Japón aprueba un polémico plan para liberar aguas residuales de Fukushima al océano
Más de 1.000 tanques en el interior de la planta se están llenando de agua subterránea contaminada por el contacto con los reactores y sus edificios de contención.El gobierno de Japón aprobó el controvertido plan para liberar al mar más de un millón de toneladas de agua contaminada en la accidentada planta central nuclear de Fukushima.
Planta que quedó destruida por un tsunami en 2011. Para que los niveles de radiación estén por debajo de los aceptables para el agua potable, el gobierno respondió que se tratarán y disolverán el agua contaminada.
El espacio para contener agua contaminada se acabará en 2022. Dando inicio al vertimiento del agua, que se usó para enfriar el combustible nuclear. Este plan es rechazado por algunos habitantes, la industria pesquera, así como por sus países vecinos China y Corea del Sur. Que ya ha elevado sus pruebas de radiación a los alimentos procedentes de Japón, y podría devastar aún más a la industria pesquera en Fukushima, que lleva años batallando contra esa decisión.
«Debemos tomar una decisión rápido para evitar retrasos en el proceso de desmantelamiento». Dijo el año pasado, en una conferencia de prensa, el ministro de Industria de Japón, Hiroshi Kajiyama.
El 11 de marzo de 2011 se produjo un terremoto frente a la costa noroeste de Japón. 46 minutos después, un tsunami de 14 metros de altura llegó a tierra firme. Aparte de mobiliario urbano, la barrera de agua echó abajo al dique de contención de la central nuclear de Fukushima Dai-ichi, de 5,7 metros. Inmediatamente se inundaron los terrenos colindantes y los sótanos de la planta. Se destruyeron los generadores de emergencia y la pérdida accidental de refrigerante dio lugar a tres fusiones nucleares, tres explosiones de hidrógeno y una contaminación radiactiva sin precedentes en el océano. Sin contar la continental, que obligó a evacuar a toda la población en un radio de 30 kilómetros.
Casi diez años después aumentó la preocupación del gobierno japonés por los más de 1.000 tanques en el interior de la planta. Que se están llenando de agua subterránea contaminada por el contacto con los reactores y sus edificios de contención.
Aunque los sofisticados procesos de limpieza han sido capaces de eliminar muchos isótopos radiactivos y se han llevado a cabo inmensos esfuerzos para desviar las aguas subterráneas, algunas estimaciones afirman que esos tanques volverán a llenarse en un futuro cercano. Por lo que algunos funcionarios japoneses habían propuesto que se libere agua directamente al océano.
Esta idea se apoya en que uno de los isótopos radiactivos con mayor presencia es el tritio. Un isótopo de hidrógeno casi imposible de eliminar, ya que se convierte en parte de la propia molécula del agua. La parte «buena» de este isótopo es que tiene una vida media relativamente corta y no es tan dañino para la salud de los organismos vivos y del fondo. Sin embargo, según alerta este estudio, junto al tritio también se liberarían isotótopos de carbono-14, cobalto-60 y estroncio-90 -detectados por primera vez en en 2018. Moléculas que tardan mucho más en descomponerse y que son más fácilmente absorbidos por la vida marina y el fondo oceánico, poniéndolos en serio peligro.