zonas francasZonas francas uruguayas en alerta por el valor del dólar

A 100 años del régimen de beneficios tributarios, sus principales desafíos en la actualidad son el precio del dólar y la sombra generada por el Impuesto Global.Este año se conmemora el centenario de la implementación de las zonas francas en Uruguay, una política impulsada en primer gobierno de José Batlle y Ordóñez e implementada en 1923, cuando se aprobó la apertura de la primera en el país, en Colonia.

Esta normativa se modificó pocas veces desde entonces y, prácticamente, funciona igual desde 1987 —ley N° 15.921—, después de que los tres partidos políticos más relevantes del país pasaran por el gobierno. Esto ratifica que se trata de “una política de Estado”, señala el presidente de la Cámara de Zonas Francas del Uruguay (CZFU), Enrique Buero.

Estos territorios delimitados con beneficios tributarios reunían hasta 2019 más de 1.000 empresas, ocupaban alrededor de 15 mil personas directamente y generaron inversiones cercanas a los US$ 500 millones (5,6% del total de las que recibió el país).

Las exoneraciones tributarias otorgadas a las zonas francas fueron de US$ 280 millones en promedio entre 2014 y 2019. En tanto, el beneficio generado por las empresas alcanzó cerca de US$ 1.600 millones anuales en promedio.

Lo exportado en ese período por las zonas francas, en el que no consideró a UPM II, significó la tercera parte del total. Estos datos se desprenden de un análisis de Ceres que procesó los últimos datos brindados por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

El dólar preocupa
Para Buero, este régimen “es el instrumento más potente que tiene Uruguay para seguir captando inversión extranjera”. Sin embargo, en la actualidad, preocupa la pérdida de competitividad de las zonas francas uruguayas. “Si lo pensamos desde un punto de vista industrial, la eficiencia de los costos logísticos, el movimiento de mercadería, las tarifas portuarias y aeroportuarias, el costo del flete,el seguro; todo esto nos preocupa mucho”, desarrolló.

En cuanto a las empresas industriales “hay que agregarles, además, los costos de energía, agua, temas regulatorios. Sobre todo en industrias que están muy reguladas, como la farmacéutica”, agregó.

No obstante, según Buero “hoy hay un desafío que es transversal y que está en boca de todos: el tipo de cambio”. “Eso pega en la competitividad de todos los sectores y tiene preocupado a todos los exportadores”, agregó.

Debido a esta situación, “se genera una diferencia en el costo/hora muy importante contra competidores que también exportan servicios a Estados Unidos, como Colombia” que afecta a las empresas que ofrecen servicios, especificó Buero.

A continuación, un resmen de la entrevista que Café & Negocios mantuvo con el presidente de la gremial.

¿Hoy hay necesidad de actualizar o implementar nuevas normativas que dinamicen a las zonas francas?

Nuestra impresión es que el régimen en sí mismo es un régimen que está bien y no necesita grandes cambios. No quita que, con lo rápido que se dan los cambios a nivel mundial, el régimen de zona franca necesita estar a la vanguardia de los temas que vayan surgiendo porque queremos un régimen competitivo y queremos que las empresas que operan bajo este régimen sean competitivas en el mundo.

Por esto en los últimos tiempos hemos tenido que trabajar en realidades distintas como la implementación del teletrabajo. Lo mismo con el Impuesto Global. Todo lo miramos en términos de competitividad porque hay 600 zonas francas en Latinoamérica y 5 mil en el mundo.

Teletrabajo en evaluación
¿Cómo viene operando la normativa de teletrabajo para zonas francas?

La normativa de teletrabajo se implementó a comienzos de este año y ha sido positivo Sin embargo, estamos evaluando y recibiendo permanentemente inquietudes en cuanto a si es suficiente. Uno de los aspectos que más nos preocupa hoy es que las empresas que no generan más de 1.000 horas de trabajo presencial quedaron afuera del régimen de teletrabajo y en zonas francas tenemos una importante cantidad de empresas de nueve o 10 empleados. Esas empresas no acceden a la reglamentación.

¿Qué significa para el sector que UPM II ya esté funcionando?

El régimen de las zonas francas sigue siendo el instrumento elegido por las inversiones de gran porte y de largo plazo para instalarse en Uruguay.

¿Con qué países compite Uruguay a la hora de captar inversiones extranjeras que pretenden operar bajo el régimen de zonas francas?

Depende del rubro de actividad. Para las empresas logísticas, por ejemplo, que pretenden exportar a Sudamérica, nuestra posición geográfica hace atractivo a nuestro país. Cuando se trata de empresas logísticas o industriales que exportan al norte comienzan a aparecer otros competidores con ofertas potentes, como Costa Rica, República Dominicana, Panamá o Colombia.

En cuanto a las empresas de servicios, el competidor más claro en Latinoamérica es Colombia, que tiene 110 zonas francas, aunque muchas de ellas son para la misma empresa. Colombia es un gran competidor para Uruguay en servicios. La ventaja competitiva histórica se ha acentuado hoy por el costo del dólar.

Ganar terreno en Brasil
El año pasado se llegó a un acuerdo con Brasil para no pagar algunos aranceles, ¿qué resultados ven reflejados al momento?

Ese régimen dejó de ser limitado para algunas zonas francas y por determinado tiempo a aplicarse para todas las zonas francas indefinidamente. Eso posibilitó que muchos usuarios que estaban en las zonas francas hoy estén tramitando certificados de origen Mercosur, un valor agregado para nosotros. Ese es el beneficio más tangible hasta el momento.

Tenemos muchas expectativas en el mercado brasileño para que vaya cobrando cada vez más relevancia para las zonas francas. La exportación de servicios a Brasil podría tener un crecimiento importante, y si se pudiera acordar con ese país menores retenciones al pago de servicios prestados de las zonas farnacas de Uruguay. Hoy hay retenciones importantes en Brasil que tornan inviables la prestación de servicios a ese mercado.

¿Ese acuerdo bilateral se podría aplicar a otros países como Argentina?

Con Argentina hoy vemos muy lejos la posibilidad de que exista un acuerdo bilateral de este tipo. Me encantaría que así fuera, pero hoy con Argentina tenemos que resolver algunos asuntos de coyuntura que son urgentes, como las licencias no automáticas de importación.

Hay espacios para crecer en el Mercosur y por eso creo en el acuerdo con Brasil.

¿Qué importancia tienen los tratados de libre comercio (TLC) para las zonas francas?

Lo más importante para nosotros en estos acuerdos es, como pasó con el TLC con México, es que las zonas francas no quedemos por fuera de esos acuerdos como sucedió con el del Mercosur en 1994, que significó un golpe muy grande.

Las reuniones con el MEF por el Impuesto Global
A finales del año pasado se acrecentó el debate público sobre el Impuesto Global. El argumento que blandió la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a favor de este impuesto es que se resignaría más de US$ 125.000 millones de ganancias a un grupo de 100 multinacionales. ¿Se tuvo diálogo con el gobierno sobre este asunto? ¿En qué estado está la situación de este impuesto hoy en Uruguay?

Hemos empezado a tener diálogo con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y diálogo con los socios de la Cámara de Zonas Francas que estarían al alcance del Impuesto Global. Hoy no todas las empresas están alcanzadas por ese tributo, dado que hay que en la primera instancia se debe alcanzar una facturación anual de alrededor de US$ 900 millones por año.

Nuestro punto de partida es de tranquilidad porque venimos trabajando en compatibilizar el régimen de las zonas francas con los requerimientos de OCDE. La seguridad jurídica de Uruguay es una marca país y ese es para nosotros un aspecto muy importante porque, más allá de que esta empresas tengan que pagar impuestos en algún lado y puedan hacerlo inclusive en Uruguay, los derechos adquiridos que otorga el régimen de zonas francas local en ningún momento están en discusión para el gobierno uruguayo. Eso da tranquilidad y confianza al inversor.

Uruguay tiene un comportamiento proactivo en este asunto, está expectante sobre cómo se toma este tema a nivel internacional y cómo se implementa en otros países.

¿Cómo fue el intercambio con el MEF?

En las reuniones han participado socios y asesores de la cámara. El objetivo es ver cómo el MEF tiene planeado dar los pasos que sean necesarios (para eventualmente implementar el impuesto). El objetivo es transmitir tranquilidad.

¿Cuándo se piensa implementar el impuesto?

Actualmente el impuesto no se está aplicando. La última fecha que había para que se aplicara era 2024. Pero la coyuntura internacional, como las próximas elecciones en Estados Unidos, hacen que no se tenga una fecha estricta en la que se vaya a implementar o qué puede incuso llegar a pasar con estos apoyos y falta de apoyos que tenga esta iniciativa en el mundo y cómo eso impactará en su aplicación.

En cuanto a su implementación, hay que ver caso a caso porque depende de varios factores, como cuánto y dónde tributa la empresa y qué impuestos se le exoneran.

¿Desde la cámara creen que, en principio, la implementación de este impuesto puede generar riesgo para las inversiones que llegan al país?

No me animo a ser contundente. Más que un riesgo es un desafío. Tenemos una gran propuesta de país con la estabilidad jurídica y nuestra infraestructura; el impuesto representa un desafío para seguir captando inversión extranjera.

Interés en el interior
En el último tiempo se han abierto zonas francas en el interior: UPM II, otra en Colonia y también el World Trade Center de Punta del Este, ¿cuán importante es el interior para la gremial?

En el último tiempo, varios proyectos se han interesado en el norte del Río Negro. Pero esto no alcanza. A estas inversiones hay que acompañarlas de infraestructura, conectividad, mano de obra, costos competitivos para llegar al lugar donde esté instalada la zona franca; acompañarlo de una cantidad de medidas adicionales.

¿Cuáles serían estas medidas? ¿Las debería poner el Estado?

Un ejemplo es lo que se está haciendo con la UTEC (Universidad Tecnológica del Uruguay) en Rivera. Eso genera recursos humanos y eso es interesante si uno pensara en nutrir a una zona franca en ese departamento de los recursos humanos necesarios para desarrollar actividades logísticas, industriales y de servicios. Esto es importante porque cuando te alejás del puerto de Montevideo se agudiza la falta de competitividad.

Diario EL OBSERVADOR -Montevideo - URUGUAY - 13 Julio 2023