Argentina plantea usar represa de Salto Grande para paliar la pobreza
Un proyecto en el vecino país propone utilizar recursos de la obra para revertir la compleja situación de la zona.
El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, prepara un proyecto para destinar parte de los recursos generados por la Central Hidroeléctrica de Salto Grande para paliar los efectos del crecimiento sostenido de la pobreza en la zona cercana a esa obra.
En particular, en la ciudad entrerriana de Concordia, vecina a a la uruguaya Salto, que según los últimos relevamientos oficiales y privados indican como una de las más pobres de ese país.
La situación en esa región es una de las máximas preocupaciones del futuro gobierno argentino, según se informó en una nota publicada por Clarín.
El plan fue diseñado por Juan Carlos Chagos, ex titular de la Comisión Técnica Mixta que administra la represa e implica que, con recursos propios y sin afectar sus excedentes se puede contribuir a revertir la compleja situación social que vive esa zona de la Provincia de Entre Ríos.
En visión , Salto Grande debe convertirse en un “actor social” que apuntale las iniciativas económicas del próximo gobierno.
Los recursos del emprendimiento podrían ser usados, así, para enfrentar las “urgencias” del momento, sobre todo en materia de infraesctructura; “algo que no ha sucedido en estos años porque el gobierno Mauricio Macri incumplió con las remesas”.
En este sentido, Salto Grande podría aplicar líneas de acción en materia laboral, incentivar a empresas para la toma de empleados y dar trabajo en las áreas de servicios y construcción. La iniciativa también contempla una posible rebaja de tarifas eléctricas para la población de Entre Ríos.
Salto Grande es administrada en forma conjunta por Argentina y Uruguay, y en 2019 cumplió 40 años de funcionamiento. En el vecino país se señala que, con la elección confirmada de Fernández y de Luis Lacalle Pou, ambos mandatarios podría aprovechar el aniversario para encontrarse y reactivar una relación bilateral que sufrió su peor crisis en la década pasada.
Años en los que la construcción de la primera planta de pasta de celulosa Botnia-UPM de este lado del río Uruguay provocó un diferendo que obligó a requerir un fallo de la Corte Internacional de Justicia.