La histórica bajante de Paraná complica las exportaciones agrícolas argentinas
La baja del río Paraná genera problemas a la logística de exportación. Las empresas del sector y analistas consultados por la BCR señalan que con esos niveles es necesario que las embarcaciones ajusten su volumen de carga.
Buenos Aires, Argentina – TodoElCampo –La bajada del río Paraná es histórica, y está afectando el total de carga de las embarcaciones en Rosario perjudicando así las exportaciones agrícolas. Una firma europea realiza tareas de dragado.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) fechado el 8 de abril y al que accedió TodoElCampo indica que los registros de lluvias fueron “muy por debajo de lo normal en la cuenca de la Hidrovía Paraná-Paraguay” y eso dejó “como resultado una bajante extraordinaria de esta vía navegable”. El martes 7 de abril la Prefectura Naval Argentina registró, a la altura del Puerto Rosario, que “el río apenas alcanzaba el metro de altura, muy por debajo del mínimo de 2,47 metros que tiene que registrarse para que Hidrovía S.A. tenga la obligación de garantizar el 90 % del tiempo los 34 pies de calado. La última vez que el Río Paraná a la altura de Rosario estuvo por debajo del metro de altura fue el 10 de enero de 1989, hace más de 30 años”.
La baja del río Paraná genera problemas a la logística de exportación. Las empresas del sector y analistas consultados por la BCR señalan que con esos niveles es necesario que las embarcaciones ajusten su volumen de carga. “Un Handysize o Handymax normalmente carga entre 35.000 y 40.000 toneladas, cada pie de calado que baja el río representa una pérdida de dicha capacidad de carga de entre 1.500 y 1.800 toneladas. En un Panamax, con una capacidad de carga en tono a los 60.000 a 65.000 toneladas, perder 3 pies de profundidad implica dejar de cargar entre 6.000 y 7.500 toneladas buque. En el caso que carguen harinas, la pérdida puede ser menor ya que ésta cubica más (pesa menos por volumen de carga)”.
La BCR destaca que “en plena cosecha maicera, aquellas empresas que antes cargaban Panamax con 40.000 toneladas del cereal y completaban carga en Bahía Blanca/Necochea hasta las 60.000-65.000 toneladas, hoy salen del Gran Rosario con menos mercadería por la falta de profundidad obligándolas a cargar más maíz en esos puertos del sur bonaerense. Esto plantea problemas en la logística porque hay menor disponibilidad de cereal en el sur bonaerense y los costos de adquisición son más elevados”.
Otro de los problemas son las “demoras en el proceso de exportación” porque “la bajante obliga a mayor prudencia de los pilotos y prácticos en las maniobras con los buques, en particular en los canales de acceso y pasos críticos ya que existe una posibilidad creciente que se registren varaduras en el río, lo cual puede afectar la óptima navegación en el sistema”.
También se padecen “demoras en la llegada de las barcazas proveniente de Paraguay con soja”. Los atrasos son de entre 10 y 15 días. La BCR explica que esa mercadería de origen guaraní “es muy importante para la industria local porque, mezclada con poroto de soja de origen argentino, ayuda a elevar el nivel de proteína de la harina de soja para cumplir con las exigencias de la demanda internacional”.
También hay “posibles demoras en la carga de buques con aceite de soja” lo que “puede generar inconvenientes en las fábricas que tienen suficiente stock de mercadería para moler pero posiblemente tengan que demorar el ritmo de molienda, para no saturar la capacidad de almacenaje de aceite demorando -por tanto- el ritmo de exportación de harina”.
Súmese una “posible ralentización del programa de embarques de maíz en abril y mayo, lo cual podría generar problemas de saturación en la capacidad de almacenaje del grano dentro de los puertos. A su vez podrían darse menos cupos para camiones para que ingresen con maíz al Gran Rosario”.
Por otra parte, El Litoral publicó ayer que la bajante del río ya afectó a cinco provincias argentinas: Misiones, Corrientes, Chaco, Entre Ríos y Santa Fe.
La empresa responsable del dragado es Jan de Nul, que deberá sumar 2 pies de profundidad y así permitir que los barcos puedan cargar en todo su potencial.
Lan de Nul es una firma familiar de origen belga que está trabajando con cinco dragas para corregir lo antes posible la situación. Con representación en más de 150 países es líder mundial en obras de infraestructura marítima, dragado, ingeniería civil y medio ambiente. A nivel mundial tiene más de 7.000 empleados y opera en Argentina desde hace 25 años.