Sr. Director:
La segunda planta de UPM (III)
En la edición de Búsqueda del 25 de julio, un señor lector, en relación con la segunda planta de UPM, se refiere estableciendo nueve puntos para concluir en un décimo punto que “el proyecto de UPM es la mayor inversión privada de la historia del Uruguay”.
Todos los puntos que toca el lector son ciertos, no hay duda del impacto positivo que en los próximos dos o tres años se generará, especialmente en la zona y en la ruta a Montevideo, pero para afirmar que es la mayor inversión aún es muy prematuro por distintas razones que no están claras, y porque la población no ha sido totalmente informada o han quedado dudas sobre las mismas y que se debería aclarar:
1. El lugar de la ubicación de la planta. El río Negro es de un caudal muy inferior al del Uruguay y de la Plata, donde se ubicaron las otras plantas; se dice que la planta consume una gran cantidad de agua, incluso se habló de la posibilidad de ampliar la cota del lago de Rincón del Bonete para lo cual se necesitaban expropiar alrededor de 10.000 ha agrícolas y ganaderas y la desaparición de un balneario, tal vez el más importante de turismo fluvial. De ese lago se alimentan las tres represas hidroeléctricas totalmente uruguayas. En verano o en época de sequía, queda la duda de si se podrá abastecer a la planta y alimentar las represas. Se habla también de meter mano al acuífero Guaraní, tan apasionadamente defendido por la coalición de gobierno en aquel recordado plebiscito bajo el slogan “El agua es nuestra, cuidémosla”.
2. La contaminación del río. Se dice que el río está contaminado, pero en qué grado aumentaría esa contaminación, teniendo en cuenta que atraviesa muchos kilómetros de zonas agrícolas y ganaderas y en un gran tramo las tierras que dicen, las más ricas del país en ese rubro, y en su costa está una de las ciudades más importantes del interior. Se debería aclarar esto, ya que en un caudal menor la contaminación es mayor. Y no pongo como ejemplo el río Uruguay y la primera planta, cuya posible contaminación creó un gran problema de parte del gobierno argentino y de la población regional porque eso era puro cuento, no era nada serio ya que, tiempo después, ese mismo gobierno aceptó una planta en el Río de la Plata, frente a la Capital Federal. Debemos recordar que esa planta, la de Montes del Plata, fue negociada y anunciada desde la Casa Rosada y que uno de los voceros era el jefe de Gabinete, ese mismo que hoy prefiere dejar a sus hijos en manos de un múltiple asesino (de su esposa, su suegra y sus hijas) que en manos de la gobernadora Vidal.
3. El ferrocarril, su trazado y algunas reformas del puerto, porque lo tiene que pagar el Uruguay. Esa inversión importantísima del contribuyente uruguayo no sería más redituable dirigirla a sectores de la producción nacional como la lechería (especialmente tambos) o la producción arrocera, que, según se dice, están pasando por un difícil momento. Alguien dirá: se “tiraron” millones de dólares en el caso Pluna o AlasU, o para cubrir la “fiesta” de Ancap, u otros proyectos y que esto sería con un fin más positivo, pero todo va en la buena gestión que consiste en dirigir los recursos hacia las necesidades más inmediatas.
4. Los aportes que pueda hacer la empresa en su zona franca y con las exoneraciones concedidas (de las que no gozan otras empresas nacionales o extranjeras), desde el punto de vista fiscal y de comercio exterior servirán para achicar el déficit en relación con el PBI o incrementará este para justificar la inversión y evitar un ajuste fiscal.
5. Rechina que se haga tremenda inversión y se establezcan exoneraciones fiscales en un país que, a pesar de que les cobra impuestos a los sueldos y salarios, es decir al trabajo, que cobra al empresario un impuesto por dar trabajo llamado aporte patronal (que existió siempre), que les cobra impuestos a jubilados que gozan de una jubilación aceptable porque por muchos años aportaron lo que debían aportar sin eludir ninguna responsabilidad.
En la misma edición de Búsqueda se plantean estos problemas y además se informa del auge que ya están teniendo y se espera que tengan las whiskerías y prostíbulos. Por lo tanto, para calificar la inversión como buena o como la mejor prefiero esperar pacientemente, lo que dice el editorial de esa misma edición: “Cuando se conozcan los detalles del acuerdo con la empresa finlandesa –que el gobierno prometió informar a la brevedad–, podrá evaluarse con más precisión la bondad de esta inversión para el país a mediano y largo plazo, si lo que se le cede a UPM es mucho o poco, y si no sería mejor destinar a otros fines el esfuerzo fiscal que se hará al otorgarle exoneraciones y una infraestructura según sus necesidades”.
Miguel Ángel Estevez
CI 1.043.766-1