TEMA DE ANÁLISIS
¿Qué tienen que ver la confianza con la venta de autos 0 kilómetro y la marcha de la economía?
Los analistas Horacio Bafico y Gustavo Michelin explican los vínculos entre confianza, consumo y la actividad en su nuevo Tema de análisis.
En un contexto de estancamiento económico, con creciente incertidumbre con respecto al comportamiento de la economía global y, en particular, con relación a lo que acontezca en la región, el anuncio de la instalación de la segunda planta de UPM es una noticia que permite mirar la economía uruguaya a mediano plazo con otra perspectiva
Coincidiendo con el anuncio de la construcción de la planta de celulosa se divulgó el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) correspondiente al mes de julio, que marca una recuperación en el humor y lo ubica luego de varios años en zona de moderado optimismo. Habrá que seguir atentamente esta variable en los próximos meses para ver si efectivamente se consolida la mejora ante la incertidumbre reinante en el contexto internacional.
El ICC que elabora Equipos Consultores para la cátedra SURA de la Universidad Católica consiste en una encuesta que pregunta al entrevistado sobre sus expectativas respecto a la situación económica general del país, la personal y la predisposición a realizar compras, y dentro de estas en bienes durables.
El último dato situó a Uruguay en zona de moderado optimismo con 52 puntos sobre 100 posibles. Se trata del nivel más alto que registra el ICC desde marzo de 2015 cuando se ubicó en 55 puntos. Desde entonces y hasta ahora con contadas excepciones, el humor de los consumidores transcurrió en terreno de moderado pesimismo a tono con el desempeño de la economía a lo largo del período.
La recuperación del último mes fue muy importante, 5 puntos, y estuvo centrada en la predisposición de los consumidores a adquirir bienes durables. Es un resultado llamativo a la luz, por ejemplo, del mercado laboral que continúa deteriorándose, o del salario real qué, en concordancia, no aumenta.
Pero como bien dice el comunicado que acompaña la difusión del ICC, las decisiones de consumo son de carácter atemporal y están vinculadas a expectativas sobre ingresos futuros. Tal vez, y luego de varios años de enlentecimiento en el consumo, la noticia de UPM haya provocado un cambio importante en el humor de los agentes que los hace ver el futuro con otras perspectivas.
De hecho, también mejora la percepción sobre la evolución futura de la economía y la personal. Habrá que seguir las próximas mediciones del ICC con atención para ver si terminan confirmando o no ese cambio en la confianza.
Lo interesante es que la mayor predisposición de los consumidores a gastar en bienes durables ya se está dando. En efecto, en los dos últimos meses (junio y julio) las ventas de automóviles 0 kilómetro se incrementaron en casi 20% respecto a igual período de 2018 medidas en unidades físicas.
Este es un dato muy importante, ya que de sostenerse tiene implicancias en varios frentes. En primer lugar, en materia fiscal, ya que se trata de bienes de elevado valor unitario y que tributan el IVA del 22% del precio final y el Imesi correspondiente a la cilindrada del vehículo.
También incide, por la forma en que se mide en el Producto Interno Bruto (PIB) del sector comercio y por ende en el PIB global.
Se trata en definitiva de un indicador de avance que estaría mostrando una recuperación en el nivel de actividad y corroboraría la mejora del ICC hasta llevarlo a terreno moderadamente optimista luego de varios años de pesimismo.
Es clara la incidencia que tienen las ventas de 0 kilómetro sobre el nivel de actividad, como también lo es la composición de las ventas. Si bien la información que proporciona Ascoma es por marcas y no por modelos, un primer análisis que se puede realizar es medir la importancia relativa de las marcas chinas, como una primera aproximación a los autos más baratos.
Autos 0 kilómetro se venden menos.
Siguiendo este procedimiento se observa una mayor participación relativa hacia los años 2013 y 2014, cuando superaron el 20%, coincidiendo con los períodos de mayores ventas totales de 0 kilómetro.
Desde entonces caen tanto las ventas totales (salvo en 2017) y la participación de los automóviles chinos, en un contexto en el que el ICC muestra un moderado pesimismo. Parece una tendencia lógica: por el pesimismo disminuyen las compras de autos, y dentro de éstos los que más caen son los que compraba el segmento de menor poder adquisitivo, el más afectado por el desempleo.
Hasta el mes de mayo esa era la tendencia, la que se revirtió en los dos últimos meses al aumentar casi un 20% las ventas de 0 kilómetro. El crecimiento en las ventas fue liderado por las marcas tradicionales, las que justo es decirlo introdujeron en los últimos tiempos modelos más económicos para competir con éxito frente a los asiáticos.
Pero también hay que señalar que el incremento en las ventas coincide con campañas promocionales de baja transitoria en los precios, que están culminando a fin del presente mes.
Hay que ver lo que sucede una vez que cese el beneficio. También hay que tener en cuenta la evolución que muestre el tipo de cambio. El valor del dólar es una variable clave al momento de decidir la compra de un 0 kilómetro, ya que los negocios se pactan en esa moneda. Los meses de junio y julio, además de las promociones coincidieron con una relativa tranquilidad en el mercado cambiario con ciertas expectativas de lo que pudiese pasar en Argentina, todo lo cual cambió luego de las primarias en aquel país.
De todas formas, pese al importante incremento de las ventas de automóviles en el último bimestre estamos lejos de un boom que pueda terminar en burbuja. Dada la fuerte caída en los años anteriores, de mantenerse esta tendencia, estaríamos hablando de unos 41.000 autos en el año, el nivel observado en 2010.