Algunos mitos de la soja transgénica.
Ya hace 25 años que el mundo consume soja transgénica y sus derivados, en todo ese tiempo no ha habido consecuencias negativas, de todas formas, nunca faltan los que con mensajes conspiranoicos se oponen a todo avance.En todo el mundo hay fuertes grupos de presión que sin argumentos científicos imponen la idea -y hasta el temor- por el desarrollo de la ciencia y la tecnología en todos los campos de la actividad humana.
Con mensajes conspiranoicos se oponen a todo avance.
Parecería que prefieren volver al mundo de las carretas, o quizá antes, todo bajo falsas banderas y discursos naturalistas o ecológicos que no resisten el menor análisis científico y que de prosperar serían un gran retroceso para toda la humanidad, en todos los sentidos.
La ciencia fundada y los científicos que la respaldan con estudios profundos saben de la vacuidad de esas posiciones extreman que se reducen a eslóganes huecos, sin embargo y lamentablemente, buena parte de la población está dispuesta a escucharlas y asumirlas como propias. Así hay quienes critican la tecnología 5G, los cultivos transgénicos, la generación de energía eólica, y un largo etcétera que tuvo su punto de ceguera mayor durante la pandemia desestimando la gravedad de la situación y descreyendo del uso de las vacunas. Hasta ese extremo absurdo se llegó.
Por supuesto que los cultivos transgénicos están como uno de los ítems principales en la agenda de esos lobistas inescrupulosos, y si es soja transgénica multiplican la apuesta difundiendo falsedades sin sustento alguno, pero que llegan a ser creídas por lectores bienintencionados pero desprevenidos o desinformados.
El Consejo Argentino para la Información y el Desarrollo de la Biotecnología (ArenBio) difundió un material en el que responde a 5 falsedades o sofismas que se dicen de la soja transgénica.
En el artículo esas falsedades la denominan mitos y son las siguientes: 1) la soja transgénica no es segura para el consumo humano; 2) los cultivos de soja transgénica son perjudiciales para el medio ambiente; 3) la soja resistente a glifosato se vende en un paquete con el herbicida y el productor la tiene que aplicar así; 4) es necesario aplicar glifosato sobre la soja transgénica tolerante al glifosato para que crezca; y 5) la soja transgénica afecta negativamente a la biodiversidad.
En Argentina se siembra soja transgénica desde hace más de 25 años, y en todo ese tiempo nunca ocurrió lo que sus críticos dicen. No es posible que haya pasado tanto tiempo y sigan difundiendo discursos equivocados, negando la realidad.
A continuación, los mitos y la respuesta o explicación de ArgenBio, para tener las cosas en claro.
MITO 1: “LA SOJA TRANSGÉNICA NO ES SEGURA PARA EL CONSUMO HUMANO”.
Luego de 25 años de estudios, investigaciones exhaustivas en todo el mudo han demostrado que la soja transgénica es tan segura como su contraparte convencional para el consumo humano.
No se han encontrado evidencias significativas que indiquen riesgos para la salud humana. Incluso, los análisis nutricionales muestran que la soja transgénica y la no transgénica son esencialmente equivalentes en términos de contenido nutricional
Ver:Biotecnología | Argentina.gob.ar
Ya hace más de 25 años que el mundo viene consumiendo soja transgénica y sus derivados.
MITO 2: “LOS CULTIVOS DE SOJA TRANSGÉNICA SON PERJUDICIALES PARA EL MEDIO AMBIENTE”.
La soja transgénica contribuyó a que se adoptaran tecnologías que contribuyen a proteger el suelo y al ambiente.
Esto fue posible ya que la soja transgénica en Argentina se complementó muy bien con el sistema de siembra directa que empezaba a desarrollarse a principios de los 90. La combinación de estas tecnologías llevó a que se protegiera el suelo de la erosión y aumentara la cantidad de carbono retenida en los suelos. Los cultivos de soja transgénica tolerante a herbicidas, principalmente a glifosato, permitieron ampliar el abanico de opciones de control de malezas.
Además, la soja Bt, diseñada para defenderse de plagas específicas, redujo la necesidad de aplicar insecticidas en comparación con los cultivos no-Bt.
MITO 3: “LA SOJA RESISTENTE A GLIFOSATO SE VENDE EN UN PAQUETE CON EL HERBICIDA Y EL PRODUCTOR LA TIENE QUE APLICAR ASÍ”.
Si bien es común que se escuche hablar del “paquete tecnológico” cuando hablamos de cultivos transgénicos, la soja tolerante a glifosato no se vende en un paquete indivisible con el herbicida. Cada productor es libre de comprar el herbicida que considere más adecuado para aplicar previo y/o sobre su cultivo de soja.
Hay muchas empresas de semillas que venden distintas variedades de soja transgénica y también varias compañías que venden glifosato y otros herbicidas aprobados para ser aplicados en el cultivo de soja. La elección de qué semilla y qué herbicidas usar recae en el productor y asesores.
MITO 4: “ES NECESARIO APLICAR GLIFOSATO SOBRE LA SOJA TRANSGÉNICA TOLERANTE A GLIFOSATO PARA QUE CREZCA”.
El glifosato es un herbicida que controla un gran número de malezas y es uno de los tantos herbicidas que se pueden usar en el cultivo de soja. Como herbicida, lo que hace es controlar las malezas que compiten con el cultivo, protegiendo así los rendimientos y la calidad del grano producido.
No es necesario aplicar el glifosato sobre la soja para que crezca, pero lo que sí es cierto es que las variedades de soja tolerantes a glifosato permiten que se pueda usar ese herbicida sobre el cultivo sin dañarlo, contribuyendo así al control eficiente de malezas.
MITO 5: “LA SOJA TRANSGÉNICA AFECTA NEGATIVAMENTE A LA BIODIVERSIDAD”.
Desde el momento que el ser humano empezó a establecerse en poblados y a hacer agricultura se está afectando la biodiversidad. Siempre que sembremos un cultivo en particular para cosecha, vamos a querer favorecer ese cultivo y controlar a las especies plaga que amenazan la cantidad y la calidad de lo producido. Este efecto no es mayor con los cultivos transgénicos.
Incluso podríamos argumentar que los cultivos transgénicos, al permitir lograr mayores rendimientos por unidad de superficie, nos permiten ser más eficientes y necesitar menos superficie para producir lo mismo, protegiendo las áreas naturales.
Además, la tecnología Bt (que confiere resistencia a insectos) reduce la necesidad de insecticidas, beneficiando a los organismos benéficos y la biodiversidad.
TRANSGÉNICOS EN LATINOAMÉRICA.
Para conocer sobre la regulación y adopción de cultivos transgénicos en países de Latinoamérica, visitar Inicio (biotec-latam.com) donde se brinda información de los países de la región, incluso Uruguay.