UN VECINO COMPLICADO
La teoría de la desgracia circular de Uruguay con Argentina
En tiempo de elecciones en Argentina, para Uruguay la definición será si vuelve el kirchnerismo con Alberto y Cristina Fernández o sigue el liberalismo de Mauricio Macri. Por distintas razones, con ambos gobierno, Uruguay sufrió efectos negativos en su comercio, ¿qué se puede esperar ahora?
La teoría de la desgracia circular irreversible, elaborada por el popular personaje radial de humor Darwin Desbocatti, da nombre a su primer libro publicado en 2007. En resumen, el planteo que hace es que “todo movimiento termina perjudicando, al igual que la quietud”
Bien podría usarse ese supuesto para graficar la relación comercial de Uruguay con Argentina en la última década y media: primero los gobiernos kirchneristas tomaron varias medidas proteccionistas que perjudicaron a las exportaciones locales; el cambio de rumbo, con la llegada de un gobierno promercado y de tinte liberal como el de Mauricio Macri, hacía prever un impulso en el comercio, pero el vecino entró en recesión y cayeron sus importaciones, además de que devaluó y afectó la competititividad del turismo nacional.
Si nos retrotraemos unos 15 años, el Frente Amplio llegaba al gobierno en Uruguay y en Argentina llevaba poco más de un año la gestión de Néstor Kirchner. Podía preverse una buena sintonía entre ambas administraciones y así fue al inicio, pero cuando el difunto presidente argentino respaldó el reclamo de los ambientalistas de Gualeguaychú en contra de la planta de celulosa de Botnia en Fray Bentos (hoy UPM) se tensó la relación.
No hubo retorno y el país vecino comenzó a aplicar diferentes medidas que erosionaron el comercio con Uruguay, una política que se intensificó bajo la gestión de Cristina Fernández.
El decano de la Facultad de Ciencias Empresariales y director del Departamento de Negocios Internacionales de la Universidad Católica, Ignacio Bartesaghi, recordó en diálogo con El País que hubo dos regímenes vinculados al comercio que utilizaron los Kirchner -el de declaraciones juradas anticipadas de importación y las licencias no automáticas- y “generaron dificultades a los exportadores uruguayos”.
Agregó que en esos tiempos el comercio “estuvo pautado por una permanente aplicación de medidas no arancelarias que generaron escasas certezas jurídicas a los inversores”.
La responsable de la Asesoría Económica y de Comunicación de la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU), María Laura Rodríguez, dijo a El País que esos regímenes del kirchnerismo “demoraban mucho” y generaban “incertidumbre a los compradores argentinos”, lo que llevó a que “muchos dejaran de comprarnos”. También rememoró los problemas vinculados a las “restricciones al tipo de cambio”, que impedía a los argentinos “tener dólares para poder comprar”.
Tanto Bartesaghi como el analista Marcos Soto, socio de Cibils-Soto Consultores, añadieron como medidas perjudiciales para Uruguay de los gobiernos de los Kirchner el bloqueo al Mercosur -“se politizó el bloque a niveles inéditos, pasando a una lógica bilateral donde se excluyó a Uruguay”, dijo el primero-, las medidas para obstaculizar los tránsitos portuarios y las campañas de desaliento desde Argentina al turismo en nuestro país.
Desde 2011 a 2015
Ante la creciente fuga de capitales, el gobierno argentino aplicó un cepo cambiario que limitó la compra de dólares. Al asumir Macri, levantó la medida y volvió a liberar el mercado.
Desde 2012 a 2017
Las declaraciones juradas anticipadas de importación y las licencias no automáticas que aplicaron los Kirchner “eran una forma de controlar y desestimular las compras al exterior”, dijo Soto.
Desde 2013 a 2016
Bartesaghi dijo que hubo “una serie de medidas para afectar las operaciones portuarias en Uruguay”, trabando los dragados de los ríos binacionales y limitando los tránsitos.
Enero de 2016
Tras un encuentro con Vázquez, Macri anunció el levantamiento de las medidas que afectaban a los puertos uruguayos e informó que se elaboró una agenda común entre ambos países.
Mediados de 2018
La crisis cambiaria en Argentina llevó a una devaluación anual de su peso de 50% respecto al dólar, lo que profundizó los problemas internos e hizo que Uruguay quedará caro para el turismo.
Macri.
Sin afinidad ideológica con el Frente Amplio, la llegada al poder a fines de 2015 del empresario en Argentina igualmente renovó las expectativas. Unos días después de la asunción, el presidente Tabaré Vázquez recibió a Macri en la Estancia de Anchorena y acordaron una agenda común, que hasta incluía impulsar la candidatura al Mundial de fútbol de 2030. “Tenemos un futuro a compartir”, dijo el mandatario vecino.
“A partir de Macri se levantaron varias trabas que se habían impuesto en el gobierno anterior, eso fue muy positivo”, señaló Rodríguez y Bartesaghi hizo foco en la reversión de las medidas “que afectaban las operaciones portuarias en nuestro país”. Soto resumió que con el cambio de gobierno mejoraron “las condiciones formales” del comercio bilateral.
Sin embargo, poco tiempo más tarde el país vecino “entró en una crisis de confianza, después en una crisis ya económica con una fuerte caída del PIB”, lo que “afectó los negocios” e hizo que “Argentina tenga una caída importante como destino” de las exportaciones locales, analizó Rodríguez.
Soto complementó que hoy “la relación comercial sigue planchada” a nivel de exportaciones, un resultado lógico cuando se “pretende venderle” a un país donde el dólar ha subido “más del 100% en poco tiempo” como Argentina.
Precisamente ese salto del dólar en el vecino, afectó fuertemente al turismo local. Tras varias temporadas que fueron récord al inicio del mandato de Macri, tras el levantamiento del cepo cambiario, la crisis y la devaluación hicieron que Uruguay quedará caro para los turistas argentinos.
El presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, que visitó Uruguay días atrás, expresó a El País que la administración Macri tuvo “una clara disposición hacia una mayor apertura con Uruguay y el resto del mundo”, aunque reconoció que el salto del dólar “no fue lo más conveniente” para el turismo nacional.
Futuro.
Al igual que en Uruguay, en octubre el país vecino tendrá elecciones y definirá su próximo presidente. Hay dos fórmulas que se encaminan a competir: la oficialista con Macri y la reciente incorporación de Miguel Ángel Pichetto (desde el peronismo), y la opositora con Alberto Fernández y Cristina Fernández.
La asesora de la UEU aclaró que “no hay una postura” política en la gremial ni preferencias por alguno. Pero lamentó que al haber “candidatos con propuestas tan distintas”, se genere “ruido en el mercado” y haya que prever “hasta las elecciones vaivenes fuertes del dólar”, lo que “afecta” a Uruguay.
En el ejercicio hipotético de imaginar el futuro con Macri reelecto, Rodríguez indicó que “no habría grandes cambios en las políticas” y “si Argentina logra salir de la crisis podría empezar a potenciarse el comercio”. Si quien triunfa es la fórmula de los Fernández, cree en base a las declaraciones que han realizado que “tal vez no haya tantas restricciones como antes”, pero prefiere esperar “a ver si realmente es así”.
Soto opinó que a futuro el vínculo comercial dependerá “más de quien gane la elección allá (Argentina) y no tanto en Uruguay”. Coincidió que la recuperación económica del vecino podría llevar a “ver más argentinos vacacionando en Uruguay y también recobrar el consumo interno de algún bien” importado desde nuestro país.
El analista de Cibils-Soto Consultores apuntó que de volver el kirchnerismo aumentaría “la incertidumbre”, en especial por el rol que podría tener el exministro de Economía Axel Kicillof, actual candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Al tiempo que Bartesaghi consideró el triunfo de Macri “beneficioso para el desarrollo de una agenda regional a partir de un mayor alineamiento entre Argentina y Brasil”, que han coincidido en el último tiempo con la visión de Uruguay de flexibilizar el Mercosur. Aunque reconoció que a nivel comercial “la buena relación con nuestros vecinos depende de cómo se vayan dando sus dinámicas internas en términos políticos y económicos”.
El decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica entiende que “no es un buen escenario” para Uruguay que se imponga la fórmula opositora en Uruguay, porque “su accionar es impredecible”.
El argentino González Fraga afirmó que la relación de precios relativos hoy “es más razonable” que en épocas kirchneristas y se mantendrá hacia adelante, por lo que espera que “el intercambio comercial con Uruguay se intensifique en la medida que ambos países podamos retomar una senda de crecimiento económico”.