NAFTAS
Omar Paganini: "Es más importante un regulador fuerte que la libre importación"
El futuro ministro de Industria dijo a El País que esperan dotar de más control a los organismos de contralor para que puedan ejercer en las políticas públicas vinculadas a Ancap.
Es una de las figuras de especial confianza del presidente electo Luis Lacalle Pou y fue designado para dirigir el Ministerio de Industria y Energía. Omar Paganini integra el sector blanco Aire Fresco y, en entrevista con El País, aseguró que su tarea se mantendrá en el perfil técnico.
El futuro ministro de Industria comentó que esperan dotar de más control a los organismos de contralor para que puedan ejercer en las políticas públicas vinculadas a Ancap. En especial en la liberación de los combustibles. A su vez, opinó que en los gobiernos del Frente Amplio se invirtió en las empresas públicas sin medir el rendimiento de los fondos.
-¿Cómo recibe el ministerio? ¿Está en orden la casa o está complicada?
-La casa en general está en orden. Hay una serie de cosas que podemos diferir en los criterios o en la impronta, pero la casa está en orden.
-En la administración del Frente Amplio estuvo el fallido proyecto de Aratirí, pero el hierro está en el suelo uruguayo, ¿tienen algo pensado?
-Para el hierro en la zona de Valentines, no. Ese proyecto todavía está en proceso litigioso, por otro lado fue un proyecto que generó reacciones complicadas en la sociedad civil. Otra cosa es que podamos encarar otros proyectos de minería, tal vez más en el norte. Está el proyecto terminado de Orosur que se puede pensar en restablecer o seguirlo explotando. Hay hierro en la zona de Rivera, tal vez de menor tamaño. No megaproyectos, tal vez proyectos que la sociedad uruguaya pueda aprender a manejar la minería, que ya en el caso del oro se manejó muy bien. Tal vez aquello (de Aratirí) era una cosa demasiado drástica y demasiado grande que generó muchos anticuerpos.
-El gobierno saliente ha dejado señales de televisión cable asignadas, eso generó malestar en algunas autoridades del gobierno entrante, ¿cómo lo ve? ¿Qué se puede hacer?
-Lo que ha adjudicado es la obligación para los cableros de transmitir ciertas señales nacionales. Ese tipo de decisiones, que son de largo plazo, no deberían ser tomadas. No importa quién haya ganado, no parece ser prudente. El conjunto de medidas que forman parte de la ley de medios todavía puede generar alguna discusión a nivel de la ley de urgente consideración. Por otro lado, la parte donde dice cómo se remunera el must carry se deroga en la ley de urgente consideración. Lo que probablemente suceda es que, una vez concluido el proceso de adjudicación, si es que entendemos que es legalmente correcto y no hay objeciones y no hay recursos en contra, igual hay que ver el marco jurídico en el que opera.
-¿En qué situación encuentra las empresas públicas?
-Por un lado, uno encuentra que terminó un período de fuerte inversión de las empresas públicas durante los gobiernos del Frente Amplio donde la sensación general era que no siempre tomaba en cuenta los criterios de retorno y, en el caso de Ancap, claramente no lo tuvieron y generaron problemas importantísimos. Ese mismo criterio de “invierto más allá de los resultados económicos” se llevó adelante en otros entes, como por ejemplo en el Antel Arena, con una inversión que no sabemos cuál es el retorno, más bien parece negativo y fue mucho mayor que la que se había anunciado y que además es discutible que lo tenga que hacer una empresa de telecomunicaciones. Ese mismo criterio también se dio un poco en la parte eléctrica, donde se sobrecontrató potencia de generación y después se construyó algún parque eólico propio de UTE y una central de ciclo combinado que es necesaria para el respaldo, pero que se va a usar muchísimo menos de lo previsto debido a toda esta sobrecontratación. Eso puede generar, y de hecho ha generado, problemas a las empresas públicas. Por ejemplo, se hizo un proyecto de fibra óptica muy importante, muy valioso para el país, se gastaron un montón de reservas y ahora hay que incurrir en una inversión grande para el 5G y hay que ver la solvencia de Antel para realizarla. Tal vez había que haber estudiado un poco más el conjunto de ambos proyectos, dado que el inalámbrico es cada vez más importante. Lo mismo con la red inteligente de UTE, que es clave para el desarrollo de la generación distribuida, que es lo que se viene en la electricidad y cómo se financia eso. Más el cierre del anillo entre Tacuarembó, UPM y Salto Grande, que también son un montón de fondos. Esta gran inversión de los últimos años nos ha dejado con poco margen para las etapas que faltan y son importantísimas.
-¿En qué mecanismos piensa para hacer esas inversiones y no afectar la caja de las empresas públicas?
-Puede haber algún formato de leasing en el caso de algunas inversiones puntuales, ya lo hizo UTE con el tramo entre Melo y Tacuarembó de alta tensión; es una forma de no afectar las finanzas. Pero siempre en un marco de prudencia porque vamos a tener años bien difíciles desde el punto de vista de la disponibilidad de caja del Estado en general.
-¿Ya le marcó las pautas la ministra designada de Economía, Azucena Arbeleche?
-Estamos hablando y estamos en esa dirección. Estos van a ser años de austeridad en general, no solo en las inversiones, también en los gastos. Porque todos sabemos que, si mantenemos el déficit en los niveles que hoy tenemos, eso impacta en la competitividad del país, impacta en el riesgo de perder el grado inversor y termina impactando en toda la producción y toda la economía. Claramente, la prioridad uno es disminuir ese déficit y mantener el grado inversor.
-Se debate sobre el precio del gasoil, ¿está la idea de revisar el fideicomiso del boleto incluido en el precio del gasoil y la mezcla obligatoria de biodiesel?
-La ley de biocombustibles no está planteada revisarse, que es la que obliga a la mezcla. Hay que ver si se puede mejorar el costo del biodiesel, igual que el del etanol, que tiene que ver con el proyecto ALUR. Eso sí lo vamos a revisar y vamos a proponernos un plan estratégico para mitigar los problemas que vienen sobre los combustibles por la incorporación de biocombustibles. Vamos a revisar los demás costos extras, incluyendo el fideicomiso del boleto. No tanto para que no haya subsidio al boleto, lo cual sería un error estratégico. En el fondo esto termina con el boleto más accesible o menos accesible y la idea no es desincentivar el transporte público.
-Usted dijo que quiere que Ancap sea un jugador fuerte en la región, ¿cómo se compatibiliza eso con liberar la importación de combustibles; no lo puede perjudicar?
-Justamente, si se piensa como un jugador regional, va a haber otros jugadores. Pero el mercado es más grande, no tiene por qué perjudicar.
-¿Está preparada Ancap para competir con otros jugadores?
-Ancap tiene que prepararse para ser competitiva a nivel regional, lo cual quiere decir que hay que crear esas condiciones. No es que votamos la ley de urgente consideración y al día siguiente hay combustible importado. Eso deberá reglamentarse. Entre otras cosas, por qué tipo de jugador queremos, un importador serio. No estamos pensando en que venga cualquiera y traiga combustibles. Es condiciones de logística que tiene que tener, de respaldo, lo cual requiere tiempo y requiere reglas. En ese tiempo Ancap tiene que prepararse, por un lado siendo más eficiente en lo que hace internamente, en cuyo caso lo más seguro es que pueda competir muy bien como ya lo dice la presidenta actual de Ancap (Marta Jara) y por otro lado pensar en complementar, por ejemplo las necesidades de derivados que tiene Argentina cuyas refinerías hoy no dan abasto. Además, tenemos petróleo nuevo que sale desde Vaca Muerta, ese petróleo quizás se puede traer a menores costos que otros. El mundo de los hidrocarburos pensado solo como un país que trae petróleo de muy lejos y lo refina solo para un mercado pequeño, vamos a tener problemas.
-Jara dice que no va a venir ningún importador porque eso requiere inversiones en logística, de almacenamiento y recepción de combustibles. ¿Ustedes creen que sí? ¿Han tenido contactos?
-Hemos tenido. Efectivamente hay gente interesada pero se requieren inversiones y tiempo. No es inmediato como con otro tipo de importaciones de bienes, que por ejemplo importamos galletitas y es pasar unos camiones. Y, si no hay interesados, eso quiere decir que Ancap no tiene ningún problema. Lo que queremos en realidad, y ese es el objetivo importante de esto, es generar incentivos para que todos los actores de la cadena -Ancap, las distribuidoras, los estacioneros y los fleteros- sean más eficientes. Hoy está todo regulado pensando en la eficacia, es decir pensando en que todos tengamos combustible. Eso se ha logrado, el problema es que eso se hace muchas veces a costa de asumir costos adicionales y trasladarlos al precio. El objetivo no es liberar la importación, el objetivo es generar instrumentos para hacer más eficiente la cadena. El otro, que tal vez es más importante, es la presencia más fuerte de un regulador en el mercado. Es más importante fortalecer a la Ursea y darle un rol de regulador fuerte del mercado de combustibles. Porque la Ursea puede hacer cosas que hoy hace Ancap en toda la cadena de combustibles y Ancap terminar su rol en la planta de La Tablada. La Ursea le puede poner condiciones a Ancap de cuál es el precio de competitividad, que sería el precio de paridad de importación y es problema de Ancap lograr ese precio. Después regular el resto de la cadena, como se regula hoy con contratos con Ancap, a nivel transparente desde un organismo independiente. Y que cada una de las etapas de la cadena vaya mejorando su eficiencia por la fuerza de este regulador. Esto es un poco más importante que la libre importación.
-Están más jugados al rol de la Ursea en la cadena y la libre importación aparece más co-mo una advertencia.
-Es una interesante interpretación de la cual te hacés responsable (se ríe). Lo que sí digo es que el rol de la Ursea es estratégico y juega un rol muy importante. Lo de la libre importación es complementario.
La baja de las tarifas será en el peso de la canasta familiar
-Uno de los roles del ministerio es la Industria y el núcleo industrial lleva cinco años consecutivos de caída. Más allá de los cambios previstos en la ley de urgente consideración, ¿están pensando en alguna medida transitoria?
-En principio no. Cuando tenés un problema bastante generalizado de competitividad, las medidas transitorias no son demasiado útiles. Más bien hay que tratar de normalizar los problemas macroeconómicos primero y buscar crear condiciones de competitividad también por otros factores de costos, como por ejemplo los de la energía. Son medidas que tienen que ir a lo estructural, al fondo del asunto. Si uno parte de la base que va a ser un parche… Uno puede tener un caso especial, una emergencia, pero es por alguna consideración especial, no es para reactivar la industria en su conjunto.
-En ese sentido, los subsidios que están en la industria textil-vestimenta o las exoneraciones especiales que tiene la industria automotriz, ¿prevé mantenerlos, revisarlos?
-Lo estamos estudiando. En principio los autopartistas nos parece importante tratar de lograr su sostén en Uruguay. Es un sector muy especial, porque es de comercio administrado, donde hay acuerdos entre los países del Mercosur con condiciones especiales y se han dado situaciones donde queda Uruguay descalzado que dan lugar a tratamientos excepcionales, que sí creo que no habría que revisar por ahora.
-El tema es que además está el compromiso de campaña de bajar tarifas.
-Sí, hay compromiso de campaña de bajar las tarifas, lo que quiere decir tarifas competitivas a nivel regional y lograrlas en poco tiempo.
-Pero la gente cuando termine el gobierno va a fijarse cuánto pagaba de UTE cuando entró la coalición y cuánto paga ahora.
-Sí, todo eso depende de cómo se mida. La gente lo va a comparar con su poder adquisitivo porque tenemos inflación. No estamos hablando de pesos nominales, estamos hablando de cómo pesa en una canasta familiar o en una empresa productiva o en el sector del transporte. En un emprendimiento agropecuario hoy te dicen “el gasoil es un tema importantísimo”, bueno, queremos que no lo sea, que baje su peso. Eso es lo que la gente mira, no es si me costaba $ 5 y ahora me cuesta $ 6. También hay factores fuera de control, como el precio del petróleo, que habrá que ver cómo evoluciona, ahora estamos bastante tranquilos, ojalá se mantenga en los niveles actuales.