Las respuestas y el tono de Vázquez molestaron a vecinos y opositores
Vecinos de Pueblo Centenario reclamaron renegociar el contrato con UPM y advirtieron sobre los impactos de la obra
Las respuestas y el tono del presidente Tabaré Vázquez el lunes en el Consejo de Ministros en Pueblo Centenario (Durazno) no conformaron a quienes hicieron planteos críticos, que se fueron molestos y se sintieron ninguneados. Los dirigentes de la oposición también rechazaron las respuestas del presidente, las calificaron de “soberbias” y dijeron que estaba “resignado”.
En Pueblo Centenario las preocupaciones de los presentes fueron dos: el aumento en la contaminación del río Negro a partir de la posible instalación de la segunda planta de celulosa de UPM y la llegada del Ferrocarril Central, que unirá la ciudad de Paso de los Toros –ubicada a pocos kilómetros– con Montevideo.
Luis Alberto González, quien dijo ser fundador del FA en Durazno y llevaba una remera negra de la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, cuestionó la habilitación ambiental sobre UPM y dijo que el proyecto estaba plagado de “supuestos”, que los estudios fueron pagados por la empresa por lo que expresaba su “profunda decepción” con las autoridades del gobierno.
Vázquez lo escuchó con atención y fue aumentando el tono de su voz en la respuesta. Le dijo que al hablar de los “supuestos” estaba ofendiendo a los ministros y técnicos que trabajaron en el tema. “Sinceramente se lo digo: los planteos que usted hizo sí se basaron en supuestos. Así que UPM sí se va a instalar en esta zona”, le espetó el presidente. El hombre permaneció sentado y unos minutos después se retiró.
Antes Juan, un oriundo de Pueblo Centenario, les había dicho a los ministros que los había votado y que estaba conforme con la gestión que venían realizando, pero que estaba preocupado por la contaminación que había en el río Negro por lo que le pedía al presidente que analice el contrato firmado por UPM. El mandatario le dijo que tenía razón, que el río Negro estaba “contaminado”, pero que la empresa finlandesa no era responsable ya que todavía no se había instalado.
Mientras escuchaba la respuesta, el hombre negaba con la cabeza. Vázquez se fue hasta el 2006 y le habló de que Uruguay tenía experiencia con estos megaemprendimientos. Le recordó que en ese momento se decía que iban a nacer niños con “dos cabezas”, lo que no ocurrió y fue aplaudido, pero el hombre no quedó conforme con la respuesta y masculló bronca durante todo el evento.
El precandidato del Partido Colorado, José Amorín Batlle, dijo que Vázquez estaba “mal” y “enojado” y que lo había demostrado con su gesto de “soberbia” a Un Solo Uruguay. Cuando se retiraba, el presidente saludó a frenteamplistas y luego aplaudió a los autoconvocados y les hizo el gesto de la V de la victoria.
El diputado nacionalista Pablo Abdala señaló que era “la expresión de un presidente resignado e impotente, que solo atina a disimular los problemas y a que el tiempo pase”, mientras que Pablo Mieres de La Alternativa dijo que el gobierno “miraba para el costado” y no reconocía que la “causa real del cierre de empresas es una enorme crisis de competitividad que es, a su vez, consecuencia de un enorme gasto público cargado de excesos y despilfarros”.
En la última década una treintena de empresas de renombre bajaron la cortina. Antes del encuentro, Vázquez respondió con superficialidad acerca de los últimos cierres de empresas. Dijo que eran “típicos de una evolución histórica” y que a veces “es más noticia que se anuncie que se cierra un emprendimiento, a que se abren por ejemplo tres”. El mandatario prefirió no referirse a la magnitud de los emprendimientos que abrían y cerraban y eligió mirar al mundo para decir que había un problema de “fuentes de trabajo” debido a un “cambio muy importante” que se acentuará “en los próximos tiempos y que va a tener que enfrentar el Uruguay cualquiera sea su gobierno”.
Más tarde, el dueño de una empresa con 162 trabajadores le pidió que le diera una fecha “concreta” en la que comenzaría la obra de UPM porque de eso dependía si mantenía la fábrica o la cerraba. El presidente le dijo que no dependía de Uruguay y le sugirió “planteárselo a los ministros de Trabajo y Economía para ver cómo puede seguir desarrollando una tarea que le ha puesto el hombro al país”.
Diario EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY - 20 febrero 2019