TRANSICIÓN VERDE
Apagón nuclear en Alemania: adiós a las últimas tres centrales
El sábado cerrará las últimas tres instalaciones y acelerará la transición verde sin reactores atómicos.La crisis energética no modificó la determinación de Alemania de abandonar la energía nuclear: el próximo sábado, la mayor economía europea desconectará sus tres últimas centrales, apostando por una transición verde sin reactores atómicos.
A orillas del río Neckar, a una hora de ruta de Stuttgart, la cuenta regresiva ya comenzó: el humo blanco que se eleva desde 1989 de la central de Baden-Wurtemberg lanzará su última emanación. Lo mismo ocurrirá en el complejo bávaro de Isar 2 y en Emsland, del otro lado del país, cerca de la frontera con Países Bajos.
Muchos países occidentales dependen en gran medida de la energía nuclear y apuestan a esta tecnología para reducir las emisiones de carbono. Pero Alemania da vuelta la página.
Alemania aplica la decisión de eliminar progresivamente la energía nuclear adoptada en 2002 y que la canciller Angela Merkel decidió acelerar en 2011 tras la catástrofe de Fukushima en Japón.
El anuncio contó con el apoyo de la opinión pública, en un país donde el poderoso movimiento antinuclear se nutrió primero de los temores de un conflicto vinculado con la Guerra Fría y luego de accidentes como el de Chernóbil en 1986.
EL DATO
Las dudas sobre la transición verde
El ritmo actual de la transición verde no satisface al gobierno alemán ni a los defensores del medio ambiente. La situación es aún más compleja si se tiene en cuenta el objetivo de detener todas las centrales del país que funcionan con carbón en 2038 a más tardar, con una primera ola de cierres en 2030. El carbón representa aún un tercio de la producción eléctrica alemana, con un alza de 8% el año pasado para compensar la ausencia de gas ruso. Alemania necesita instalar “4 o 5 turbinas eólicas por día” en los próximos años para cubrir sus necesidades, advirtió el canciller Olaf Scholz.
La invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022, que supuso el fin del gas barato y un recorte drástico de los suministros rusos, la obligaron pese a todo a aplazar unos meses el calendario de desconexión final inicialmente previsto, el pasado 31 de diciembre.
Se trataba de evaluar escenarios sombríos, que incluían la parálisis de sus fábricas o la falta de calefacción en pleno invierno, y de medir el impacto de la crisis en la opinión, que daba señales de vacilar.
El gobierno de Olaf Scholz, en el que participa el partido de los Verdes, el más hostil al sector nuclear, decidió finalmente extender la explotación de los tres reactores hasta el 15 de abril.
El sector nuclear representaba el 30,8% de la energía generada en Alemania en 1997, en su nivel más alto, y solo el 6% el año pasado.
Y desde 2003, ya cerraron 16 de los 19 reactores que llegó a tener el país.
El porcentaje de energías renovables en la producción alemana pasó en cambio de 25% diez años atrás a 46% en 2022.
La industria alemana y la oposición conservadora criticaron el apagón nuclear, y rechazaron que el suministro esté garantizado, como asegura el Gobierno.
“La seguridad energética no está garantizada. Hay que pensar también en ello a largo plazo”, afirmó el presidente de la Cámara del Comercio y la Industria Alemana (DIHK), Peter Adrian, en declaraciones al diario Rheinische Post. Alemania debe aportar por la diversificación para superar problemas de suministro futuros o evitar alzas de precios en el sector, dijo el presidente del DIHK.
El vicepresidente del grupo parlamentario conservador en el Bundestag (Parlamento federal), Jens Spahn, consideró por su parte que el adiós a las plantas nucleares, mientras se mantienen en activo energías fósiles como el carbón, atenta contra los objetivos de neutralidad climática.
“El sábado será un mal día pa-ra la lucha contra el cambio climático”, aseveró Spahn, en declaraciones al canal de televisión privado RTL.
Estos pronunciamientos surgieron a partir de declaraciones del ministro alemán de Economía y Protección del Clima, el verde Robert Habeck, quien considera garantizada la seguridad energética y advierte además de que el apagón nuclear será irreversible.
“La seguridad energética se logró en el difícil invierno pasado y seguirá así en el futuro”, afirmó el lunes Habeck, vicecanciller en el tripartito entre socialdemócratas, verdes y liberales de Olaf Scholz.
El ministro recordó ahí que los depósitos de gas están en los niveles adecuados, que se han instalado y funcionan las primeras terminales de GNL en el norte del país y que se avanza en el desarrollo de las renovables, que en 2030 deberán proporcionar el 80% del consumo.
2011, AÑO RÉCORD
Producción de energía nuclear en el mundo
La energía nuclear representa actualmente el 10% de la electricidad mundial y es producida en 32 países, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Sufrió un frenazo en seco tras el sismo en Japón en 2011, seguido de un tsunami, que provocó el desastre de la central de Fukushima.
Alemania y Suiza anunciaron entonces el abandono progresivo de esa energía y China redujo su enorme programa de construcción de centrales. El número de reactores en funcionamiento en el mundo pasó de 441 en 2002 a 422 a finales de 2022, según el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
La producción nuclear llegó en 2021 a su nivel máximo histórico, pero el parque de reactores está envejeciendo y su renovación desacelerándose. En 2022 solo se anunciaron diez proyectos, la mitad de ellos en China. En 1976 habían sido 44.
Estados Unidos es la primera potencia nuclear civil, con 92 reactores. Su edad media de actividad es de 42 años y solo tiene 2 en construcción. Francia tiene 56 reactores, con una edad media de actividad de 37 años. Es el país con más energía de origen nuclear por habitante en el mundo.
Los dos países más activos hoy en el frente nuclear son China, para su mercado interior, y Rusia, que se ha especializado en la construcción de centrales en el extranjero.