Inversiones forestales: El Estado y los privados alistan proyectos pendientes
El Ejecutivo prepara un paquete de incentivos para promover las plantaciones forestales en la Amazonía. Los inversionistas particulares e institucionales también desarrollan sus propias apuestas
El sector forestal está viviendo un nuevo momento, que promete poner en valor la vocación productiva maderera de la Amazonía en el largo plazo. Esa es la percepción que reina en la industria, luego de que el primer ministro Salvador del Solar anunciara, ante el Congreso hace un mes, que la actividad se convertirá en motor del desarrollo económico.
Es un guiño político para la Mesa Ejecutiva Forestal, que reúne desde hace tres años a actores privados y públicos para dialogar y esbozar propuestas para impulsar su despegue. Eric Fisher, vicepresidente de Adex y miembro de la Mesa, reconoce que el problema de fondo es la falta de gestión e inversión en plantaciones en las últimas décadas.
Sin contar la experiencia fallida en la implementación de concesiones hace unos 20 años: cinco millones de hectáreas fueron revertidas. “Nunca es tarde para empezar a hacer las cosas bien”, afirma. En ese escenario, se espera que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) apruebe un paquete de incentivos para la actividad en las próximas semanas.
Estas medidas –que llegarán tras la aprobación de la ley de incentivos para las plantaciones forestales en el Pleno Agrario (de hace tres semanas) y la promulgación de la Ley de Promoción de la Amazonía Sostenible, el miércoles último– recogerían sugerencias estratégicas de la Mesa.
Estas sugerencias van desde establecer un fondo de financiamiento con tasas de interés anuales no mayores a 5%, un período de gracia de 10 años y el saneamiento de núcleos de hasta 300 mil hectáreas en corredores económicos priorizados en Ucayali, Madre de Dios, San Martín, Huánuco, Cajamarca y en la selva central.
Aunque está en la cancha del Congreso, los empresarios esperan, asimismo, que se amplíen los beneficios laborales de la ley especial de promoción agraria para el sector forestal, que expira en el 2021. En todos los casos, aspiran a políticas de largo plazo, considerando que el año 1 de cosecha y retorno de una inversión parte como mínimo del décimo. “Queremos estabilidad jurídica por 40 años”, apuntan.
Día1 consultó al MEF sobre el paquete, pero no obtuvo respuesta al cierre de esta edición.En ese marco, dos herramientas financieras serán lanzadas desde el Estado.
Por un lado, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) implementará, a partir del 2 de enero del 2020, un programa estatal por S/420 millones que impulsarán las plantaciones, la gestión de recursos del bosque natural y la culminación en seis años de la zonificación forestal en 7 regiones.
“Sin las condiciones habilitantes, los incentivos no van a estar dados”, sostiene Luis Alberto Gonzales-Zúñiga, su director ejecutivo. En tanto, Cofide lanzará entre este mes y el próximo el fondo de garantía Crecer, que en total dispone de S/1.150 millones, que incluirá un producto de apoyo para las medianas, pequeñas y microempresas del sector forestal con foco en reforestación, transformación y comercialización.
En el radarDesde el sector privado, coinciden en que la promoción debería llegar hasta el último eslabón de la cadena, para incrementar su valor y reducir el flete logístico al disminuir el peso, tras el secado. “Históricamente el Perú se ha enfocado en plantaciones, pero no ha tenido en cuenta la parte que le sigue para atender la demanda real”, dice Javier Rivera, gerente general de Refinca.
La empresa del grupo Dyer prevé desarrollar 21 mil hectáreas propias con eucalipto (ya han instalado 250) en Ucayali y articular el doble con pequeños productores apalancados por la CAF y fondos verdes como el Fondo Verde del Clima (GCF, en inglés). Este último, el GEF y el FMAM, entre otros, han aprobado financiamiento por US$49,9 millones en 7 proyectos en el Perú.
Así, la firma prevé poner en marcha su propia planta, en la que invertiría unos US$500 millones. “Puede ser increíblemente rentable si tienes espalda (financiera) para aguantar”, señala una fuente financiera. En efecto, este nuevo momento ha empezado a despertar el interés corporativo. Por ejemplo, el grupo Intercorp estaría explorando el negocio en alianza con la líder en forestación Campbell Global. Ambas empresas prefieren no hacer comentarios al respecto, según informan a Día1.
Por otro lado, dos fuentes independientes añaden que el grupo Sura alistaría un fondo millonario exclusivo para la actividad forestal, aunque la corporación lo desmiente a Día1. “Es una inversión excelente para el sector seguros, porque es de largo plazo, todos los años cosechas y termina siendo un flujo estable”, analiza Carlos Rojas, CEO de Capia Safi.
También ha trascendido el interés del Grupo Romero en el negocio. En respuesta a Día1, explican que no está en sus planes y aclaran que han destinado 15 mil hectáreas para conservación en Ucayali de su subsidiaria Palmas del Espino.
Al respecto, Enrique Toledo, gerente general de Reforesta Perú, que gestiona plantaciones de teca, capirona y eucalipto propias y de terceros en San Martín y Ucayali, señala que el interés también existe en inversionistas particulares, como family-offices, e institucionales, como bancas de inversión y fondos de pensiones de Canadá, Alemania y Estados Unidos. Tampoco es menor el apetito del sector minero, pesquero y agroexportador local, que empiezan a hacer las métricas de inversión en busca de nuevas fronteras.
¿Qué explica este despertar? A juicio de Javier Rivera, el ratio superior de desarrollo de los árboles en el clima tropical respecto al hemisferio norte, donde el área disponible para nuevos proyectos es menor. Sin olvidar la tendencia global de reemplazo del plástico por subproductos de madera. ¿Y el retorno? Reforesta promete entre 20 a 30 veces por cada dólar invertido cuando el árbol está maduro.
“Estamos sentando las bases institucionales y el modelo económico”, comenta Fisher, y pone paños fríos. Recuerda que en materia forestal es otra la medida del tiempo.
¿Y LOS BONOS DE CARBONO?
La ONG Carbon Tracker ha proyectado que el precio de los bonos de carbono se cuadruplicaría hacia el 2030 en el mercado voluntario europeo. La proyección se explicaría por una mayor regulación pro reducción de emisiones causantes del calentamiento global.
El Perú, que ya ha comercializado 21 millones de créditos por S/143 millones de cuatro áreas naturales, podría acelerar el negocio vía proyectos de reducción de emisiones causadas por la deforestación (REDD) opinan en el Sernamp. Se trata de un ingreso extra que facilita, además, la generación de empleo y el desarrollo productivo local en desmedro de actividades ilícitas.
De allí que el Minam haya iniciado el conteo del stock de CO2 capturado por los bosques del Perú, datos que permitirían marketearlos, además de compensar emisiones domésticas, como está previsto para los Juegos Panamericanos.“Las industrias de la aviación e hidrocarburos están invirtiendo masivamente”, dice Juan Gonzales, del fondo inglés Althelia, que hacia fin de año implementará un proyecto de bonos junto a la Cooperativa Naranjillo.
El Grupo Bozovich, que posee 200 mil hectáreas de concesión forestal en Madre de Dios, emitirá hasta 1 millón de bonos, junto a la consultora uruguaya Greenoxx a fines de año. Aunque el Perú es favorito hasta ahora en estas ligas, esa realidad puede cambiar rápidamente, dice Gonzales. “Los otros países se están poniendo las pilas”, advierte.