La contaminación ambiental genera cuatro millones de muertes al año en todo el mundo
OMS: el 31% de las muertes cardiovasculares podrían evitarse si se reduce el impacto de la contaminación ambiental.Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición a altos niveles de contaminación del aire puede causar una variedad de resultados adversos a la salud.
La contaminación del aire puede aumentar el riesgo de infecciones respiratorias, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y cáncer de pulmón. Tanto la exposición a corto como a largo plazo a los contaminantes del aire se ha asociado con impactos adversos en la salud.
Los impactos más severos afectan a las personas que ya están enfermas, los niños, los ancianos y los pobres son los más susceptibles. Los contaminantes más nocivos para la salud estrechamente asociados con la mortalidad prematura excesiva, son partículas finas PM2,5 que penetran profundamente en los conductos pulmonares.
Si bien en general, la calidad del aire en los países de altos ingresos ha mejorado en las últimas décadas, los efectos adversos de la contaminación del aire ambiental exterior en la salud por estas partículas, siguen siendo un problema mundial de salud pública, incluso a niveles relativamente bajos.
El material particulado (PM), es el término que se usa para aquellas partículas que se encuentran suspendidas en el aire y después se le califica por su tamaño como, por ejemplo: PM2,5 (<2,5 micrómetros) como el polvo, el hollín, el humo y el aerosol. Grandes cantidades de partículas son típicamente emitidas por fuentes tales como los vehículos diésel, la quema de residuos y cultivos, y las plantas generadoras de energía eléctrica a carbón.
Por ejemplo, la utilización de fuegos artificiales para las celebraciones en días especiales, es una fuente importante de los llamados contaminantes atmosféricos antropogénicos, es decir aquellos que causan en los seres humanos un incremento significativo en la concentración de PM en el ambiente durante y tras los festejos.
El material particulado supone una amenaza para nuestra salud ya que, gracias a su reducido tamaño, alcanza fácilmente el torrente sanguíneo a través de nuestra respiración, llegando a cualquier parte del organismo.
Una vez en nuestros tejidos, provoca un aumento de actividad del sistema nervioso simpático, lo que conlleva la elevación de la presión arterial, así como de las frecuencias cardíaca y respiratoria. Como consecuencia se liberan sustancias inflamatorias, generando un estado de estrés oxidativo que provoca las condiciones necesarias para que aumente el riesgo de sufrir un infarto.
Actualmente, sabemos que la elevada presencia en la atmósfera de estos contaminantes puede afectar negativamente a la salud humana de manera irreversible. Concretamente, se considera al PM responsable de aproximadamente 4 millones de muertes cada año a nivel mundial. Por este motivo, la ONU ha advertido que nos encontramos ante “el riesgo sanitario medioambiental más importante de nuestros tiempos”.