ENTREVISTA
Ruibal: “Llegamos a un punto en que si no implementamos la productividad vamos a ser inviables”
Para el director de Saceem implementar una agenda de productividad en la que “logramos ahorrar mano de obra y compartimos el ahorro” con el trabajador que recibe un mayor salario.
Alejandro Ruibal llegó a Saceem en 1993 por un aviso en el diario. Hoy es director de la firma que ha sido responsable (en solitario o consorcio) de varias obras emblemáticas como el puente de Avenida de las Américas, el de la Laguna Garzón, el aeropuerto de Carrasco, los shoppings Nuevo Centro y Costa Urbana y el estadio de Peñarol.
Actualmente tiene a su cargo (junto a otras tres empresas) la construcción de la obra de infraestructura más importante de los últimos 30 años: el Ferrocarril Central. Sobre la situación de la construcción, qué espera del nuevo gobierno y la productividad transcurrió la entrevista de Ruibal con El País. A continuación, un resumen de lo que fue la misma:
—Sin tomar en cuenta lo que es la construcción de la planta de UPM ¿qué escenario visualiza para la industria de la construcción el año próximo?
—Tenemos un problema dentro de la construcción, siempre sacando UPM porque UPM no es menor, va a traccionar mucho. Pero sacando eso no la veo bien, porque es histórico, los primeros años de gobierno se termina el presupuesto del año anterior, se discute el nuevo presupuesto y no es un momento para inversiones de privados, y si a esto le agrego lo que está pasando en Argentina y Brasil, diría que si le saco UPM a la industria de la construcción, va a tener un año flaco en el Uruguay.
Están todas las obras de Participación Público-Privada (PPP) que vienen muy trancadas y que están de a poco empezando a salir, que son las PPP viales, las educativas y que espero que en el correr del año que viene comiencen a andar. Sería muy bueno para el gobierno entrante, tomar las obras de PPP y hacerlas andar porque ya vienen financiadas, entonces eso va a generar actividad durante dos o tres años sin necesidad de estresar la caja, sin generar pago porque eso se paga cuando se termina la obra.
—Con UPM, la construcción, ¿sí va a tener un mejor año?
—Y sí porque muchísimas empresas, grandes, medianas y pequeñas y otras que hacen venta de servicios o alquileres de maquinaria, esos van a trabajar en el proyecto UPM. Pero en lo demás no vamos a tener Punta del Este traccionando, los proyectos que se están haciendo y muy lentamente son esos que hay, nadie está invirtiendo nada nuevo, el desarrollo inmobiliario en Montevideo tampoco tiene muchos proyectos nuevos, algún caso en particular pero es un poco en el marco de cómo son siempre los primeros años de un gobierno.
—¿Y por qué pasa eso?
—A ver, siempre es regla que los primeros años de gobierno se genere un poco de incertidumbre hasta ver cómo se acomoda el nuevo gobierno y qué reglas de juego se terminan aplicando. Después hay otra cosa, que todavía hay stock de mercadería, se construyó bastante hace algunos años y no se vendió a ese ritmo entonces hay en la plaza y sobre todo en algunos barrios más que en otros, hay mercadería, hay apartamentos a la venta, entonces eso va en el otro sentido y eso frena un poco el desarrollo de nuevos proyectos.
—En relación a la inversión privada, que está en los menores niveles desde 2005 ¿qué señales hacen falta para que se recupere?
Todo lo que está pasando en Uruguay de la transición democrática son señales que son muy buenas para los inversores y sobre todo cuando uno mira de afuera. Hablo con muchos inversores de afuera, de cómo nos miran y sobre todo cuando miran el barrio y ven lo que pasa en Chile, lo que pasa en Colombia, en Bolivia, en Argentina, realmente están mirando Uruguay como un lugar seguro, desarrollado, confiable.
Entonces, ¿qué es lo que hay que hacer? Esa parte, la mitad del partido lo tenemos ganado. Tenemos también un sistema y una Justicia independiente y unos niveles bajísimos de corrupción en todo sentido, no digo cero porque siempre hay algo pero bajísimo, y eso es un activo que tenemos.
Lo que hay que hacer es crear las condiciones para que haya negocios, porque nadie va a invertir solo por esas cosas que dije. Entonces, hay que crear ciertas condiciones y los costos del país ni que hablar, tienen mucho que ver. Hemos escuchado al presidente electo hablar mucho de eso y a su futura ministra de Economía.
La productividad es fundamental, el esquema laboral es fundamental y después hay algo más crucial que es la apertura de nuevos mercados. Porque el que va a venir a invertir difícilmente venga para vender un producto en Uruguay porque tenemos un volumen muy chico. Pero claramente Uruguay es un país para hacer cosas para exportar, para lo cual precisamos todas esas cosas que dije antes y necesitamos tener a quién se lo vendemos, mercados.
—¿Espera cambios laborales con el nuevo gobierno? ¿Ya tuvieron contacto con autoridades del gobierno electo?
—No, todavía no, pero vamos a tener sin lugar a dudas. Creo que por lo que estoy viendo va a seguir primando el tema de los Consejos de Salarios. Una cosa importante a tener en cuenta es que en abril vence el convenio de la construcción, entonces una de las primeras cosas es sentarnos en la mesa la industria en su conjunto, cámaras, sindicato, y gobierno, para tratar de tener otro convenio.
"Si le saco UPM a la industria de la construcción, va a tener un año flaco".
—Con el cambio de gobierno ¿cree que van a cambiar las condiciones de esa negociación con el sindicato?
—Con el sindicato no creo que cambien porque nos conocemos hace muchísimo tiempo y vamos a tener el tire y afloje normal que tenemos con ellos. Así que vamos a ver el marco que le da el gobierno a estas negociaciones, a estos intercambios y ahí nos vamos a posicionar, pero no quiero hablar antes porque no hemos tenido el más mínimo contacto, no me quiero guiar por lo que se dijo en la campaña electoral. Quiero ver ahora lo que se pone arriba de la mesa y cómo se atacan los temas.
—Más allá de lo que es Consejos de Salarios, ¿ven necesario un cambio en materia de regulación laboral?
—En la construcción venimos trabajando con convenios hace tiempo y no hemos tenido dificultad a la hora de ponernos de acuerdo en los convenios, esa es la pura verdad. Uno lo que espera es que se pueda trabajar más a fondo en la productividad por ejemplo, que es un concepto que se está hablando y que creo que hay que aplicarlo más y a mi me gustaría ponerlo en agenda.
No es que no estuviera, si uno mira los convenios anteriores hay menciones a la productividad, pero me parece que la productividad como se está mirando y como se miró hasta ahora es una productividad muy genérica de la industria, es para economistas como quien dice, pero no para aplicarla en cada obra, en cada unidad de trabajo.
La productividad, la única manera de que realmente funcione, es cuando se aplica en cada unidad de trabajo. Espero del nuevo gobierno que ayude a realmente poder instalar el tema productividad a nivel de la cancha. Saceem lo está haciendo a nivel de algunas obras, pero creo que eso es bueno para todos, para los obreros —y en definitiva lo que es bueno para los obreros tiene que ser bueno para el sindicato—, para las empresas y para el país porque somos más eficientes.
—El secretario general del Pit-Cnt, Marcelo Abdala, dijo en estos días que está dispuesto a discutir que la productividad sea una variable a considerar en los Consejos de Salarios, ¿cómo lee ese mensaje?
—Lo leo como el mejor mensaje que puedo recibir, para que la agenda de la productividad no quede solamente en declaraciones de buena voluntad sino en poder llevarlo a casos concretos de cómo trabajar en cada unidad de trabajo, de ver cómo se paga la productividad, es un cambio. Además, llegamos a un punto en que si no lo hacemos vamos a ser inviables.
—Decía que en Saceem han podido llevar la productividad a casos concretos ¿cómo ha sido?
—Para poder trabajar en productividad la base está en la confianza, si el obrero no confía en los números que le voy a mostrar y yo no soy suficientemente sincero para mostrarle los números, no podemos. En algunas obras hemos podido llevarlo adelante, en otras me parece que no se ha comprendido bien. También es muy difícil a veces aplicar la productividad en cualquier obra y en cualquier lugar de la empresa, hay que reconocer eso.
En las obras, en la medida en que hacés unidades físicas de trabajo y se pueden comparar de repente con las horas hombre que vas a hacer un metro cuadrado en pavimento, un metro cúbico en hormigón, o tantas toneladas de hierro que tengo que montar, es bien cuantificable y ahí se puede generar. Ahora trabajamos en productividad en la torre del World Trade Center Free Zone, tenemos mucha experiencia que la vamos a volcar ahora en el caso de las negociaciones.
—¿En ese caso por ejemplo el trabajador percibe un diferencia en su salario?
—Percibe un diferencial si realmente sale el trabajo en el horario que tiene que salir, logramos ahorrar mano de obra y compartimos el ahorro. Hay que romper algunos paradigmas. Puedo tener el obrero que gana por hora, cobra por quincena y en definitiva la construcción es dura porque las obras empiezan y terminan, y cuando se termina la obra te quedaste sin trabajo, tenés que buscar otra obra.
Entonces, si el trabajador piensa que se le va a acortar el plazo de la obra. lógicamente va a pensar que se va a quedar sin trabajo. En realidad no es así, porque el que está trabajando en la construcción y es un buen obrero, difícilmente se queda sin trabajo y además, si nosotros generamos una industria de la construcción eficiente, hay más inversión porque entonces los números de la construcción van a ser más interesantes.
Si vamos en el otro camino lo que hacemos es ahuyentar y la gente invierte menos en infraestructura porque no le rinde la plata, entonces matamos a la gallina de los huevos de oro. Y el obrero puede terminar antes pero también puede con menor plazo y menos horas hacerse de algún peso más. Es tan sencillo como eso y funciona.
PERFIL
El ingeniero de Peñarol
Alejandro Ruibal tiene 53 años, está casado, tiene dos hijos y es ingeniero civil. Actualmente es director de Saceem, la empresa que factura anualmente US$ 250 millones (es la número uno en la industria de la construcción en Uruguay), tiene más de 70 contratos en simultáneo y cuenta con 2.500 operarios. Ruibal también es directivo del Club Atlético Peñarol y lideró (por Saceem) el equipo que construyó el estadio Campeón del Siglo.
—¿Y qué rol juega la tecnología?
—¿Qué puedo cambiar para poder tener un producto que sea más económico? Puedo cambiar la mano de obra, si bajo la mano de obra por cada unidad de trabajo, o con una tecnología que me mejore también la producción.
Entonces puedo atacar por dos lados en realidad, puedo incorporar tecnología ¿y eso qué quiere decir en las obras? Grúas, métodos de bombeo por hormigón, proyectado para no revocar, paredes secas en lugar de levantar ladrillo, prefabricado de hormigón, y hay muchas cosas, máquinas que colocan los pavimentos, y te ahorrás mucha mano de obra. Uruguay a nivel de la construcción, tenemos tecnología de punta, no tenemos nada que envidiarle, tenemos unas máquinas… Porque son casi commodities, las traés. Nosotros tenemos una máquina alemana de última generación, la misma que se utiliza para hacer el pavimento en Alemania.
—A nivel cultural, en el caso de Saceem, ¿cómo hacen con la relación con los trabajadores? Porque la aplicación de tecnología suele estar asociada al riesgo de perder un trabajo…
—En Saceem venimos creciendo hace cinco años de forma ininterrumpida, eso quiere decir que cada vez tenemos más obras y eso la gente que trabaja con nosotros se da cuenta.
El camino es, vayamos de la mano haciendo estas mejoras que vamos a tener todos más actividad. Y lo primero siempre es el trabajo, y lo entiendo al obrero porque lo que dice es “lo primero que quiero tener es una ocupación” y la ocupación se defiende así, mejorando la productividad, se defiende mejorando la calidad del producto también.
La mejora de las PPP, el Ferrocarril Central y una de los obras de ingeniería más importantes
—Una de las críticas a las PPP es la lentitud de los procesos desde que se abre el llamado hasta que finalmente comienza la obra, ¿qué se puede mejorar?
—La ley de PPP fue un marco para trabajar, después dentro de ese marco están los actores: los privados y el Estado. Un poco al principio cometiendo muchos errores, y tropezando muchas veces con la misma piedra. Una de las cosas que se han ido mejorando es que ya hay más instrumentos financieros. Pero en el principio no estaban creados los Fondos de Financiamiento con las AFAP y la CAF.
La PPP es un instrumento fantástico y además no veo otra manera de que los países desarrollen infraestructura, sobre todo a veces cuando no tenemos suficiente masa crítica como para ir a las concesiones. Por ejemplo en una carretera necesitás que haya flujo, sino ¿a quién le vas a cobrar el peaje?, o por lo menos que haya una parte de flujo y otra parte que quizás la pone el Estado, o un aeropuerto que tenga tráfico. La PPP es distinta. La PPP claramente puede tener un componente ligado al tráfico pero básicamente es un pago por disponibilidad, se financia la obra a un plazo largo pero se le transfiere al privado el riesgo de hacer la obra y mantenerla, y si no la mantengo bien a lo largo de los años me descuentan de lo que me van a pagar
—En ese sentido, ¿el Ferrocarril Central es un ejemplo del aprendizaje?
—Llevó un año desde la adjudicación hasta que empezamos la obra. ¿Por qué? Por varias razones, primero porque se hizo muy bien la parte anterior, ya había experiencia. Pero además, el gobierno también aprendió su lección, lideró muy bien este proceso y hay otras cosas que tienen que ver con la aplicación del decreto de PPP en el que se podía firmar el contrato con no necesariamente el financiamiento cerrado, si no con la evidencia de que ya tenía el financiamiento aunque no necesariamente cerrado. Eso adelantó como seis meses.
—¿Y en qué etapa está la obra?
—Ya van seis meses de los 36 y ya hemos desmantelado más de la mitad de la vía, es un proyecto tan grande que todas las primeras etapas no son las que más se ven, porque estamos trabajando en ingeniería de la cantidad de obras que hay que hacer, viaducto, refuerzo de puentes, el propio proyecto de los terraplenes de la vía, la compra de todos los suministros, rieles, la fábrica de durmiente de hormigón que se va a instalar, toda la señalización y el sistema de control de la vía, todo eso fue lo que se estuvo haciendo en estos meses. Estamos dentro del cronograma, y capaz hasta un poquito adelantados, vamos muy bien.
—Se refirió al viaducto en el puerto de Montevideo. Esa obra comenzó el pasado 26 de noviembre, ¿cómo es ese proceso?
—Es el proyecto de la readecuación de los accesos del puerto de Montevideo que involucra una construcción de un viaducto y otra serie de obras más. El plazo de la obra es 27 meses, es una obra de ingeniería muy importante, tal vez —sin ser los puentes binacionales como el de Fray Bentos— es de las obras más importantes de ingeniería vial en el país.
La obra arrancó muy bien, estamos en todos los trabajos de arranque de este tipo de obras que tienen una inercia importante, hay que hacer muchas perforaciones para saber cómo está el suelo debajo de donde vamos a construir, los basamentos, las fundaciones. Estamos hablando de un viaducto, la parte importante de la obra, de 1.800 metros, entonces es muy extendida. Estamos muy conformes, arrancó a buen ritmo, lamentablemente hay que cortar la rambla porque el viaducto va en la rambla y no hubo más remedio.