IMPACTO MUNDIAL
El mundo sin respuesta ante desastres climáticos; 51 países intentan aplicar medidas
Las Naciones Unidas liderarán las negociaciones climáticas que se llevarán a cabo en Glasgow, en el ámbito de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco sobre cambio climático (COP26).
Algunos de los países más ricos de Europa quedaron sumidos en el caos cuando ríos embravecidos se desbordaron en Alemania y Bélgica, lo que sumergió pueblos, lanzó autos estacionados contra árboles y dejó a los europeos conmocionados por la intensidad de la destrucción. Ahora, hay inundaciones devastadoras en China y la India.
Solo unos días antes, en el noroeste de Estados Unidos, una región famosa por su clima fresco y nublado, cientos de personas murieron por el calor. En Canadá, un incendio forestal borró a una aldea del mapa. Estados Unidos también está afectado por los incendios. Moscú se tambaleó por las temperaturas históricas registradas. Y este fin de semana, en el norte, las Montañas Rocosas se preparaban para otra ola de calor mientras los incendios forestales se extendían a lo largo de 12 estados en el oeste del país.
Los desastres climáticos desmedidos en Europa y América del Norte han sensibilizado sobre dos hechos esenciales de la ciencia y la historia: el mundo en su conjunto no está preparado para frenar el cambio climático ni para vivir con él. Los últimos sucesos han devastado a algunas de las naciones más ricas del mundo, cuya prosperidad ha sido posible gracias a más de un siglo de quema de carbón, petróleo y gas, actividades que inyectaron gases de efecto invernadero a la atmósfera y que están calentando el mundo.
La pregunta más importante es si los crecientes desastres en el mundo desarrollado influirán sobre lo que harán los países y las empresas más influyentes del mundo para reducir sus propias emisiones de los gases que calientan al planeta.
Esas preguntas llegan unos meses antes de noviembre, cuando las Naciones Unidas liderarán las negociaciones climáticas que se llevarán a cabo en Glasgow, Escocia, en el ámbito de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco sobre cambio climático (COP26). Será un momento de ajuste de cuentas para determinar si las naciones del mundo podrán acordar formas de controlar las emisiones y evitar los peores efectos del cambio climático.
Ante esta perspectiva poblada de desafíos, 51 países intentan acercar sus posiciones en política medioambiental en en una reunión que finaliza hoy en Londres, convocados por el Reino Unido, anfitrión de la cumbre COP26.
Participan, entre otros, representantes de países que son decisivos ante este problema de alcance mundial, entre ellos, Estados Unidos, China y los miembros de la Unión Europea.
Londres defiende su intención de limitar el calentamiento global a los 1,5 grados centígrados, algo complicado a tenor de las resistencias expresadas por China y la India, dos de los mayores contaminantes.
Entre los asuntos que se abordan en Londres están la movilización de financiación climática, aumentar los recursos para adaptación a los efectos del calentamiento global y finalizar el reglamento para la implementación del Acuerdo de París, especialmente en lo referido al artículo 6, que fija el funcionamiento de los mercados de carbono.
Aumentan emisiones, temperatura y el riesgo de nuevas catástrofes
Los acontecimientos de este verano en el hemisferio norte se producen después de décadas de indiferencia ante la ciencia. Los modelos climáticos han advertido sobre el desastroso impacto del aumento de las temperaturas. En 2018, una exhaustiva evaluación científica advirtió que, si no se evita que la temperatura media global se eleve más de 1,5°C, en comparación con el inicio de la era industrial, se podrían producir resultados catastróficos, desde la inundación de ciudades costeras hasta la pérdida de cosechas.
El informe ofreció a los líderes mundiales un camino práctico, aunque estrecho, para salir del caos. Se requería que el mundo en su conjunto redujera a la mitad las emisiones para 2030. Sin embargo, las emisiones globales han seguido aumentando, tanto que la temperatura promedio global ha aumentado en más de 1° C desde 1880. A medida que aumenta la temperatura media, se incrementa la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos en general.