Incendios en Brasil y el silencio de las organizaciones ambientalistas.
Brasil sufre una compleja situación en incendios forestales, la peor de los últimos 20 años. ¿Por qué las organizaciones ambientalistas o ecológicas no dicen nada, o lo dicen en voz tan baja que no se las escucha?.¿Hasta qué punto las movidas ambientalistas ecológicas que se dan en Uruguay o en todo el mundo son sinceras y gozan de honestidad intelectual por parte de quienes las impulsan o participan en ellas?
La pregunta vale para todas las acciones humanas, podríamos sustituir “movidas ambientalistas ecológicas” por “movidas” de cualquier otra naturaleza y sería igualmente válida.
Muchas veces parece que se actúa con un cartel que muestra una cosa, para tapar otros propósitos u objetivos, quizá válidos y dignos de respeto (políticos), pero que por algún motivo se prefieren disimular. Actuar así es un engaño y una grave deshonestidad intelectual.
Esa breve reflexión viene a raíz de lo que está sucediendo en Brasil con los incendios en la Amazonia que en el primer semestre del año batieron récords, por una intensa siniestralidad. Se trata de la situación más compleja de los últimos 20 años, ha informado la agencia AFP.
Entre enero y junio de 2024, los incendios en la Amazonia brasileña batieron récords, alcanzando la peor cifra de siniestros forestales y lleva registrados más de 13.400, agrega la información, y continúa: Se trata de la situación más compleja en dos décadas, y los datos marcan un incremento de 61% con respecto al año pasado, cuando se registraron 8.300.
Además, los incendios forestales también alcanzaron niveles récords en regiones del Pantanal con 3.500 focos registrados desde el comienzo del año.
Y está por llegar lo peor, porque en el segundo semestre, muy especialmente en el mes de setiembre, se suele llegar a picos de incendios forestales.
Hasta ahí la noticia.
Lo que no cierra, y por eso la pregunta del inicio, es que estamos en la mayor cantidad de incendios forestales en los últimos 20 años y en el mundo hay un silencio atronador, como si no importara, o como si no estuviera sucediendo. Por lo menos es raro.
Estamos ante los peores incendios en los últimos 20 años, pero hay un silencio que contrasta con las expresiones de alarma que llegaban desde todas partes del mundo cuando esos focos -menos graves- se daban durante el Gobierno de Jair Bolsonaro. ¿Será que ahora que está Luiz I. Lula da Silva ya no hay interés de denunciar ni exigir medidas que aseguren el control de los incendios forestales? ¿Ya no interés acusar al Gobierno de Brasil de descuidar la riqueza ambiental del mundo?
Tengo que hacer la aclaración por si hay algún despistado o malintencionado: no estoy defendiendo a Bolsonaro ni acusando a Lula da Silva, apenas constatando el comportamiento incomprensible de las organizaciones autodefinidas como ambientalistas o ecológicas, lo que lleva a pensar que cuando levantan esas banderas lo hacen con fines no sinceros y caen en una deshonestidad intelectual tan burda como grave.