrá que ver con proponer un plan operativo que incorpore las necesidades de infraestructura identificadas pero que además considere el Presupuesto Nacional, así como los mecanismos de financiamiento.
“Debe tener jerarquía, que sea citada al Consejo de Ministros. La agencia no será la ejecutora, no define, sino que recomienda. Aporta mayor planificación y los proyectos saldrían más estudiados. Lo más importante es que diagnostique y visualice modalidades (PPP, Cremaf, concesiones) para que sea el gobierno quien tome las decisiones”, resumió Ruibal.
En cuanto a la participación de privados en la agencia y el eventual riesgo de conflicto de interés, Ruibal lo descartó. Para el presidente de la CCU un buen antecedente es el Instituto Nacional de Carnes (INAC), que integra a toda la cadena y donde el sector frigorífico de sienta a la mesa con representantes del gobierno.
“El sector privado debe aportar su experiencia, no tenemos que ser decisores sino consultivos”, dijo. “¿Y qué pasa con el acceso a información privilegiada durante los procesos?”, le pregunté. “Hay que confiar en el profesionalismo de los técnicos representantes. No hay misterio”, respondió.
¿Y cómo y dónde funcionaría la Agencia Nacional de Infraestructura?
Una de las alternativas que propone el CEEIC es modernizar la Corporación Nacional para el Desarrollo, persona jurídica del derecho público no estatal que funciona desde 1985, y llevarla al siguiente nivel dotándola de estas competencias.
Ruibal coincide: “Lo que hay que hacer es trabajar sobre lo que tenemos, la CND. Uruguay necesita incrementar por tres la inversión; hay que ser creativos para buscar soluciones, sobre todo pensando en inversión en infraestructura que vuelva en eficiencia y crecimiento”.
Antecedentes existen. El CEEIC da cuenta de que en las últimas décadas los países vienen transitando este camino propiciando reformas que den lugar a centros especializados en infraestructura y enumera seis experiencias similares en Australia, Canadá, Colombia, Reino Unido, Nueva Zelanda y Corea del Sur.
Más allá de las características particulares, la mayoría comparte funciones de auditoría de infraestructura existente, desarrollo de estrategia, asesoramiento en planificación y políticas de infraestructura, evaluación de proyectos, revisión de estos tras ser completados y asesoramiento en materias de adquisiciones.
¿Y qué áreas de la infraestructura abarcan? Transporte, energías, desechos, defensa contra inundaciones, viviendas sociales, salud, cuidados de personas mayores, educación, espacios abiertos y recreación, artes y cultura, justicia y servicios de emergencia, defensa e infraestructura natural.
En Uruguay sobran ejemplos de proyectos que podrían y deberían ponerse en marcha desde ayer: agua potable, hospitales, escuelas, rutas y caminos, puertos, vías férreas e ainda mais. Y amén de la importancia de cerrar la brecha de infraestructura, hay una consecuencia directa positiva para todos: el impacto en el empleo del sector de la construcción.
Según Ruibal, la idea recibió el visto bueno del oficialismo y la oposición. Hoy, desde el actual gobierno, son el Ministerio de Transporte y Obras Públicas y el Ministerio de Industria, Energía y Minería quienes se comprometieron a estudiar la iniciativa. Ya hay reuniones previstas para los próximos meses. ¿Verá la luz?