Europa quiere incluir la energía nuclear y el gas como “verdes”.
El papel de la energía nuclear y el gas natural es una cuestión que genera gran división entre los 27 países, con Francia comandando el grupo a favor de la nuclear, y Alemania entre los mayores partidarios de avalar el gas natural.Este miércoles, la Comisión Europea confirmó que mantendrá la energía nuclear y gas natural dentro de la clasificación de inversiones “verdes” porque las ve necesarias para la transición a energías limpias, una clasificación que mantiene a pesar del rechazo que provocó su borrador inicial entre sus expertos asesores y en algunos países del bloque, pero las opiniones están divididas.
La propuesta trascendió a fines de diciembre pasado y los diversos países que integran la Unión Europea dedicaron todo enero para su análisis, informó la prensa española.
El papel de la energía nuclear y el gas natural es una cuestión que genera gran división entre los 27 países, con Francia comandando el grupo a favor de la nuclear, y Alemania entre los mayores partidarios de avalar el gas natural.
La Comisión Europea entiende que la energía nuclear y el gas natural permitirían “trasladar inversiones desde el carbón y ayudar a la transición energética” a sistemas amigables con el medo amiente. “Tenemos que abordar la transición verde y usar las herramientas que nos ayuden. Estas dos energías pueden servirnos de puente hacia energías renovables. Es una aproximación pragmática”, dice el documento.
La comisaria de Servicios Financieros, Mairead McGuinness, lo expresó con claridad: “Se trata de huir del carbón”; y agregó que “las energías renovables ya están incluidas en la taxonomía, hoy establecemos en qué medida el gas y la nuclear pueden contribuir, con límites, a la transición, con límites de emisiones, queremos incentivar el cambio”.
Pero el colegio de comisarios no aprobó la medida por unanimidad.
“Esto se hará durante un tiempo, como actividades transitorias. El gas y la nuclear ni son neutrales ni son verdes per sé, pero permiten la transición”, dice en el Ejecutivo comunitario.
La idea es de orientar la inversión privada, y que se consideren verdes las inversiones en gas si viene de energías renovables o tiene bajas emisiones, hasta 2035. En el caso de la nuclear, la fecha tope es el año 2040 para las plantas actuales y 2045 para los reactores de tercera generación. Los reactores modulares pequeños, por contra, no tienen ninguna restricción temporal. Y se exigen mayores garantías para la eliminación de los residuos.
LOS PAÍSES CONTRARIOS Y EL DEBATE DE FONDO.
Los países que se oponen a etiquetar como verde a la energía nuclear y el gas son España, Dinamarca, Luxemburgo y Austria.
El verdadero debate pasa por cómo los combustibles deben contribuir al cambio de Europa hacia la energía limpia.
Polonia y la República Checa, por ejemplo, ven el gas y la energía nuclear como cruciales para alejar a los países del combustible fósil más sucio, el carbón. Y citan problemas sobre la eliminación segura de los desechos nucleares y dicen que no sería creíble etiquetar el gas, un combustible fósil, como verde.
El gas produce aproximadamente la mitad de las emisiones de CO2 que el carbón cuando se quema en centrales eléctricas, pero la infraestructura de gas también está asociada con las emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero.
Luxemburgo en tanto anunció a través su ministro de Energía, Claude Turmes, que emprenderá acciones legales.
CUATRO MESES.
A partir de ahora se abre un periodo de cuatro meses, prorrogable dos más, tras el cual el proyecto entrará en vigor salvo que lo tumbe una mayoría simple del Parlamento Europeo o una mayoría inversa de 20 países que sumen al menos el 65% de la población de la UE.