Empresa de transporte marítimo fue condenada a pagar US$ 2 millones por una carga contaminada de ratas
Desde República Dominicana rechazaron la mercadería al encontrar a los roedores muertos; juez entendió que había elementos para determinar que la contaminación se dio "durante el transporte".
Una empresa de transporte marítimo fue condenada a pagar más de US$ 2.000.000 tras ser demandada por la contaminación de una carga de malta de cebada que tenía como destino República Dominicana. Desde el país caribeño rechazaron el cargamento tras encontrar ratas muertas en la bodega del buque.
El 1° de junio de 2018, la compañía Cervecería y Maltería Paysandú S.A, vendió un cargamento de malta de cebada a granel con destino a República Dominicana. El precio FOB —término utilizado en el comercio internacional para describir el costo de la mercancía, incluyendo gastos de embalaje y carga— fue de US$ 6.082.449.
Otra empresa fue contratada para cargar la mercadería a un buque en el puerto de Fray Bentos, y durante ese proceso se emitió un certificado de "embarque limpio", según surge de la sentencia a la que pudo acceder El País.
Pero ya en República Dominicana, cuando el cargamento fue descargado, las autoridades sanitarias de ese país reportaron la presencia de ratas muertas en la bodega del buque, por lo que el producto fue declarado como "no apto para consumo", lo que generó pérdidas millonarias.
tras el "incumplimiento de un contrato de transporte marítimo".
Según la demanda que la aseguradora hizo a la empresa de transporte 24 Vision Shipping Solucions y a un transportista subcontratado, el certificado fitosanitario emitido en Uruguay establecía "las buenas condiciones de la mercadería" y "hubo un control muy riguroso hasta la carga del buque en Fray Bentos por lo que existió una buena condición de la mercadería antes de cargar".
La empresa encargada de realizar los controles, fue la que determinó que que la carga no estaba contaminada por roedores previo a su partida y que las barcazas estaban limpias. Durante el proceso también participaron inspectores del Ministerio de Ganadería.
"Existían rejillas de seguridad lo que hace improbable que roedores en etapas previas existieran dado que deberían haber quedado retenidos en las referidas rejillas", argumentó la parte demandante.
Consideraciones del juez
Si bien la respuesta de la parte demandada fue que "la responsabilidad en el control de la carga en todas las etapas" era de la empresa afectada, y que "el transportista tomó todas las medidas de seguridad", el juez se inclinó por aceptar el reclamo del demandante.
"El transportista está obligado a entregar los efectos cargados en el mismo estado y responde en razón de la falta de cumplimiento al no llegar las cosas a su destino", dice la sentencia a la que accedió El País.
Para tomar la resolución, el juez también consideró que, el transportista no pudo probar ningún excepcionamiento que lo exima de responsabilidad.
"No genera convicción la defensa de la demandada relativa a que los daños fueron originados previo al transporte, esto es en la carga se habría producido la contaminación", concluyó el juez, aunque en la propia sentencia se dejó constancia de que nunca se pudo confirmar cuál fue el origen de los roedores.
Más sobre este caso
Desconocen el origen de las ratas
Si bien se determinó que la responsabilidad por las pérdidas fue de la empresa transportista, que no pudo demostrar estar eximida de culpa, el origen de los roedores no pudo ser determinado con exactitud.
Uno de los testigos que declaró que “causas probables puede haber varias”. "No se sabe bien por donde ingresaron porque nadie las vio", dijo.
Otro testigo, por su parte, relató cómo fue el proceso de descarga. "Es como una pared que se ve perfectamente lo que está cayendo, además a cada rato tienen que parar, y sacan muestras”, aseguró.
"Del barco tampoco salieron, todas las ratas que encontraron estaban a bordo. La única rata que encontraron afuera del barco, salió por el bulldozer o sea que venía adentro de la bodega. Si no pueden salir, tampoco pueden entrar”, concluyó.
Un tercer hombre destacó que en el proceso de carga hay "una serie de rejillas, porque ni piedra debería pasar por ahí, solo el grano", por lo que las ratas no pudieron haberse colado por allí.