Día Mundial de los Humedales 2023: la hora de la restauración
Coincidiendo con el aniversario de la Convención sobre los Humedales, que se aprobó como tratado internacional en 1971, el 2 de febrero de cada año se celebra el Día Mundial de los Humedales. Su objetivo es sensibilizar al público sobre estas valiosas extensiones de agua, cuya conservación y restauración es clave para la biodiversidad, la adaptación y mitigación del cambio climático y la disponibilidad de agua dulce, así como las economías mundiales.
Precisamente sobre su restauración se centra el tema de 2023, que subraya la urgente necesidad de darle prioridad con el fin de revertir la pérdida acelerada de los humedales. Este sigue la estela de la llamada a la acción de 2022, que se centró en intensificar las medidas e invertir en su conservación, gestión y restauración.
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¿Por qué ha llegado la hora de restaurar los humedales?
Los humedales son vitales para la humanidad. Prestan servicios esenciales para las personas a nivel ambiental, social y económico. No podemos retrasar más su restauración y tampoco podemos permitirnos que se agrave su degradación.
En cada una de las celebraciones anteriores de este día marcado en el calendario ambiental, la Convención sobre los Humedales resaltó por qué la protección de los humedales es clave, a su vez, para la protección del planeta. En esencia, proporcionan la mayor parte del agua dulce disponible, ayudan a mitigar los impactos del cambio climático, proporcionan los medios de subsistencia a mil millones de personas, impulsan el ecoturismo y mejoran el bienestar social. Asimismo, los humedales en buen estado fortalecen las cadenas alimentarias locales y revitalizan la biodiversidad, además de ser grandes sumideros de carbono extremadamente eficaces (en especial las turberas, los manglares y las marismas intermareales).
Sin embargo, todos estos beneficios que aportan los humedales irán desapareciendo si no se actúa con celeridad. En la actualidad, los humedales son el ecosistema más amenazado de la Tierra. Casi el 80 % de los humedales se ha degradado desde el siglo XVIII (un 35 % se ha perdido desde 1970) y la tendencia no para de aumentar.
Los humedales son el ecosistema más amenazado de la Tierra
Los principales responsables de su degradación somos nosotros. Las actividades humanas centradas en el drenaje para la agricultura, el pastoreo y la construcción, así como la contaminación del agua y la pesca excesiva, no solo merman sus capacidades naturales de regulación, sino que además tienen un gran impacto en la biodiversidad: una de cada tres especies de agua dulce y el 25 % de todas las especies de los humedales están en peligro de extinción debido a la disminución de su superficie, y el 81 % de las especies de humedales continentales y el 36 % de las especies marinas y costeras han descendido en los últimos cincuenta años.
Según la Convención Ramsar, la pérdida de humedales continúa con impactos negativos directos y medibles en la calidad y disponibilidad de agua, seguridad alimentaria, biodiversidad y secuestro de carbono.
Valorar los múltiples beneficios que aportan los humedales y gestionarlos con inteligencia y de forma sostenible, evitará que estos ecosistemas desaparezcan. Ya sean continentales, costeros o artificiales, los humedales juegan un importantísimo papel en la protección del agua, un recurso cada vez más escaso. Pero, ¿qué podemos hacer al respecto y quiénes son los actores principales?
Acciones para restaurar los humedales
Restaurar un humedal supone recrear las condiciones hidrológicas originales y volver a reintroducir la vegetación y la fauna autóctonas, pero también supone crear espacios específicos para que la sociedad pueda acceder a ellos y disfrutar del entorno en armonía. La Convención Ramsar asegura que “recrear por completo los beneficios de un humedal natural puede llevar un tiempo, pero con la restauración se pueden revertir muchos de los efectos de la degradación” y, para ello, propone una serie de buenas prácticas a tener en cuenta.
Restaurar un humedal supone recrear las condiciones hidrológicas originales y volver a reintroducir la vegetación y la fauna autóctonas
Adoptar una visión holística de la restauración es la más importante de ellas. Teniendo en cuenta la multitud de servicios que proporcionan para la sociedad y los beneficios que aportan, es necesario considerar todo el ciclo ecosistémico (agua, vegetación, vida silvestre, etc.) y, para ello, resulta imprescindible contar con un plan específico de restauración que evalúe y aborde todas las causas de su degradación. En este plan, los actores principales implicados en la gestión de estos humedales no solo deben preocuparse por la consecución del mismo, sino que también han de alentar la participación de la comunidad, ya sean empresas o sociedad civil, para involucrarlas en el mantenimiento de estos espacios con el fin de despertar su sensibilidad hacia ellos.
Y es que la restauración de los humedales requiere dedicación. La Convención Ramsar considera que, en una situación ideal, hay siete actores clave que deben “planear y colaborar sobre el terreno para lograr el éxito” en la restauración de este ecosistema hídrico. Resaltando uno de los hashtags de la campaña, #GeneraciónRestauración, se llama a la acción a las personas entusiastas que apoyan esta acción necesaria para que aporten sus propios argumentos y acciones y participen en iniciativas locales.
Es imprescindible contar con un plan específico de restauración que evalúe y aborde todas las causas de la degradación del humedal
También juegan un papel importante el sector público (gobiernos locales, regionales y nacionales), el sector privado (aquellos cuya actividad económica depende de los humedales), los proveedores de fondos y los líderes comunitarios. No solo es importante el establecimiento de planes y normas para gestionarlos, sino que se necesita financiación para ello y escuchar también la voz de quienes dependen directamente de los humedales, de manera que todos tengan un papel activo y coordinado en el proceso de restauración.
Finalmente, la concienciación y la sensibilización de la importancia de los humedales para la sociedad, debe partir del conocimiento. Científicos y educadores juegan un papel fundamental a la hora de transmitir sus beneficios, así como ayudar a desarrollar capacidades o prestar asesoramiento a los responsables de su gestión.
La hora de la restauración de los humedales ha llegado, y el momento es nuestro.